Todo me parece poco

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Pero aquel amor, estaba en casa librando su peor batalla con los recuerdos, se había sentado en la terraza con el osito amoroso de Natali entre sus manos, miraba el cielo un calor aplastante envolvía la ciudad, de la misma manera que a ella le aplastaba el recuerdo de Alba , sin embargo, necesitaba enfrentarse a ella misma allí, quizás había sido demasiado dura con Julia también injusta, ella la había cuidado su motivo era egoísta pero al fin y al cabo la había cuidado. Pero no podía dejar que arruinará su vida ella jamás la querría, jamás le haría feliz, y justo en ese momento en que su cabeza estaba en perfecto estado y sus nervios habían ido menguando de manera acompasada, se daba cuenta que nunca podría enamorarse de nadie, podría ir viviendo pero sin enamorarse porque para eso hacía falta corazón, y a ella se lo habían robado.

En el despertador de Alba marcaban las tres y treinta y cuatro minutos, imposible dormir, daba vueltas y más vueltas en la cama, haciendo que Natali se quejara por tanto movimiento, entonces la había besado y le había susurrado que al día siguiente vería a su madre. Había tratado de cerrar los ojos pero sin duda su mente no estaba dispuesta a dejarla descansar

N: Eres mía, y lo serás siempre, te he dejado marcada para el resto de tu vida... eres mía... sólo mía...

Abrió sus ojos, aquella voz y aquellas palabras la habían acompañado muchas veces produciéndole horror, pero en aquel momento sabía que cuando Natalia las dijo no era consciente de que era verdad, era suya, solo suya. Volvió a tratar de dormir, volvió a coger con fuerza la almohada para tratar de dejar de sufrir. Nuevamente un golpe en su mente que la hizo temblar.

Alba salía de su portal cuando de repente alguien le plantó en su cara un ramo de flores. Siguió la mano que sujetaba aquel precioso ramo, y al ver su rostro, cerró los ojos agotada

A: ¿Puedes apartarte? (Natalia sacó de su bolsillo una cartulina y se la dio, Alba la miró atónita y entonces la Pediatra le hizo señas con las cejas para que leyera manteniendo el ramo y una sonrisa ante ella) "Acepta estas flores que son tan solo un regalo para que te vaya bien en el trabajo". Estás loca, ¡aparta!
A: Mira no sé que pretendes (entonces le sacó otra cartulina, se la entregó Alba no la cogió pero Natalia la aguantó en el aire ante sus ojos, asomando ligeramente la cabeza por el lado derecho de aquella nota, Alba cansada la leyó, sólo quería que la dejara en paz. Natalia miraba intensamente siguiendo como leía la nota para su foro interno, mientras la repasaba mentalmente "solo quería saber si podía invitarte a desayunar" puso gesto de repulsa y le dijo muy seriamente) Mira, déjame en paz por favor, no voy a desayunar contigo ni loca, ni hoy ni nunca (entonces Natalia se arrodilló delante de ella con una rodilla en el suelo mientras con una mano le daba otro papel, allí ponía "¿Y si te lo pido de rodillas?") Quieres levantarte ¡joder!, me están mirando todos. ¡Estás loca! (Alba leyó "Lo siento") Un poco tarde, ¿no crees?
N: Nunca es tarde... si puedo rectificar (finalmente rompió su silencio, lo hizo con voz sedosa, y tono muy tierno)

Así que por último sacó una nota y le dijo

N: No la leas aún (se abrieron las puertas y Natalia salió, desde fuera le preguntó con voz de tonta enamorada) ¿Podré hablarte?
A: Olvídame por favor (fue un susurró tan de adentro que Natalia no supo que contestar, lentamente abandonó el vagón)

El tren cerró sus puertas dejando a Natalia en el andén, dentro, Alba leyó la nota

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