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«««««««Les esperan unos capítulos que se van a poner a llorar«««««««

Hoy el día estaba más nublado de lo normal, me desperté ya tarde, sabía que Gabriela había salido porque aviso antes de hacerlo. Me tomé mi tiempo en buscar un par de cosas e intentar andar con mi mejor cara.

Tome una taza de café un poco cargado y suspiré sentándome frente al televisor. La casa cada vez se sentía más fría, no tenía ninguna intención de salir y debía hacerlo, hoy tenía una cita con el ginecólogo.

—Leo—escuche, me levanté viendo cómo papá intentaba llegar hasta mi, le ayude a sentarse y sonrió un poco, hoy lucía mejor.

—¿Te traigo algo?—dije y negó suspirando, nos quedamos en silencio un rato, me era raro estar así con él.

—¿Recuerdas cuando te traje a casa aquella muñeca que era fea?—le mire curiosa, asenti y se rió un poco—yo no se que le veías.

—no era fea, solo era diferente—dije intentando no sonreír, la verdad es que si era fea esa muñeca, pero como ellos no me la querían comprar insistí más. Él asintio y dejó salir un largo suspiro.

—que yo sé que no fui el padre ejemplar, pero creo que tú si lo fuiste para los niños—asenti aceptando el cumplido, suspiro y se recargo en el sillon—¿Tu me perdonarias?

—¿Que?—dije sorprendida, no espere que dijera eso.

—¿Que si tú me perdonarias?—no sabía cómo responder a eso, en otro momento de mi vida, hubiera negado rotundamente si quiera estar cerca de él. Pero ahora ni yo lo sabía, tal vez esa coraza de dureza y malicia se había ido. Le mire un rato, él asintio y alzó un poco los hombros, sentí un pequeño dolor en el pecho al no darle respuesta.

—voy por tu medicamento—no me dijo nada, me levanté de ahí hasta su cuarto, buscando la receta y el medicamento, fui a la cocina por un vaso para que pudiera pasarlo y regrese a la sala, él seguía en la misma posición—te tocan estás.

Pero no sé inmutó, le espere porque tal vez era uno de sus mareos pero no pasó nada.

—¿Francisco?—no paso nada, me acerque a moverme pero nada—¿Papá?.

En ese momento, sentí como un hueco en el estómago, los ojos me comenzaron a picar y la respiración a faltar. Le toque de los hombros y le sacudí un poco pero nada, las manos me temblaron cuando fueron a su corazón y notar que este ya no palpitaba. Quise soltar algo más que un llanto pero este no salía. Regrese por mi teléfono llamando a emergencias y dijeron que llegarían en un par de minutos.

—¿Que pasa?—escuche a Gabriela del otro lado, sorbi mi nariz y mire hacia la calle que escuchaba el sonido de la ambulancia cerca

—que...que ya esta—hubo un silencio, luego un llanto de su parte y colgó la llamada.

La ambulancia y los oficiales de encargaron de determinar que la muerte fue causa natural, yo tuve que acompañarlos para todo el papeleo y que pudieran llevarlo a la casa donde lo velariamos. Llame a algunos conocidos de él, llame a Frank, a los chicos y por último intente comunicarme con Andrea. Está última no me atendió el teléfono así que intentaría más tarde.

Las personas comenzaban a llegar, algunas dándome su apoyo, acercándose a la familia y demás, esperando a que llegara el ataúd con el cuerpo.

—¿Cómo está Gabriela?—la miramos cuando Frank pregunto, estaba sentada junto a la puerta, acompañada de un par de personas que daban el pésame. Alce los hombros suspirando.

—ven, vamos a comer algo—insisitio Bea pero solo negué, no tenía ni siquiera hambre, mucho menos para comer en la casa funeraria.

Pasadas unas horas, luego de atender a los visitantes y tratar de tener lo mejor posible para todos, acepte la invitación de los chicos a comer. No tenía ni siquiera ánimos de eso pero sabía que debía hacerlo, no solo por mi. Comi junto a ellos y para las 4 ya había menos gente de la que esperaba, igual cremariamos sus restos, solo estarían los más allegados a la familia y ya estaba. El frío poco a poco se hacía presente en aquel lugar, seguía con Frank y Mangel que habían mantenido su vista en mi.

Dangerous -S.D.L-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora