Mejor vivir sin miedo

4.1K 214 20
                                    

Decidida a aclarar la situación entre ellas, decidida a salvarla de las garras de la otra mujer, Lupe subía por el ascensor, le había molestado mucho que la noche anterior Alba no la dejara ni siquiera subir a su casa, pero no se acordaba de que llevaba llaves para poder entrar si ella dormía, en el ascensor pensaba si merecía la pena luchar contra todos por Alba , y la respuesta que seguía dándole su corazón era, sí. Abrió la puerta y no oyó nada, supuso que se había quedado dormida debido al agotamiento de los nervios acumulados, no creía que se hubiera marchado a casa de Natalia o al hospital, al pasar por la cocina sus ojos se quedaron abiertos, entró, y vio algo sobre la mesa un papel escrito, sus ojos como si fueran los del mismísimo diablo, se volvieron rojos, inyectados de rabia, se giró sobre sus talones entró en la habitación, un dolor en su corazón penetrante le invadió todo su cuerpo, una lágrima rodó por su mejilla, mientras salía de allí corriendo

En su cama Marta  dormía placenteramente, lo hacía abrazada al camisón de Claudia, con su gesto totalmente relajado, cuando de pronto un sonido extraño la despertó, era insistente y llegaba desde fuera, se sentó en la cama con su melena morena revuelta, sus ojos medio cerrados y mascullando entre dientes algo sobre la madre de quien tocaba el timbre. Se puso una bata, y aún dolorida se dirigió hasta la puerta. Miró por la mirilla y se encontró con una cara conocida, demasiado conocida para su gusto, porque no podría insultar a su madre. Sin otro remedio mejor que aguantar, abrió

N: Buenos días futura mamá (le besó y entregó un precioso ramo de rosas amarillas las preferidas de Marta ) Toma cariño son para ti
M: ¡Ay que tú has catao! (dijo cogiendo con una mano el ramo y con la otra tapándose la cara) Me da miedo preguntar con quien
N: ¡Por que eres tan idiota!
M: ¡Anda! (cerró la puerta pasmada) No contenta con despertarme además me insultas
N: ¿Cómo estás? (se sentó en la silla de la cocina sonriente)
M: Siéntate estás en tu casa
N: Gracias, no tengo mucho tiempo...
M: ¿Qué hora es?
N: Las siete y media
M: ¡Las qué! (exclamó esta vez poniendo el grito en el cielo ante la sonrisa divertida de Natalia) ¡Pero si hace nada que me he dormido!, mira no te echó el ramo en la cabeza porque es precioso
N: Me alegro que te guste, es como tú
M: ¡Alba ! (dijo de pronto)
N: ¿Qué le pasa a Alba ?
M: ¿Qué te ha hecho?, ¿mujer? (le miraba fijamente enarcando una ceja)
N: Quieres decirme como estás
M: Estoy mejor, mi bombón no sólo es una Neuróloga de lujo también es una enfermera de primera línea, me ha cuidado mucho he descansado poco porque como había que incitar mis óvulos pues nada, dale que dale a la incitación, me puse a remojo ya sabes yo pensaba que se me congelaba pero oye, ¡cómo agua bendita!, ¿tú sabes que es, hacer la ola?, pues eso me hacían a mí mis labios de abajo... (Natalia explotó en una carcajada ante la explicación porque Marta señaló con su dedo índice hacia la zona) ¿Por qué te ríes así?
N: ¡Pero mira que eres animal!
M: ¿Y qué quieres?... no si la culpa es mía, que a veces se me olvida que eres pija
N: Entonces bien... superado tu intenso drama
M: No creas... ahora al levantarme... no sé... como si me faltara algo (le guiñó el ojo)
N: Pobre Claudia... (sonrió) Oye que... me alegro un montón de que todo haya ido bien, sé que Claudia no podía tener hijos...
M: Pobrecita mía, ha sufrido mucho, pero aquí ha llegado Marta para dejarse la vida en hacerla feliz
N: Eres maravillosa, y anoche te lo dije de verdad, serás una madre ejemplar
M: Venga no te pongas tonta que me pongo tonta yo y las pastillas me hacen llorar
N: Es lo malo, y ni te cuento cuando tengas inapetencia sexual (le dijo mientras Marta abría los ojos de par en par)
M: ¿Qué dices?, ¡eso es imposible!
N: Ya verás ya (decía moviendo la cabeza de arriba a bajo)
M: ¡Vete a la mierda!, ¡te estás quedando conmigo cabrona! (entonces Natalia dio una carcajada) ¿Y ahora me cuentas?
N: ¡Uf ... ha sido... no sé aún no me creo lo que pasó!
M: ¿Sexo?
N: Más que eso, fue como... como si ambas volviéramos a renacer juntas, como si el amor que sentimos, pudiera anoche con todo, fue tan tierno... (se pellizco el labio)
M: ¿Y Alba ?
N: Mira creo que las dos teníamos el mismo miedo, a que no funcionara, no sé... yo mira hubo un momento que se paró y pensé, me echo por la ventana
M: Me lo creo (sonrió mirándola con un inmenso cariño)
N: Pero fue maravilloso poder abrazarla tenerla entre mis brazos y que me pidiera que no la dejara sola... fue... como si mi alma hubiera renacido en ese momento, como si la vida me diera esa segunda oportunidad que tanto he soñado y he temido
M: ¡Qué bien hablas cuando te muestras enamorada! (parpadeó exageradamente arrancando otra sonrisa a Natalia)
N : Lo estoy mucho Marta , ya no tengo miedo a reconocerlo
M: En cierta manera la presencia de Lupe te ha venido bien
N: No te miento, en cierta manera sí, sabía que Alba estaba ahí y quería que fuera ella quien diera los pasos pero de todos modos, tenía miedo no sé muy bien a que, pero en el momento vi la posibilidad real de perderla, pensé que otra vez no tenerla me volvería loca, y de verdad, creo que Alba no se merece por mi parte la actitud que tenía, nos hicimos daño y creo que anoche, por fin, nos hicimos tanto bien, tanta ternura, tanto cariño... tanta pasión...
M: ¡Para... para... o te da algo aquí!, ¡qué babosa!, ¡no sé a quien me recuerdas! (le dijo sonriendo y Natalia sonrió)
N: La adoro, es la mujer de mi vida
M: ¡Por los Clavos de Cristo, ya era hora!, pensé que tendría que encerraros para que lo hicierais (Natalia fue a hablar) Sí, vale, ya lo sé... no lo es todo... pero... hija mira que cambio, no hay más que verte si hasta el cutis lo tienes más fresco
N: Bueno que se me hace tarde...
M: Espera, espera, ¿y ahora qué?
N: No lo sé (elevó los hombros con gesto confundido) Me gustaría pensar que cuando nos veamos nos besaremos y todo será de lo más normal entre nosotras... pero no sé que va a pasar, ni como vamos a sacar esto adelante
M: ¿Pero qué me estás contando?, ¡carallo!¿¡no volveremos otra vez a la montaña rusa, eh?, mira que voy a ser mamá
N: Mira... ahora solo espero que Encarna reaccione y todo quede en un susto grande y una salud de hierro de mi suegra
M: Pues sí... ¿y la sombra?
N: No sé, francamente no sé muy bien que va a pasar con todo, estoy aún en mi nube y no quiero bajarme
M: Natalia ten cuidado a ver si te van a bajar de golpe
N: No, Alba me ama, yo la amo, ahora tenemos que aclarar un poco esta situación y pensar en nuestra hija también
M: Mi niña... voy a ir a verla
N: Mira mejor no, que ahora tienes que pensar en ti
M: Vete a la mierda, mi niña es lo primero, además si lo tengo que coger, ya lo llevo ¿no? (Natalia se mordió el labio mirándola con una negación de cabeza divertida) Pues ya está, deja que pille a Alba que la vuelvo del revés
N: Mira que te tengo miedo...
M: Dime una cosa anda... ¿ha mejorado?
N: No te lo puedes ni imaginar (le dijo bajando la voz dejándola en un susurro)
M: ¿Tú crees que...?
N: No me importa Marta , me importa a partir del momento en que me volvió a conquistar con aquella cena en el terrado... es lo más romántico que ha hecho nadie por mí, me conquistó. ¡Joder me voy que llego tarde!
M: Vale... vale... te das cuenta que volvemos a compartir nuestros secretos
N: Sí, y me alegro mucho (la abrazó con fuerza) me he portado fatal contigo
M: No digas eso, ¿para qué estamos las amigas?, para hacerles lo que no se le hace a nadie, porque nadie me obliga a ser tu amiga, lo soy porque me nace del corazón ¿o a ti no?
N: Sí, la verdad que sí, no hay nada tan maravilloso como tener una amiga así como tú, o como yo
M: Un buen polvo... creo que... es más
N: Sí... tienes razón (dieron una carcajada feliz y se abrazaron) Por fin Marta , por fin nuestro amor puede ganar
M: Así es, os lo merecéis. Y quiero volver a repetir de madrina ¿eh?
N: Vale (sonrió) Me voy o Cruz me mata

En el aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora