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Lunes por la mañana, Samuel no había asistido a su clase, cosa que no me importó un poco, todo lo que resto del día no me había hablado y tampoco es como que iba a perseguirlo. Dado a que no había llegado todos comenzaron a hacer su alboroto, algunos hablaban, otros se fueron a comer y otros a dormir, que se yo.

Nosotros solo fuimos a sentarnos a alguna de las jardineras que estuviera sola. Los chicos habían ido por comida mientras que las chicas estaban hablando pero no les presté atención en absoluto.

—¿Tú qué opinas Leo?—mire a Eva y enarque una ceja—les dije que no puta idea

—¿Que te pasa a ti?—alce los hombros hacia Bea restándole importancia—pudiste hablarnos de tu maravillosa cita del fin de semana y sin embargo estas calladisima.

—no tengo ganas de hablar—respondi simplemente, ellas parecían tratar de seguir la plática pero la verdad es que no me importaba en lo absoluto. Pensaba en que diablos iba a hacer, era claro que Samuel me agradaba, no sé si lo quería de esa manera pero con él me sentía bien, me sentía en paz.

—Leo pon atencion—dijo Mangel y rodé los ojos levantándome—¿A donde cojones vas?

—a estar sola y poder pensar—le respondí y simplemente me comencé a alejar de ellos, no quería ser grosera pero si no tenía ganas de platicarles lo que había pasado, simplemente no lo haria.

—ya suéltame Daniela—escuche en uno de los pasillos, me regresé y ví a Daniela y sus otras dos iguales rodeando a una chica de primero. Ellas se reían mientras Daniela le tiraba del pelo.

yi siiltimi Diniila. Solo lloras niña, ya callate.

—¿Pero estas sorda o te haces?—me miraron y Daniela rodo los ojos, dejo a la niña y está simplemente se escapó entre ellas.

—tu que cojones quieres aquí idiota—dijo y me reí, las otras se mantuvieron calladas y por mi mejor.

—nada, viendo el desperdicio de la humanidad—su cara roja de coraje se asomó y dió un par de pasos hacia mi—mucho cuidadito con quién te metes

—¿Crees que te tengo miedo?—dijo y se me puso al frente. Le sonreí y la empuje suavemente para que se apartará de mi.

—no me provoques, por el bien de la sociedad, lárgate antes que te rompa toda tu cara plastificada.

Y ella sin más tiró el primer puñetazo, su golpe fue directo hacia mi mandíbula, la cual debo admitir no lo esperaba. Cuando la ví de nuevo seguía firme a seguir con la lucha, pero sus otras dos se fueron haciendo hacia los lados. Algunos alumnos que pasaban vieron la escena y se quedaron a ver, la sangre ya me hervía pero no quería problemas.

—¿Miedo Willson?—y eso fue lo que necesitaba para decirle "hasta aquí llegaste". Tome el cuello de su blusa y la acerque dándole un golpe en la nariz. La solté al ver que de inmediato su blusa blanca se tinto de rojo.—¡Eres una estúpida!

Y se dejó ir sobre mi a arañazos, me tomo del pelo así que por consiguiente tire de ella también. Con la otra mano logré soltarle un par de puñetazos y ella solo gritaba.

—¡Ya suéltame maldita sea Daniela!—dije y la empuje lejos. La blusa que traía puesta ya estaba rota, dejando ver un poco de mi hombro. En cambio ella si lucía un poco peor, se acomodó el pelo y solo bufo.

—ven acá Willson—mire mi alrededor y ya había bastante gente mirando la escena, tome mi pelo con la liga para el cabello e hice un chongo alto para que no me molestara. Se dejó venir corriendo y aproveché su mismo impulso para tomarla del brazo y tumbarla para poder golpearla mejor. No me dejaría vencer con público presente.

Logré golpearla mejor con ella debajo, pero eso no impidió que me arañara los brazos, las paradas que daba lograron hacer que me cayera y ahora ella estaba sobre mi para golpearme.

—Daniela ya sueltala—escuche que gritaron, ella golpeó repetidamente mi cara a puño cerrado, eso hizo que las heridas antes cicatrizadas ahora se abrieran nuevamente, además creando nuevos golpes y eso no lo podía permitir.

—Leonore dejala—me levanté quitandola para poder tomar un poco de aire. Ella se alejó pero no la iba a dejar escapar, la tome del pelo y con ambas manos la sacudí como si fuera un trapo cualquiera, ella cayó de rodillas y así la lleve arrastrando mientras pataleaba y me arañaba las manos. El cemento hacia que sus rodillas se rasparan y gritara de vez en cuando.

—¿Quieres más? Bien—dije soltandola, ella se levantó y temblaba de rabia, nuevamente se dejó ir contra mi, cosa que aproveche nuevamente para soltarle un puñetazo. Los nudillos está vez dejaron de ser rojos para que comenzará a salir un poco de sangre. Ella se quitó la sangre que aún escurría y corrió como tacleandome, logro golpearme en el torso y admito que si me dolió. Nadie se metía entre nosotras, esta vez ya era cosa sería.

—eres una maldita zorra—grito poniéndose de pie. Ambas nos vimos, ya estaba cansada de golpearla, la mayor parte la había llevado ella—tu deberías de estar muerta igual que tú estúpido novio

—repitelo si tienes huevos—con eso no jugaba

—¿Crees que nadie sabe eso?  ¿Que tu madre fue una guarra y por eso dejo a tu papá? ¿Que tu padre te golpea?¿Que tu novio fue un malviviente, que se drogaba y murió en un accidente por sus estupidas carreras?

—callate Daniela—dije y busque entre mis bolsillos sin pensarlo la navaja, ella sabía que era mi punto débil.

—vas a acabar muerta igual que tu novio drogadicto. Tal para cual—Por un segundo ví a Mangel entre la multitud, su cara de molestia por lo que dijo de Rubén era evidente. No podía quedarse así.

—cierra la puta boca—dije y la gente se alejó aún mas—di algo más de él y te juro que paras en la morgue.

—¿Y yo tengo la culpa de que tu vida sea una mierda? Maldita loca—no pude más, me deje ir corriendo contra ella, su cara se contrajo en un momento, la aventé hasta que chocó contra una de las paredes, la levanté del suelo y le mostré la navaja. Ella horrorizada ahogo un grito y comenzó a llorar mezclando lágrimas y sangre en su rostro.

—escuchame porque solo lo diré una vez. No vuelves a decir nada, no te vuelves a meter conmigo ni con nadie, porque donde te vea—pase la navaja por su rostro y cerró los ojos—esto quedará incrustada en tu puta cara. Ya estoy hasta los cojones de tus estupideces. ¿Entendiste?

Asintió rápidamente y la solté, mire a mi alrededor y todos solo se quedaron mudos. Quite un poco de la sangre de mi labio y al pasar se abrieron a los lados para que pudiera salir, regrese al salón por mis cosas y poder largarme de ahí.

Encendí mi moto y sin más fui hacia el cementerio, me quedé en la tumba de Rubén, tal vez ella tenía razón, tenía una vida de mierda, una de las personas que me comprendía estaba en esa tumba y la otra era Samuel. Ahí me di cuenta que si lo necesitaba.
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~Mauren

Dangerous -S.D.L-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora