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El fin de semana había llegado. El jueves y viernes no había ido a clases, Gabriela había curado algunas de las heridas pero termino por llevarme al hospital el viernes en la noche, me dolía demasiado el cuerpo y temía tener algo roto. Solo dijimos que tuve un accidente, tenía bastantes moretones en todo el cuerpo, la nariz la tenía hinchada, la ceja y el labio reventados, en fin, no fue difícil engañar a los del hospital. Me recetaron medicamento y estuve internada 2 días, el lunes en la mañana ya había salido del hospital, lucía bastante mejor que el jueves.

Por obvias razones le dije a Samuel que no podía ir con su mamá, estaba enferma y no quería contagiar a nadie.

—Frank te traerá a los niños en la noche, yo debo ir a entregar una solicitud de trabajo, tú padre no llegara en unos dias—dijo Gabriela antes de dejarme en la casa sola. Había cuidado de mi bastante bien, y me juro que no volvería a dejar que mi padre me golpeara de esa manera.

La verdad no me sorprendía nada de esto, ya había pasado algunas veces por eso, sabía que volveríamos a la rutina y no podríamos hacer nada.

El silencio goberno la casa, no podía moverme mucho debido a la venda que cubria mi vientre y pecho, el timbre se escuchó y maldije en voz baja.

—Gabriela no olvides tus llaves por favor—dije acercándome a paso lento, abrí la puerta y la sangre se me bajo a los pies.

—¿Que demonios te paso?—trague un poco y ví la cara de terror de Samuel. Me analizó de arriba abajo, traía unas pantuflas, un pants bastante holgado, una sudadera ancha y en la nariz un parche, además de que bajo mis ojos había unas enormes bolsas entre moradas por el insomnio y rojas por los golpes.

—yo...tuve una pelea en la calle—dije y miró mi mano

—¿estuviste en el hospital?—dijo y mire hacia mi muñeca, estaba la pulsera que te daban para anotar tus datos personales. Lo mire y asentí

—lo siento—me hice a un lado y entro a paso decidido. Cerré la puerta, caminé hasta él y negó viéndome aún.

—esto no fue de una pelea Leonore—no tenía ganas de discutir, y me ponía aún peor que me viera en estas condiciones.—fui con Frank a preguntar por ti, ya que tus mensajes eran solo "si, estoy bien"

—lo siento—dije nuevamente, cuando estuvo frente a mi pensé que simplemente se iría, que me dejaría ahí pero no lo hizo. Me abrazo despacio y suspiro

—vamos a tu cama—lo guíe hasta mi cuarto, se recostó junto a mi y solo se quedó conmigo. Para la hora de la comida fue a comprar algo de sopa para mí, además de su comida, tome mi medicamento y siguió conmigo hasta que llegaron los niños.

—que bueno que Samuel te cuido hermanita—hablo Luz y le sonreí asintiendo.

—lo bueno es que pronto estarás mejor—sonrei hacia Poncho, Mauricio seguía serio. Acompañe a los niños a dormir, Mauricio regreso conmigo para ayudarme a descansar.

—Papa no debe de golpearte asi—lo mire y suspiré—debemos irnos de aquí

—¿A donde Mauricio? No puedo siquiera conseguirles un hotel de una noche. Irlo a denunciar solo provocaría que nos llevarán a un internado porque aún no soy mayor de edad legalmente

—podriamos buscar a mama—negue levantándome para verlo.

—se lo difícil que es para nosotros, de verdad lo entiendo, pero por ahora es lo que tenemos. Te prometo buscar una solución—asintio y me sonrio

—descansa hermana, mañana será un día mejor

      ∆∆∆

—la madre que te pario—dijo Mangel cuando llegue a la escuela, Samuel me había recogido y dejado una cuadra antes de la escuela. Así que llegue caminando con mis amigos en la entrada—minimo cogeme las putas llamadas ¿No?

—estaba muy cansada—dije y negó viéndome

—tia pero ¿Que ha pasado? Casi una semana sin saber que pasó contigo. Me pudieron decir que moriste y yo ni enterado

—solo quise descansar. Unas vacaciones—se río y me abrazo. Aún me dolía el cuerpo pero lo soporte por mi amigo. Las marcas las logré cubrir con maquillaje, los ojos los maquillar un poco y todo parecía como si nada

—pues vaya vacaciones te diste. Mañana tenemos fiesta en casa de Octavio, y el sábado salimos de fiesta nena

—ya hicieron planes ustedes sin mi—caminamos al salón y mis amigos me recibieron con la misma euforia que Mangel. El día se tornó igual que todos, hubiera sido perfecto de no ser por la pequeña discusión entre Daniela y yo.

—oye tu—grito a medio pasillo mientras caminaba con mis amigos, la mire y enarque una ceja—deja de andar de resbalosa con el de Filo

—cierra la boca—dije y Mangel me detuvo. No quería hacer más drama así que solo me regresé. Escuché pasos y un pequeño grito antes de sentir como me empujaban. La sangre me hirvio en un segundo, me di la vuelta y la tome de la chaqueta—no vuelvas a tocarme Daniela

—¿O qué? ¿Me acusarás con tu amigo ese el matón del barrio?—alce la mano para soltarle un golpe pero me separaron de ella.

—Leonore, Daniela basta—mire a Samuel que estaba con otro profesor evitando que ambas pelearamos.

—las dos, a prefectura—me solté de Samuel y caminé hasta la dirección, Daniela iba detrás haciendo su papel de víctima. Solo nos dieron una advertencia, nada fuera de lo normal. Los chicos me esperaban a la salida, Samuel también para llevarme a casa así que me dejaron a una cuadra donde me subí al coche y nos quedamos en silencio.

—¿Te enojaste porque me pelee con Daniela?—nego frenando en un alto

—por mi las hubiera dejado—me reí y suspiro—pero no me gusta que te metas en tantos problemas.

—tratare de ya no hacerlo—sonrio y siguió hasta mi casa, nos despedimos sin más y entre para poder descansar, me sentía sumamente agotada, pero creo que todo lo que hacia con Samuel parecía funcionar

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~Mauren

Dangerous -S.D.L-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora