Sin ti ...

3.6K 142 14
                                    

Cuando Julia volvió a mitad de la tarde, encontró la casa vacía, las luces de la terraza estaban apagadas, al principio se asustó como otras veces pensando que Natalia podía haberse marchado, pero sabía que para bien o para mal dependía de ella, durante ese tiempo donde Julia quiso que volviera a ser suya, se había mostrado alejada de todo, pero siempre estaba allí. Le hacía fuerte el saber que Natalia no había buscado a nadie, y si por la mañana al marcharse pensó que no podían seguir así, al llegar, pensó que de una manera u otra era suya, y eso nadie lo cambiaría. Comenzó a buscarla, pero no estaba, no solía salir casi nunca de casa, iba al trabajo, Julia iba a recogerla, y se metían en casa, habían salido una vez de viaje pero Natalia no se había movido del hotel. Así que desistieron de intentarlo de nuevo. Miró hacia arriba en aquella casa que se había comprado, el desván era el rincón preferido de la Pediatra. Tenía una claraboya en el techo por donde asomaba el cielo, por donde los rayos de sol, la bañaban o por donde veía caer las gotas de lluvia como lágrimas habían caído de sus ojos. Cuando estaba en aquel lugar, Julia sabía lo que hacía, recordar.

Julia: ¡Natalia estás aquí!... ¡porque coño no me contestas nunca! (le dijo al llegar al final de las escaleras. Al verla se precipitó hasta ella) ¿Estás bien?

Después de varias horas de viaje donde se fueron contando diferentes cosas, tres años son muchos años y un viaje de Pamplona a Madrid, da para ponerse al día de todo, llegaron a la ciudad. Marta se sorprendió cuando Alba le dijo que debían ir a un hotel

Marta: ¿Qué haces en un hotel?
A: No tengo casa... no tenía sitio donde ir... así que hasta que encuentre algo estoy aquí. Rosario me ha dado las llaves de casa para que me instale allí así si por un casual fuera Natalia, me encontraría.
M: Es muy buena idea (dijo sonriendo)
A: No, no lo es... no quiero estar allí sin Natalia, acabaría volviéndome loca
M: De acuerdo... pero no voy a permitir que estés en un hotel. ¿Y tu madre?
A: Mal, desde que mi hermano murió, muy mal. Además con todo esto ha sufrido mucho y... bueno... he vuelto en parte por ella, no podía estar más tiempo en México, necesitaba su cocido, sus callos y pasear por el retiro.
M: Hemos llegado
A: ¿Vas a subir a ver a tu sobrina, no?
M: ¿Puedo? (se le iluminaron los ojos de tal manera que parecía que iba a llorar, tanto, que sorprendió a Alba)
A: Por supuesto... te va a encantar... ya lo verás
M: ¿Se acordara de las tetas de su tita? (le preguntó emocionada)
A: Vamos a ver...

Para Marta aquella niña había significado mucho, ella que siempre parecía superficial, había dado muestras de terrenal cada vez que esa niña llegaba a sus brazos, cada vez que la miraba, era el centro de las burlas cuando Natalia estaba cerca, y sabía, que si para ella volverla a ver era una emoción que no podía controlar, para Natalia sería quizá su cura. Siguió a Alba con el corazón a punto de salirse de su pecho, cuando llegaron frente a la puerta, Alba le sonrió con un gesto que le demostraba que sentía aquella separación, pero todo se le olvidó a Marta cuando la puerta se abrió y vio a una preciosa niña, correr de los brazos de una Encarna envejecida y triste, hasta su madre.

Natali: Mamá... mamá... (pero al ver a Marta se quedo parada ante aquella mujer tan grande, la miró con sus ojos negros abiertos) ¿Natalia?
M: ¡Dios!, esto se lo dice a ella y se muere (murmuró llorando ante la sonrisa de Alba ) No cariño... soy tu tita Marta (la niña miró a su madre ante la sonrisa emocionada de Encarna)
A: Venga Natali dale un abrazo, ¿te acuerdas que te hable de ella?, venga cariño (se agachó Alba dándole un beso)
M: Pequeña (se agachó también y cuando Natali le dio un beso en su mejilla Marta no pudo más que llorar de emoción estrechándola entre sus brazos con toda la ternura del mundo) Mi niña... mi princesita.
En: ¿Qué tal ha ido hija?
A: Tengo mucho que contarte mamá (le decía emocionada viendo como la pequeña Natali se reía ante las cosas de Marta)
En: Todo irá volviendo a la normalidad cariño... poco a poco (se le acercó y la abrazó)
A: Natalia ha desparecido, nadie sabe donde está (miró a su madre con los ojos nuevamente turbios, nuevamente con aquella sombra que se instaló en ella desde que la vio bajar de aquel tren que la alejó de Natalia) No sé que voy a hacer para recuperarla
En: Con la ayuda de Dios la encontrarás (la abrazó con ternura)
M: ¡Encarna no le he dicho nada! (la abrazó también mientras no soltaba a la niña del brazo, aquel Natalia que la pequeña había murmurado le había dejado helada) ¿Tiene la maleta hecha?
En: ¿Maleta?
M: Eso he dicho, se van a venir a mi casa (les dijo mientras besaba a la niña que sonreía abiertamente)
A: Marta yo...
M: No quiero que rechistes
A: Pero... ¿y Claudia?
M: Estará encantada
A: No, de verdad te lo agradezco pero no (le decía sonriendo al ver que la niña le hablaba a su lengua)
Natali: Tita Marta
M: Eso mi amor eso, tita Marta, ¿y no te acuerdas de cómo te gustaban las tetas de la tita Marta? (la apretó graciosamente contra su pecho mientras la niña soltaba carcajadas sin cesar, Alba sonrió ante su locura) ¡Ay mi niña cuánto te he echado de menos!
Natali: ¿Natalia mami?
A: Pronto la veremos cariño... pronto (le acarició la cara con ternura)
M: Venga Encarna... prepare lo suyo que se vienen conmigo
A: Está bien (le dijo a su madre que la miró sin saber que hacer)
M: Tendremos nuestro cuartel general en mi casa, desde allí comenzaremos a buscarla
Natali : Buela... buela... (la llamaba al ver que Encarna se iba a la habitación)
En: Ven cariño (le dijo sonriendo y tras un beso fuerte y sonoro de Marta la niña se bajó de sus brazos y fue a por su abuela que la miraba sonriente) Vamos mi amor
M: Que mayor está (dijo sin apartar sus ojos de la niña)
A: Sí (sonrió orgullosa)
M: Gracias Alba (la abrazó con fuerza por primera vez desde que se habían visto)
A: No me des las gracias... para mí sigues siendo su tita
M: No te agradezco eso, te agradezco que la niña sepa quien es Natalia (sus ojos se mostraron realmente emocionados) Si hay alguien que puede devolvernos a Natalia, será ella
A: Lo sé

En el aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora