Todo lo que tenia dentro.

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Lo preguntó con voz extraña sin apartar la vista de los cuadros, ante ella había un mar revuelto, con una espuma blanca tan potente que parecía adueñarse del azul, le llamó la atención aquella pintura, tal parecía que su alma estaba igual de revuelta y le restaba fuerza a su corazón que sin embargo en su lucha por mostrarse tranquila no cesaba de palpitar a galope. Alba suspiró, la pregunta estaba hecha, y de que manera más fría, en ese momento se olvidó de todo lo que había preparado, los discursos delante del espejo se le habían olvidado, las palabras que había ensayado se le habían esfumado, ahora la tenía delante y notaba su distancia, la tenía justo delante y notaba su ausencia, pero dependía de ella poderla recuperar, dependía de aquellas palabras, de su sinceridad de su propia angustia por lo sucedido, para poder recobrar la paz en el mismo mundo las dos, andando en el mismo sentido

Exhaló un profundo suspiro antes de pronunciarse, que sonó como el silbido de un viento huracanado encerrado en aquella sala, repleto de temor. Después se oyeron los tacones acercándose nuevamente a Natalia , aunque guardando una distancia prudencial, y solo cuando desaparecieron aquellos sonidos secos, apareció su voz tensa pero segura, nerviosa pero tranquila

A: Tuve miedo a perderte (Natalia al escucharlo enarcó una ceja, pero no se movió) Me fui porque no estaba preparada para darte lo que esperabas de mí.

Hubo silencio, Alba esperaba un grito o una mirada repleta de malestar, pero lejos de aquello, siguió presente el silencio mientras Natalia cruzaba sobre su pecho los brazos, agachaba la cabeza y daba dos pasos más hacia la derecha, marchándose de la luz a la oscuridad

A: Lo siento (su voz fue desgarradora porque aquel silencio  le estaba penetrando de una manera punzante el corazón)
N: ¿Lo sientes? (le preguntó irónica y con una falsa calma le preguntó sin mirarla) ¿Un poco tarde, no crees?
A: No fue fácil para mí
N: Ya imagino, provocas que te haga el amor me dices que me quieres y luego huyes, te largas, ¿qué parte no entendí? (se giró esta vez con el gesto duro y tono severo que Alba esperaba encontrar)
A: Te quería y te quiero
N: ¡Por favor! (dio una carcajada repleta de incredulidad mientras apretaba con rabia los puños)
A: No me importa lo que pienses
N: Ya, ya, me lo dejaste muy claro (no alzó la voz pero ésta era lo suficientemente irritada como para provocar en Alba un cierto temor)
A: A ver Natalia , entiéndeme, no podía quedarme a tu lado porque hubieras acabado dejándome, nos habríamos destruido, no estaba preparada para darte lo que querías
N: ¿Y tú sabías lo que yo quería? (la miró pellizcándose el labio con el desafío marcado en sus ojos mientras daba dos pasos acercándose a ella, fue como si en su rostro la máscara de la tranquilidad se rompiera, dando paso a una expresión repleta de rabia, dolor y odio) ¿Creías que por no poderme hacer el amor te iba a dejar?
A: Me asusté de mi misma Natalia, pensé que acabaría destruyendo nuestra relación si no hacía algo (le respondió tratando de ser fuerte aunque aquellos ojos, aquella mirada le estaba rompiendo el alma)
N: ¿Y por qué no hablarlo?
A: Porque no sabía como lo ibas a tomar
N: ¿Alguna vez te respondí mal a tus problemas? (le dijo entre dientes mirándola intensamente)
A: Eso era diferente (se defendió con cierto malestar)
N: Yo era la culpable Alba , ¿quién mejor que yo para entenderte? (la miraba con el ceño fruncido y le hablaba con voz amarga mirándola fríamente)
A: No me mires así por favor (le imploró con angustia, mientras notaba que aquella frialdad en los ojos de Natalia le iba helando la sangre) Por favor
N: ¡Cómo esperas que te mire! (le recriminó alzando duramente la voz) ¿Cómo debo mirarte?
A: Natalia ... (le sorprendió aquella reacción pues en sus ojos se había marcado el desespero)
N: Yo fui sincera contigo... ¿y tú?
A: Lo sé fui cobarde, en ese momento me pudo el miedo, el pánico, no sé... tenía tantas dudas... ¡no fue fácil Natalia ! (alzó la voz tratando de demostrarle que realmente estaba angustiada)
N: Yo creo que sí, que te fue muy fácil (le espetó con su voz acerada y actitud regia mientras la miraba apretando los dientes por no gritarle nuevamente)
A: No, ¿dejarte, no?, te lo aseguro (le respondió con la voz desgarrada)
N: ¿Por eso volviste en seguida?, ¡por eso me mandaste el divorcio! (le gritó fuera de si)
A: Me equivoque Natalia ... todo se precipitó, la muerte de mi hermano, el pensar que podrías quitarme a la niña por haberme marchado no sabía como dar marcha atrás (Natalia se había dado la vuelta, le había dado la espalda pero Alba necesitaba mirarla, necesitaba que viera en sus ojos la sinceridad, abrirle el alma, dejarle paso al corazón. Con la respiración agitada pasó por su lado poniéndose nuevamente delante, cerró los ojos tragando una saliva que no podía arrastrar su miedo, mientras con voz trémula siguió ante la mirada fría de Natalia ) Me sentí impotente y quería huir, mi tío me dio la oportunidad de hacerlo y lo hice... ¡pero miles de veces me arrepentí!
N: ¿Debo creerte? (la miró con gesto sarcástico, parecía que aquella sonrisa justa que le dedicó tuviera un filo demasiado fino para clavarse en su corazón)
A: Si, debes creerme
N: ¿Y por que ahora sí, y antes no? (entre cerró sus ojos)
A: Porque ahora puedo mirarte a los ojos, porque ahora puedo verte con todo el corazón, antes no Natalia , antes no (fue bajando su voz, una voz conmovida porque veía el dolor en aquellos ojos, y por mucho que trató de ser fuerte, sabía que ninguna de la dos en aquel momento lo estaban siendo, porque cuando hablaba el corazón, el amor las volvía débiles) Es la verdad, créeme
N: En eso llevas razón, fui un estúpida y quizás todo lo que he sufrido me lo merecía (dio la vuelta y se plantó ante otro cuadro, titulo "amanecer", sus colores cálidos por un momento llenaron el alma de Natalia , y palabra a palabra recordó que aquel motivo estaba escrito en su carta de despedida que se había aprendido de memoria. No quiso que su voz sonara irritada pero estaba repleta de culpabilidad) Siento si te destroce la vida, lo siento de verdad, no puedo reprocharte más, yo te violé y eso no tiene perdón, comprendo que te marcharas... pero no lo puedo perdonar, es tan sencillo como que no puedo olvidar el dolor que me dejaste
A: No me violaste (lo dijo lentamente, agachó la cabeza y Natalia se giró, la vio débil, allí cruzando sus brazos sobre su pecho, la hora de la verdad había llegado por fin) En la sierra te dije que lo olvidáramos, mil veces te dije que no podía quererte, recuerdo cuando me dijiste que tenía miedo a enamorarme de ti, yo ponía como excusa lo que pasó en aquel lavabo sin embargo no quería reconocer que en parte me gusto, que tenerte me gusto (Natalia la miraba atónita, entreabrió la boca, su frente mostró un arruga que daba a entender a Alba que no salía de su asombro. Alba tragó saliva era hora de sacar fuera toda la verdad con todas sus consecuencias) En la fiesta hubo un momento que me miraste y me excité, no sabía porque, no podía controlar aquello pero tampoco podía permitirlo, eras una mujer... y yo odiaba a los homosexuales, pensaba que era gente enferma, incapaz de dar o recibir amor, ya lo sabes. Cuando te sentí, al principio quise apartarte, pero tus caricias, tu aliento en mi piel, tus labios fueron ganando espacio en mí, me ha costado mucho tiempo asumir aquello, asumir que debí ser sincera contigo desde el principio, sin duda ocultarte aquello, y mi miedo, era lo que no me dejaba vivir
N: ¿Y me lo dices ahora? (la miró con una sonrisa enfurecida, con los ojos echando chispas) ¡Ahora Alba , ahora!
A: Te lo digo cuando he podido limpiar mi alma del odio que quería obligarme a sentir por ti, por provocar en mí el amor hacia ti, es complicado, mi vida no había sido fácil, y tú lo cambiaste todo. Pero aún así, no podía corresponderte... (su voz volvía a reflejar angustia) Sentía pánico... me sentía desarbolada ante tanto amor, me sentía sucia por no ser sincera contigo desde el principio...
N: Te ofrecí ayuda... (su tono sonó a reproche lo mismo que sus ojos que se habían llenado de lágrimas)
A: Sí, pero sabía que a tu lado no podría superarlo que tú sin querer siempre me exigirías, de una manera u otra, pero eso lo entiendo ahora que tengo esta necesidad de ti
N: ¿Necesidad de mí?, me has arruinado la vida, ¿qué es lo que esperas? (trató de sacudir su cabeza dándose la vuelta para liberar los recuerdos desagradables que llegaban a ella)
A: Que me perdones, que me des una oportunidad, que me des la oportunidad de demostrarte que ahora sí, ahora soy capaz de todo por ti (trató de cogerla pero Natalia se soltó) Natalia
N: ¿Esperas que me lo crea?
A: Nat (ladeó la cabeza)
N: ¡Te vas y esperas que ahora te diga bienvenida Alba ! (le gritó fuera de sí repleta de dolor)
A: Sé que tienes razón para estar enfadada...
N: Más que eso Alba , estoy defraudada, ¡estoy destrozada! (le decía de una manera lenta pero repleta con cada palabra de dolor, arrastrando entre dientes las palabras, con un movimiento violento en su pecho que parecía iba a estallarle)
A: Déjame que... (se acercó y trató de acariciarla)
N: No me toques (le espetó con máxima dureza)
A: Natalia yo...
N: Me he pasado tres años pensando que eras una hija de puta, pensando que te habías burlado de mí, culpándote por ser cobarde y no aceptar que fue todo mi culpa... que me habías abandonado porque te había destrozado la vida y ahora vienes y me dices que no te violé... que te gustó (le dijo dando una carcajada repleta de ensañamiento y perplejidad)
A: No, te he dicho que no me forzaste, que yo me deje, pero eso no significa que estuviera de acuerdo con lo que hiciste (le reprochó ella esta vez)
N: ¡Claro... claro!, y quieres una oportunidad (apretó las mandíbulas y los puños mirándola con un dolor infinito que penetró en el alma De Alba a quien los ojos se le llenaron de lágrimas) ¿Para qué?, para que cuando te de miedo salgas corriendo
A: Natalia por favor (se le había secado la garganta por el miedo de verla tan herida) Compréndeme, tú pasaste por lo mismo y yo te escuché, mil veces te escuché, por favor (le hablaba nerviosa moviendo sus manos, tratando de convencerla)
N: ¡Por favor qué! (le gritó y como si se hubiera apoderado de ella la rabia se acercó sin tocarla pero gritándole a escasos centímetros de su cara) Me has jodido la vida, me has dejado como un trapo ni a un animal se le trata como me trataste tú, me has quitado la oportunidad de ver crecer a Natali
A: Le hablé de ti, tenía tu fotografía (trató de defenderse)
N: ¿Y qué?, ¿con eso está todo salvado?, no le he visto crecer, no le he visto andar, no he sufrido si ha tenido fiebre, no me he reído con sus gracias (sus ojos se habían llenado de lágrimas pero su voz firme y su gesto irascible le hacía temblar a Alba )
A: Lo siento (le dijo llorando con la voz apagada por el dolor casi sin aliento ante tanta rabia)
N: No me vale que lo sientas Alba , no me vale, no vale nada la pena, nada, no puedes devolverme ese tiempo, no puedes... y no quiero...
A: Natalia ... por favor... (decía desesperada con una sonrisa rota por el miedo) ¿Qué me estás diciendo?
N: Si me hubieras querido, no te habrías marchado (le dijo con tono severo y mirada desafiante pero no contestó a su pregunta)
A: Contéstame (le habló con dureza y el silencio de Natalia le dolió lo suficiente como para gritarle como si la vida se le acabara tras su frase) Te quería Natalia , pero tenía que encontrarme, tenía que poder entregarte mi vida limpiamente ¿es tan difícil de entender?, no podía darte amor, no podía sin pensar en cuanto daño nos habíamos hecho
N: Claro y ahora que todavía hemos sufrido más quieres que borre todo de mi corazón y te vea con unos ojos enamorados y felices, como si nada hubiera pasado ¿no? (le habló con una ironía dañina)
A: Lo pasé muy mal... muy mal, pero era necesario para poder volver y poderte amar como tú mereces, quiero ser esa mujer que te decía en la carta, esa mujer que te ame de verdad... quería entregarme a ti con lealtad, sintiendo verdaderamente lo que hacía, quería darte mi vida
N: ¿A mí? (le interrumpió molesta) por lo que sé... la has entregado a otra (le dijo entre dientes con rabia fulminándola con la mirada)
A: ¿Por qué no me preguntas a mí?, ¿por qué le preguntas a Natali ?, ¡es tan solo una niña! (le reprochó)
N: Que me dirá la verdad, ésa que a ti no te interesa decir, ésa que quieres ocultar (le devolvió el reproche)
A: ¿Qué verdad?, la que ella ha visto, la que no sabe ¡tiene tres años Natali
N: Lo suficiente para creer que no eres la mujer que pensaba... que no mereces la pena (su voz sonó grave demasiado grave)
A: No tengo el porque explicarte nada pero está bien, Lupe ha sido mi mejor amiga (contestó bajando su tono de voz, nuevamente los gritos habían aparecido, cerró los ojos dolida)
N: ¡Ya, claro! (levantó los brazos interrumpiéndola)
A: ¿Y tú?, ¿puedes decirme lo mismo de Julia ?, no te he reprochado nada y sé que has estado con ella. ¡Puedes decirlo!
N: No es lo mismo Alba , yo estaba destrozada
A: ¡Y yo también! (le gritó)
N: Por que tú quisiste (le reprochó acusándola con su dedo índice)
A: No Natalia , no, no me estás entendiendo, me fui porque lo necesitaba, porque me ahogaba y no quería arrastrarte a ti en mi equivocación (decía desesperada) ¿Puedes decirme que Julia  ha sido tu apoyo?
N: Me he acostado con ella, sí, ¿y qué?, ¡vas a poner algún pero!, ¡vas a ponerte celosa! (sonrió nuevamente con esa ironía que tan bien manejaba) Total a ti que más te da, si no te importé, si largarte y dejarme no te importó, ¡qué mas me da que te hayas tirado a esa mexicana!
A: No te permito que hables con ese desprecio de ella, me ayudó, me ayudó a salir adelante, a poder estar aquí delante tuya y pedirte perdón
N: Por mí puedes desaparecer otra vez, ¿lo quieres hacer con mi perdón?, estás perdonada Alba (le puso gesto irónico dándose la vuelta mirando un cuadro que no veía)

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