Epílogo

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Cinco años después.

La boda sería en el jardín del hotel de los tres hermanos en Byron Bay al sureste de Australia, el cual era de un tierno color aguamarina y contaba con seis pisos (incluyendo el sótano), no era el más grande del mundo, ni tenía 5 estrellas, pero la vista al mar sobre el acantilado era única y compensaba los lujos que ofrecían otros hoteles comunes. La verdad era que ese sitio era precioso, tan colorido y exótico que era imposible pasar algún cuadro o adorno desapercibido. Mérida con ayuda de sus hermanos se habían esforzado realmente en ese lugar, en un principio tenían la idea de hacerlo muy hogareño y tradicional con tonos neutros y sobrios, pero desecharon esa idea al instante, pues Mérida alegaba que si las personas salían de sus hogares era para buscar algo diferente, de lo contrario bien se habrían quedado en sus casas, por eso es que hicieron del hotel algo especial. Cada piso estaba ambientado de una manera totalmente diferente y los huéspedes al llegar tenían la opción de elegir cuál les llamaba más la atención y reservar ahí una habitación.

"El sótano" estaba basado en lo que Mérida experimentó el día que Alice la asfixió en el sótano de la casa abandonada, pero no enfocándolo en el lado malo sino al contrario, cuando ella estuvo muriendo lo único en lo que pensó fue en su familia y en cuán agradecida estaba con ellos, así que hicieron ese lugar exclusivamente para las personas que realmente necesitaran un tiempo de desconexión del mundo exterior, para las personas que necesitar pensar y meditar; por eso allí no había internet ni televisión, y ustedes dirán que nadie reservaba esas habitaciones pero les sorprendería saber cuántas personas las pedían . El Sótano además contaba con las dos habitaciones más raras de todas, pues las paredes estaban hechas de la misma piedra del acantilado, el suelo era de mármol blanco y el techo era negro.

"El lobby" era todo menos un lobby común. Este lo habían hecho ambientado exclusivamente en los años 70, 80, y 90 (y también se inspiraron un poco en el Mog, el viejo club donde Mérida solía ir). Las paredes eran de colores vibrantes y el suelo tenía baldosas a cuadros negros y blancos, como un gran tablero de ajedrez. Había una rocola con música muy variada de esos tiempos que nunca dejaba de sonar y cinco máquinas de video juegos bien distribuidas en las paredes laterales.

Al segundo piso lo llamaban "El mar" pues ese era el principal elemento en el que estaba ambientado. Las paredes tenían todas tonalidades de azul y los cuadros eran retratos de animales marinos en peligro de extinción. En ese piso había una sección exclusiva para distintas actividades recreativas relacionadas con el mar a las cuales los huéspedes podían acceder; desde surf y buceo hasta Parasailing y Jetpack Acuático.

El tercer piso tenía como base el cine y la televisión. Los pasillos tenían como decoración los afiches en gran tamaño de las películas más taquilleras de toda la historia. Nadie pudo con Will y Rufus cuando vieron allí el afiche de Avengers Endgame en primer lugar, las hermanas incluso hicieron una apuesta para ver quien lloraba primero, Mérida ganó apostándole a su hermano. Cada noche en ese piso se pasaba una película en el gran salón a la cual todos tenían permitido entrar. Todas las habitaciones en ese piso tenían en alguna de las paredes alguna frase icónica de alguna de las películas favoritas de Mérida.

El último piso era el penthouse donde vivían los tres hermanos y Rufus. Ese era el piso más increíble de todos. Liz como arquitecta de todo el hotel se había encargado de hacer ese el piso más hermoso y amplio. El suelo era de madera pulida, los muebles eran en tonos oscuros y los adornos eran de cristal. Tenía un ventanal gigantesco que daba a la playa. La cocina era magnífica, Mérida amaba cocinar ahí con Will. En el segundo piso estaban las habitaciones, eran seis; cada una era como un apartamento pequeño con su propia mini sala con muebles, televisores, baños lujosos, etcétera.

Liz había hecho un trabajo magnífico diseñando el hotel, tanto amó hacerlo que insistió en ayudar a Mérida a llevarlo a cabo. Allí repusieron todos los meses que se mantuvieron distantes. Will y Rufus no tardaron en unirse al proyecto, y para cuando se dieron cuenta los cuatro habían dejado su país de origen para irse a realizar su nuevo proyecto. Ninguno de ellos tenía que preocuparse por conseguir empleo, es decir, tenían dinero de sobra, pero aún así con el hotel encontraron una manera de pasar el tiempo y convivir como familia, y la verdad lo amaban, amaban hablar con los huéspedes y verlos tan felices, y tras un largo día regresar al penthouse y cenar en familia o ver una película.

El Fin (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora