Encajando piezas

3.6K 180 18
                                    

Dicho esto Alba se marchó con andar firme, no podía decir que lo había hecho con toda la seguridad del mundo, le temblaban hasta las pestañas, y agradeció que Natalia no la siguiera para poder detenerse y suspirar, apoyar su mano sobre el pecho y resoplar, sus ojos repletos de lágrimas pero una sonrisa de victoria marcaba su gesto, se giró y vio que no la seguía, apretó el paso hasta llegar al coche, decidida se subió y marchó de aquel lugar que tantas cosas le había entregado

Mientras, de una pieza y nunca mejor dicho se había quedado Natalia , allí como si estuviera petrificada, sin tiempo para reaccionar, lo único que había hecho era haberla seguido con sus ojos hasta perderla en la primera curva de aquel camino, escuchaba el agua caer de la fuente, y aquel sonido le hizo despertar, había metido por instinto sus manos en los bolsillos de su cazadora, había parpadeado un par de veces con fuerza, después había tragado saliva estaba totalmente fuera de lugar, las palabras De Alba desde el principio de la conversación llegaban a ella en borbotones, tanta información en su cabeza le estaba haciendo marearse, se apoyó en la madera, miró al cielo suspirando con fuerza, después, bajó sus ojos hasta la tierra encontrándose con una raíz del árbol que tenía frente a ella, sin duda, Alba había echado en su corazón una raíz tan fuerte como la que sus ojos habían encontrado. Por primera vez en mucho tiempo, por primera vez desde que Alba había cruzado la puerta de su casa, sintió paz, sintió calma, entonces al girarse y verse rodeada por aquella maravillosa vista, se dio cuenta que lo que Andrés le decía era lo cierto, habían elegido ambas aquel lugar, porque sin duda, ambas querían lo mismo, un futuro repleto de aquel colorido de vida

Durante el camino de vuelta, Alba repasó toda la conversación paso a paso, había visto en Natalia señales de sufrimiento, de una debilidad que desconocía, y aquel abrazo le había compungido sobre manera, aún tiritaba si lo recordaba, aquel abrazo había significado para ambas una unión, era como si del cuerpo de una a otra, hubiera un cordón umbilical que no las dejara separarse, como si la vida, les hubiera puesto a una frente a la otra, con necesidad de sentirse cerca. Recordaba que no le había dicho nada de los celos, si bien Natalia se mostraba celosa de Lupe, ella lo había estado no sólo de Julia , también de la fotógrafa. Suspiró, había llegado para luchar por ella y ahora se encontraba por fin con aquel momento, no sabía muy bien que era lo que iba a hacer, no sabía como reconquistarla, sin duda, esa era la palabra, sabía que la amaba, que la quería pero al mismo tiempo le daba miedo volver a su lado. Llegó a casa y al aparcar se dio cuenta que estaba frente a su portal, resopló porque no recordaba nada del camino, entonces sintió pánico, había conducido como una autómata hasta llegar a casa, con la cabeza puesta solo en Natalia , si le contaba aquello, se burlaría de ella estaba segura, entonces sonrió, suspiró y salió feliz del coche, subió hasta casa pensando en estrategias para hacer que aquella mujer a quien adoraba recuperara la confianza perdida, y borrara el miedo, que quien mejor que ella, para entenderla. Llegó y abrió la puerta, sabía que Maria habría preparado la cena eran las nueve y cuarto de la noche, demasiado oscuro para que Natalia volviera por carretera con la moto

A: Ya estoy aquí (dijo feliz)
N: ¡Mami, mami! (salió la niña a su encuentro) Ha venido tetas y bon
A: ¿Qué? (al entrar al comedor se encontró con la pareja allí hablando con Encarna) ¡Pero que sorpresa!, ¿qué hacéis aquí?
M: Cariño, baja de los brazos de tu madre que la voy a abrazar yo ahora
Natali : Chi (decía sonriendo)
M: Ven aquí (al tenerla cerca le dijo bajito) Cabrona si no me dejáis tener ni un polvo con mi chica, tendré que venir aquí para provocar los vuestros y así disfrutar los míos
A: ¡Será posible! (le dijo muerta de risa)
M: ¡Ya ha habido alguno! (la miró fijamente exclamando) ¡Por la Virgen del Perpetuo Socorro! (le dijo poniendo sus manos en las mejillas) Que tu sonrisa te delata amiga, te delata
A: ¿Qué le han pasado a tus anillos? (le preguntó omitiendo el gesto gracioso de Marta )
M: ¿Mis anillos?, no te me vayas por los cerros de Ubeda, no me vengas con cuentos nena, ¡canta!, ¡desembucha!, ¡ya! In-so-fac-to (le dijo a golpes de voz con sus grandes ojos negros fijos en ella)
A: Ahora te esperas (le respondió en modo de venganza. Le sonrió y fue a saludar a Claudia dejando a Marta de una pieza ante la sonrisa de todas por su gesto abriendo los brazos y mirando al techo) ¿Cómo estás Claudia?, bueno no sé para que pregunto, sé te ve estupenda
M: ¡Eh que te he oído! (dijo mirándola con los ojos entrecerrados y señalándola con su dedo índice)
Claudia: Muy bien Alba , la verdad que muy feliz (la abrazó con cariño)
A: Me alegro mucho
M: Oye... ¿ya vale, no? (se puso en jarras dando golpecitos con la punta de su pie en el suelo y Natali copió aquel gesto ante la risa de todas
En: Esta mujer me va a precipitar mi muerte pero de risa (decía con toda la naturalidad del mundo una Encarna con una tos provocada por su risa)
M: Oiga Encarna, que yo muertos los justos ¿eh?, que usted y yo vamos a hablar pero muy seriamente
En: ¿Tú también?
M: Sí, contra la cabezonería no hay otra salida que la presión, presión, presión (iba modulando la voz mientras golpeaba con su puño la palma de su otra mano y la niña por supuesto hacia como ella)
Natali : Esion, esion, esion dice tetas
Claudia: Di que sí, pero si es una operación de nada Encarna (agregó Claudia sin poder controlar su carcajada ante aquellas dos payasas que eran su mujer y su sobrina)
En: ¿Pero aquí habéis venido a ayudar o a fastidiarme a mí?
A: Mamá... por favor (la miraba seria)
Ma: Bueno... dejar a Encarna ¿eh?, ya está bien (hizo de intermediaria una Maria que había tenido charlas profundas con Encarna y entendía su postura)
M: Pero bueno... Maria ... ¿tú de que vas?
Ma: De momento de ama de casa, más tarde igual me transformo en felina, te lo advierto (clavó su mirada en ella con ojos de gato)
M: Joder... como está el patio...
Natali : Oder... como ta el patio por los avos de isto (murmuró Natali mientras se subía al sofá entre Claudia y Marta)
Claudia: Cariño por favor... (le dijo Claudia a Marta por su vocabulario)
M: Lo siento, lo siento (decía apresuradamente) ¿Pero vas a contar?
Natali : Mami, ¿y Natalia ?, hoy no la he vito
A: Va a venir ahora
Natali : ¿Onde ta? (miró hacia la puerta)
A: En la Sierra
N: ¿En la Sierra? (preguntó abriendo los ojos)
A: Sí mi vida...
N: ¿Y tú has tado en la Sierra?
A: Sí (le sonrió ampliamente)
N: Yo quero ir
M: Pronto irás cariño... pronto irás... ahora ve a la cocina y cuenta hasta veinte, luego sales a ver si nos hemos escondido
N: Chi tita... (se había encaminado con su falda corta rojita y su camiseta blanca con rayas finas rojas, pero entonces se detuvo, se metió el dedo en la boca y le dijo muy seria) ¿Como se enta hata vente?
M: Pues contando mi princesa, contando... venga ve (le dio una suave palmadita en el culo)
Claudia: ¡Ay que ver, las cosas le dices a la niña!
M: Cuando yo era pequeña, me hacían lo mismo y mira lo imponente que he salido. ¿Ha habido revolcón?, porque la cara que traes es de revolcón fijo (le dijo cambiando su tono y mirando fijamente a Alba que sonreía)
Ma: ¡Qué fina señor!, ¡qué fina! (murmuró Maria  negando graciosamente con la cabeza)
M: Anda Maria... a ver si tú no lo has pensado
A: A ver, a ver (cortó la pelea entre ambas que como siempre se enzarzaban con facilidad ante la mirada divertida de Encarna) No ha habido nada más que una charla intensa
En: Alabado sea Dios
M: Y todos los santos
Ma: Amén
A: Hemos hablado mucho, hemos aclarado el pasado y creo que podemos enterrarlo (no pudo evitar la sonrisa en sus labios ante la reacción de las tres mujeres)
M: ¿Y el futuro?, porque a mí y a todas lo que nos interesa es el futuro nena
A: Bueno está en el aire (puso un gesto un tanto consternado)
En: ¿Qué quiere decir eso cariño?
A: Pues que... Natalia  no está segura de querer estar a mi lado
Ma: ¡Pero eso no puede ser! (exclamó Maria algo incrédula) ¿Qué le pasa a Natalia?, nunca la había visto así
M: Es sencillo, ¿verdad Alba ? (la miró con algo de pena volviendo la seriedad a su resto y compostura)
A: Sí, es tan simple como que tiene miedo a que vuelva a pasar, a que vuelva a perderme, a mí y a Natali
M: Es tan sencillo como que nunca se había enamorado de nadie como lo ha hecho de ti, que nadie había vuelto su vida al revés, que nadie le había llegado al alma
A: No sé si ha querido o no a alguien como a mí
M: Pero yo sí lo sé y Maria también
Ma: Eso es cierto (sus ojos mostraban cierta tristeza y su barbilla con una pequeña mueca formó un puchero)
A: Sólo sé que me va a tocar luchar mucho por ella, pero que estoy dispuesta a demostrarle que puede confiar en mí. Ahora seremos amigas
N: ¿Amigas?, ¿has dicho amigas? (se incorporó un poco en el sofá ante la sonrisa de Claudia y el gesto divertido de Alba ) Que cosa más ridícula ¡por Dios!
Claudia: Marta cariño, por algo se empieza, quizá lo que Natalia necesita es tiempo, creo que ha sufrido mucho y todo cuanto ha pasado le ha dejado huella. Es bueno empezar de cero, empezaron mal así que es como si volvieran a darse una oportunidad
M: Si es que como no me vas a tener loquita, si es abrir esa boquita que Dios te ha dao, y me derrito cariño (le dio un beso rápido) Pero a ver, aclárame algo, ¿con o sin derecho a roce?
Ma: ¡Marta!
M: ¡Maria!, eso es muy importante carallo
A: Hay algo más que no sabéis... (todas borraron la sonrisa que la escena entre Marta y Maria había arrancado en ellas por su tono triste y gélido, todas la miraron fijamente) Durante este tiempo que he estado en México, he asumido mi error, y le he confesado que lo que ocurrió no fue como ella pensó como yo le recriminé (se mordía el labio porque sentía como todas la miraban, suspiró cerrando los ojos, si había sido ella quien había dicho a todas lo que había ocurrido, debía ser ella quien aclarara la situación) Bueno... le dije a Natalia que ella no me había violado, que yo podía haberme defendido pero no lo hice porque arrastre muchos sentimientos aquella noche, porque me cautivó y...
M: No falla, si es que con la tontería esa de las estrellas y la luna... ¡la madre que la parió!, ¡quién tuviera su labia! (exclamó de repente notando que Alba estaba pasando un mal rato)
Claudia: Pues tú no te puedes quejar (le respondió mirándola fijamente enarcando una ceja siguiendo su cable como si así quisieran facilitar el instante a su amiga)
Ma: ¡Ahí le has dao! (murmuró emocionada porque ella fue testigo de todo cuanto ocurrió, y no lo había dicho nunca, pero en su corazón sentía una espina clavada por lo sucedido, muchas noches se había desvelado pensando en lo ocurrido, sin poder creer algo así de Natalia, y con los ojos emocionados le dijo) No hace falta que digas nada Alba, lo importante es que ese pasado haya quedado enterrado pero sobre todo bien aclarado
A: Pues eso espero, la verdad
En: Hija, mírame (Alba levantó la mirada con los ojos rojos) Ahora más que nunca está en tu mano, Natalia  te quiere y se merece ser feliz, al igual que tú. ¿Vale?
A: Sí (asintió)
Natali : Tita... tita... ya ta vente...
M: ¡Vente conmigo Aragón!

En el aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora