TES

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C: Hola Nat, me alegro de verte (le dijo Cruz)
N: Hola Cruz (contestó con un hilo de voz mientras apoyaba la cabeza en la almohada con los ojos cerrados) Yo también
C: Pues por poco, ¿no? (Natalia no le contestó) Has tenido suerte, ¿cuánto tiempo llevas con las pastillas?
N: Bastante
C: ¿Cuántas tomas?
N: Depende (elevó los hombros)
C: Natalia soy yo ¿vale?, soy Cruz... no trates de evitarme sabes que no lo vas a lograr así que empieza a soltar
N: Llevo casi tres años tomando dos, a veces tres, a veces cuatro
C: Estás bien enganchada (dijo con tristeza dejando el fonendoscopio sobre la cama)
M: ¿Qué, cómo va?
C: Va. Veamos Natalia , no voy a dejar que te destruyas
N: Anoche estaba mal pero no volverá a suceder
M: Y delante de la niña... (Cruz la miró tratando de que no interviniera)
N: Lo siento (dijo bajando la voz mientras giraba su cabeza hacia el lado que no estaban ninguna de las dos)
C: No se trata de que lo sientas, se trata de que estás enferma
N: Lo controlo Cruz
C: No, no lo controlas, y ahora te vas a venir conmigo, voy a hacerte unos análisis...
N: No (contestó con rotundidad tanto en sus palabras como en su mirada)
C: ¿Cómo que no?
N: No quiero ir al hospital
C: No va a verte nadie, te lo aseguro, lo haremos de manera que nadie se entere, necesito una analítica tuya
N: Que me la haga un privado
C: No Natalia
N: No pienso ir (le dijo segura)
C: De acuerdo déjame hacer una llamada (se salió)
N: Lo siento Marta(le dijo al quedarse sola con ella, lo dijo sin mirarse)
N: Más lo siento yo cariño... más lo siento yo (le acarició la cara)
C: Asunto arreglado, ahora vendrán del hospital y te sacarán sangre. Y ahora vamos a ver... creo que no eres consciente de tu estado, y creo sinceramente que no puedo ni quiero dejarte así, eres un peligro
N: No voy a ir a ningún centro Cruz
C: Vale, entonces te ingresaré en el hospital
N: No, no (decía nerviosa y tajante)
C: Natalia te dejé una vez, y mira el resultado, ahora no pienso volverlo hacer
N: No voy a ir a ningún sitio, estoy aquí para salir de esto
C: Tú sola no vas a poder
N: Está martay
C: No puedes darle esa responsabilidad a martay, lo siento...
N: No voy a ingresar, ahora no
C: Natalia no eres una niña...
M: ¿Puedo decir algo? (ambas la miraron) Cruz no crees que es mejor que lo intente voluntariamente, quiero decir, podemos irnos a Pamplona
C: Marta
M: Sé que es mucha responsabilidad, pero... no creo que sea buena idea que esté en un centro. Si yo me comprometo a vigilarla y ayudarla, ella se compromete a poner de su parte y no volver a hacer semejante tontería

Cruz miró a Natalia que miraba a su vez a Marta, esa era su amiga, ni más ni menos, siempre había estado ahí, y también lo estaría en ese momento, lo sabía

N: Sí Cruz por favor... déjame con Marta
C: No estoy de acuerdo, pero bueno, pero me tienes que prometer que vas a seguir todas mis instrucciones
N: Lo prometo
C: Y quiero que te recuperes entre otras cosas porque el mes que viene nos quedamos sin Pediatra, y Vilches había pensando en ti
N: No puedo trabajar...
C: Ahora no... pero si recuperas el tiempo que has perdido...
N: En el Central no
Claudia: ¡Ehhhh, esto... qué...! (no sabía muy bien que decir)
M: ¿Qué te pasa cariño?
Claudia: Vienen a sacar sangre a Natalia (lo decía frotándose las manos y con gesto de susto)
M: Pues que pase...
Claudia: ¿Seguro? (les preguntó a ambas y Marta entendió lo que Cruz había hecho)
C: Seguro, Marta puedes por favor prepararme un café
M: Claro (respondió totalmente atónita)
C: Gracias...

En ese momento, con un nudo en su estómago y las sensaciones más fuertes que había sentido en los últimos meses, entraba una aterrada Alba llevando en sus manos lo necesario para sacarle la sangre. Entraba nuevamente a la habitación en la que se despidió de su amor, en la que se fraguó con un miedo desmedido, todo el dolor que en aquel momento ambas sentían y que Cruz percibía

Fuera una atacada Marta había arrastrado del brazo a una sorprendida Claudia hasta la cocina donde la niña no cesaba de mojar galletas en la leche y echarla toda por fuera, al verlas entrar puso gesto serio, como si ella no hubiera provocado el estropicio que había a su alrededor. Pero aquellas dos titas suyas, estaban demasiado fuera de ellas, como para percatarse del momento galleta que estaba viviendo la pequeña

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