Capítulo 42.- Decisiones.

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Hace 10 años.

América del Norte, Alaska "Latitud 00xx00. Longitud 00xx00" Base N° 7

Vladimir trago saliva, sabía que el día de hoy cambiaría no solo su vida, sino la de todo el mundo, en especial...

El miro al chico que caminaba felizmente a su lado, solo tenía quince años cumplidos recientemente, pero había sido dotado con el título de genio, no un genio común, sino en áreas de biología, química, bioquímica y demás.

Él era todo su mundo, su orgullo.

- Estoy emocionado padre! Me pregunto... que cosas fascinantes voy a descubrir! La~la~- El tarareaba, su actitud aparentaba la de un chico común, inocente.

Pero Vladimir los sabia, el vio su mirada... y lo que vio fue un vacío absoluto.

****

- Buenas tardes, Comandante Roscoe. – Vladimir saludo a su superior, un hombre rubio de ojos avellana, su actitud era hosca, y noto como miraba de reojo a su hijo.

- Buenas tardes Vladimir, así que este es tu hijo, correcto?

- Si, señor! Enryuu Plushenko a sus servicios!- Enryuu respondió antes que su padre lo presentara, Vladimir suspiro internamente.

- Discúlpelo, a veces él es...

- Descuide, también tengo un hijo y es adolescente, lo comprendo. – Vladimir noto una casi imperceptible sonrisa debajo de su cuidado bigote.

A su alrededor la elite militar y gubernamental se encontraban reunidos, ellos ojearon a su alrededor.

- No ha llegado...?- Vladimir dejo la pregunta en el aire.

- Aun no... lo cual me extraña, ese hombre siempre es puntual.

- Eso me recuerda... su familia también es peculiar...- El comandante Roscoe lo vio por el rabillo del ojo, de tal forma que dejo de hablar.

De repente el ruido a su alrededor se detuvo y vieron hacia donde todos los demás lo hacían.

- Ha llegado. – Confirmo Roscoe.

- Y esa es...-

Ambos hombres se fijaron en ese par que acababa de entrar.

- Oh~ Vladimir volteo a ver a su hijo, y noto con preocupación la mirada que este tenía... pero más le preocupaba a quien se la dirigía.

El par recién llegado camino hacia ellos mientras saludaban a los que se encontraban a su alrededor.

- Buenas tardes, caballeros. Francis, Vladimir.

Ambos le devolvieron el saludo.

- Buenas tardes Jefe Krooss!- Saludo Francis.

- Buenas tardes.

Ambos hombres se sintieron intimidados ante esos ojos grises que lo escrutaban.

Kyros Krooss, un hombre imponente, solo de físico medios dos metros de altura, su cuerpo forjado y entrenado, su cabello negro bien cuidado, pero lo más llamativo eran esos ojos grises con motes dorados, todo aquel que lo veía se quedaba sin habla.

Eso solo exteriormente, todos sabían que el solo sería capaz de asesinar a todos los presentes sin mucho esfuerzo, no por nada su posición era la más alta.

Y su inteligencia era capaz de estar a tres pasos de cualquier gobierno.

Él era alguien a quien todos temían, pero admiraban por igual.

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