C U A T R O

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Y aquí estoy.
Roja como un tomate, quieta como un árbol y enojada como cuando a mí mamá se le quema el arroz.

¿Cómo se atreve a llamarme así?
Lo peor, nadie jamás en la historia de mí vida ha escrito mi nombre como: Zamanta.

Sentí como mís mejillas se calentaron.

-¿Pero qué te pasa? -  dije volteandome, observando como ni siquiera me miró, solo miró la pantalla al frente de el para su siguiente pedido, al parecer ya sabría mí reacción.

-¿Me equivoco?- dijo - Buenos días ¿qué desea ordenar? - dijo a una anciana a mí lado.

-Claro que te equivocas ¿Quién te crees para llamarme acosadora?-le dije señalando el vaso.

-¡Pues yo soy al que acosas! Yo debería estar haciendo el reclamo, a demás debes irte hay más personas a quien atender no haré que me despidan por tú culpa, si quieres hacer tú reclamo vuelve hacer la fila de lo contrario debes irte - dijo mientras señalaba la parte de atrás de la fila.

Mire a las personas de mí lado, no entendían que me pasaba, solo accedí por pura y clara vergüenza.

-Si vuelvo hacer la fila no es porque quiera a volver hablar con usted, es por respeto a ellos-dije señalando la fila.

Le hice una última mirada fulminante y accedí a hacer la fila nuevamente.

¡Pero que prepotente!
¡¿Quién se cree?!

Lo pensé un momento y llegué a la conclusión de que tal vez se dio cuenta de que lo miraba mucho.
Si se dio cuenta de que lo deseaba con mí mirada lamentablemente será un...

Chico:1 Samantha: 0

Porque evidentementente no soy la reina del disimulo.
Mientras hacía la fila me dí cuenta de que era otra yo, otra Samantha. Mis mejillas no temblaban, las manos no sudaban, solo tenía el ceño fruncido y unas preguntas a cerca de ¿Cómo se atreve a tratarme así?

Y después de unas personas más, volvió a suceder.

-Hola Sara - dijo entrecerrados lo ojos como sí intentará recordar. - solo te digo que si tienes algún problema conm...

-Samantha tarado - dije interrumpiendolo.

- Ay si, eso. Si tienes algún problema conmigo deberás decírmelo en otro momento por que estoy trabajando- apretó su mandíbula, levanto sus cejas y señaló las personas detrás de mí.

Que e-go-cén-tri-co.
¿Caso mí esper y tiempo no vale?

Pero enojado se ve... ¿Sexy?

Reí - estás loco si crees que te esperaría de nuevo para que hables conmigo. ¿Acosadora en serio? No te conozco y tampoco me interesa. Tampoco  dejaré que alguien me llame "acosadora" como si tuviera la suficiente confianza de gritarlo a los 4 vientos. - dije moviendo mis cejas para intimidarlo, pero al parecer no lo logré.

Llegó sus manos al frente apoyándonos en la mesa que nos separaba y me miró.

-Mira niñita sé perfectamente que acabas de conocerme pero no dejas de fulminarme con la mirada desde que entraste, ni hablar de que eres pésima disímilando, solo no entiendo como no estás babeando -dijo casi susurrando ya que había mucho silencio allí dentro, pero siguió - a demás ¿crees que no me dí cuenta de que apenas pasaste por aquí y me viste quisiste devolverte tan sólo para verme? - dijo acercándose apoyando sus manos sobre la mesa.

Aunque tenga la razón no puedo dejar que alguien tan e-go-cén-tri-co siga pensando que es lo mejor.

-Ni que fueras tan guapo... La verdad no eres mi tipo, para tú información cuán...

-Dije que necesito trabajar- se acomodó la gorra y señaló al chico que estaba detrás mío haciéndolo dar un paso adelante.

-Bienvenido ¿Qué desea ordenar?

Mis mejillas ardían cada vez más al darme cuenta de cómo me ignoraba. Es una falta de respeto.

-No vale la pena hablar con una persona como tú - dije viendo como entregaba su recibo al chico. - tú mismo te encargaste de quitarte la belleza que tenias.

Le dí la espalda y caminé rumbo a la salida, ya no quería quedarme allí.

Ahora si, este es el fin.

Me equivoqué. Muchas veces las personas no son como crees o como quieres que sean, así que, el es uno de estos casos.

-Esto no se queda así Samantha Mendez-
- escuché un grito detrás de mi y vi como todos los clientes voltearon para verme.
Que vergüenza... Pero... ¿Con qué si te acuerdas de mi nombre y apellido eh?, debía contestarle sí o sí.

-Claro que no ya perdiste tú oportunidad amigo - grité sin importar las personas - adiós - dije haciendo una señal despidiendo, agitando mis dedos y sonriendo forzosamente.

Al salir ví a mi madre y Mark viniendo con unas bolsas en sus manos y yo con una cara de victoria.

-¿No hiciste tú pedido? - preguntó mi mamá abriendo sus ojos al tamaño de dos platos.

-Nah... Pésimo servicio... Cero estrellas
Mejor vamos abajo... - dije señalando las escaleras eléctricas.

Por si lo preguntas el café lo dejé en el mismo lugar en el que el me lo entregó, ni crean que lo recibiría.

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NOTA DE LA AUTORA:

¿Qué creen que pase?
¿Aqui terminará la historia de ellos dos?
Yo creo que si

Espero les haya gustado
-Sofía Muñoz Dorado ❤️

¡Gracias por leer en serio!

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Inhalando El Mismo HumoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora