Mundo Gris

CAPITULO 39.- Los hilos se empiezan a mover.

El grito de la criatura era ensordecedor, se escuchaba en cada centímetro del lugar.

- Oh~ Sí que es hermoso~ - El chico sonrió. Sus acompañantes solo asintieron sin mostrar emoción alguna. – Espero... que a ella también le guste mi regalo~

Él se perdió observando maravillado la grotesca criatura detrás del cristal.

*+*+*+*

Mason se encontraba en un profundo estado de ebriedad.

Pero aun así era consciente de lo que ocurría a su alrededor.

Empino la botella de whisky y dio un largo trago.

Sintió pasos a lo lejos y en su breve estado de conciencia, supo que esos pasos se dirigían hacia donde él se encontraba.

Tsk.

Chasqueo la lengua porque ya presentía lo que ocurriría después.

Una persona llego hacia él, el solo levanto la mirada y lo miro directamente a los ojos y lo corroboro. Sabía que el momento había llegado.

- Así que... se acabó? – Hablo como si ninguna gota de alcohol hubiera entrado en su cuerpo.

- ...- No obtuvo respuestas, pero sus ojos le dijeron todo lo que necesitaba saber.

- Haaah... y eso que comenzaba a agradarme un poco este lugar. Pero como dicen... todo lo bueno debe terminar.

Él se levantó del suelo y encaro a su invitado.

- ¿Cuando? – Dijo empinando la botella casi vacía.

- Ahora. Es hora de terminar con toda esta farsa... es hora... de cobrar.

- Je...- Mason, contrario a todo, se rio. Una risa capaz de hacer temblar a cualquiera. – Vamos a hacerlo. La venganza... me pregunto qué sabor tendrá? – Ambos comenzaron a caminar. – ¿Como un brandy? ¿Cómo un coñac? ¿O será como el whisky escoces añejo, el más viejo, fuerte pero agradable?

- ...- Siguieron caminando. – Sabrá como la peor mierda que hayas bebido, sentirás el peor ardor en la garganta y una terrible acides una vez que llegue al estómago, pero aun así... te gustara, será la maldita cosa más deliciosa que hayas bebido. Pero esperaras no volverla a probar.

- Parece que sabes mucho de eso.

- ...-

Ellos desaparecieron en la obscuridad de los túneles.

***

Scar sabía que la paz era débil, que su felicidad sería algo efímero, pero tanto ella como los demás esperaba estar equivocada.

Pero quien le había dicho que esto terminaría había sido Scary, solo basándose en una corazonada, pero tristemente, cuando se trataba de malos augurios, no había quien superara a Scarlett Krooss en certeza.

Scar suspiro. Necesitaba un cigarrillo.

Luego de todo lo que había escuchado, ella aun no podía creer que Scary, aquella chiquilla llorona que siempre necesito a alguien cuando eran niñas, aquella pelirroja más alta que el promedio que sonreía como idiota... se hubiera convertido en... bueno, en Scary.

Cuando ella mira al pasado sabe que su preciada amiga debió de haber recibido demasiada mierda de la vida para haber terminado siendo la psicópata sanguinaria que se había vuelto.

Pero ella sentía que había algo más... que aún no era el final de la historia, que tal vez Scary se había guardado ciertas partes, pero si era así... ¿Que tan horribles deben de haber sido para no contarlas?

Scar suspiro de nuevo, la vida se le escaba de a pequeñas porciones.

Miro a su lado, recostada se encontraba la mini versión de Scary, Helena.

Scar siempre supo que Helena era especial, no solo era más inteligente y más madura que un niño de su edad, y eso era cuando el mundo medio servía. Ahora cada vez que la veía a los ojos, podía ver esa profunda tristeza, ese vacío... y sabía que cada vez que Scary la veía, su corazón, esa parte que se había salvado de la corrupción gracias a Helena se resquebrajaba poco a poco.

Scar temía que un día ese pequeño trozo de humanidad en ella muriera también... y sabía que si eso pasaba entonces habría perdido a la Scarlett que ella siempre quiso.

Ella poso su mano en esa cabellera rojiza, tan similar.

- Por favor... sálvala, no permitas que perdamos a esa idiota.

Murmuro, pero sus palabras se perdieron en el silencio.

*+*+*

Vladimir se encontraba de camino hacia su oficina, desde el incidente con los del helicóptero no se sentía bien. Se sentía paranoico, observando todo el tiempo por sobre su hombro, prestando atención a cualquier sonido en particular, algo que pareciera fuera de lugar.

Llego a su oficina y profirió un largo suspiro.

Observo a su alrededor y sintió que algo no estaba bien.

Por alguna razón sentía que su oficina había sido vulnerada, y no por sus visitantes regulares.

Era como cuando sentía que alguien ajeno había revisado su habitación, intentando dejarla como estaba, pero aun así... algo no cuadraba. Estos cambios solo podían ser percibidos por alguien con un instinto muy desarrollado, tal como el de alguien como Vladimir.

Camino con cautela a su escritorio y lo noto, allí en todo el medio se encontraba una postal, o más bien, era una fotografía de cierto edificio muy popular en el viejo mundo.

En ella se observaba el Empire State.

Su corazón se contrajo y giro la fotografía.

"Estas disfrutando de este pequeño paraíso?"

"Aprovéchalo al máximo... ya que esta por caer"

Vladimir se recostó en la silla y enterró sus dedos en su cabello. Se froto fuertemente la sien.

- ¿Por qué? ¿Por qué sigues vivo? – Sentía que su corazón estallaría y su cerebro explotaría.

Se sirvió un vaso de whisky y se lo tomo en un solo trago.

Resoplo debido a la fuerza del licor.

- Que debería de hacer ahora? El tiempo se me está acabando. – Él se recostó en la silla y observó el techo. – ¿Qué camino debo tomar? ¿Cuál es la mejor opción? – Cientos de posibilidades se formaban en su mente, y así como se formaban el las desvanecía, pensando que eso no seriviria y proseguía a idear otra forma, para alguien que había sobrevivido, pensar en múltiples estrategias no era un problema, el problema al que el se enfrentaba era algo mucho más serio.

«Mi paranoia está apoderándose lentamente de mi... » El dio otro trago de whisky. «Pero... y si todo esto ya lo planeo? Si esto es parte de su plan? Y si solo estoy siendo manipulado para hacer lo que quiere?» El dio otro vistazo a la postal y sacudió la cabeza, pensando que así su mente se despejará.

Pero entonces vio los otros papeles que tenía encima su escritorio y su cerebro se volvió a nublar.

«Debo de tomar una decisión antes de que se comience a mover... »

Se estiro en la silla y miro al techo, con el rabillo del ojo dio un vistazo a una foto que había en una estantería, de hace unos años, donde posaba él y un chico con una sonrisa dulce e inocente.

- Será este el fin... del edén que cree?- Se empino el último trago de whisky.

Una foto que le traía desagradables recuerdos y supo que las horas de su pequeño edén en este putrefacto mundo estaban contadas.