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—¿Segura quieres estar sola?—mire a Frank y asenti—lo siento mucho Leo

Negué abrazándolo cortamente. Cerré la puerta cuando se dió la vuelta y se alejó y tome aire. Lo deje salir acompañado de unas lágrimas que salieron sin permiso. Caminé al cuarto dejándome caer en el colchón junto a Julieta, que dormía aún, sin percatarse de nada. La abrace a mi para poder tranquilizarme pero no podía, la lluvia fuera golpeaba violentamente contra la ventana haciendo imposible el concentrarme en solo mis lágrimas y lamentos.

La mañana llegó, no pude pegar un ojo ni 5 minutos, había llorado hasta que prácticamente me había cansado, el día parecía no querer mejorar, la lluvia había cesado pero las nubes seguían ahi. Solo me levanté a preparar el desayuno para Julieta.

—¿A qué hora llegaste?—me recibió una Gabriela adormilada, alce los hombros sin verla aún.

—tarde—solo respondí. Se sentó a mi lado y me hizo verla, asombrandose un poco, no quería ni saber cómo estaba—¿Cómo está?

—dormido, el medicamento así lo tiene la mayor parte del dia—asenti dándole de comer a la niña—¿Y Samuel?

—no lo sé, me regresé con Frank—dije y sentí nuevamente como las lágrimas querían salir, ella decidió no hacer más preguntas y para mí fue mejor, no tenía ganas de llorar más, no creo tener las fuerzas para hacerlo.

—¿Leo?—mire a la entrada topandome con la mirada de los niños sonriendome, pero se pusieron un poco serios después

—hey, vengan a darme un abrazo—se acercaron corriendo, al menos eran lo único que me alegraban. Los abrace como si hubiera sido un largo tiempo de no verlos—¿Cómo les fue?

—estuvo bien, jugamos mucho, Luz descubrió que es buena para encender fogatas—dijo Mauri y asenti. Me levanté para servirles algo para desayunar y que me platicaron acerca de su viaje.

Me sentía feliz de que ellos estuvieran bien, a pesar de mi mal aspecto no dijeron nada, agradecí que no lo hicieran notorio durante el resto del día. Nos dedicamos a limpiar y lavar la ropa, al menos así pude mantener la mente fría un rato.

—¿Estás bien?—mire a Mauri y asenti—¿No se supone llegarías mañana?

—las cosas sucedieron y tuvimos que regresar—dije evitando romperme nuevamente.

—¿Y como está Samuel?—dijo y suspiré

—Samuel y yo lo dejamos. Es lo mejor—me levanté y se levantó conmigo—y no quiero que lo mencionen ¿De acuerdo?

—Leo—le mire seria y se cayó. Comencé a caminar hasta mi cuarto y cerré la puerta dejándome caer en la cama. Tome el celular notando las 50 llamadas de Mariana, otras 20 de Ruth, 10 de Pilar, 10 mensajes de Frank y solo 3 llamadas de Samuel. Me dolió aún más lo poco que le había importado. Lancé el celular al otro lado del cuarto y este claramente se estrelló. Tome una almohada hundiendo la cara en ella y soltando un llanto desgarrador que dolía en la garganta y el alma.

No sabía en qué momento ocurrió, porqué dolía tanto, porque simplemente no lo escuché. Lo necesitaba, dependía de él ahora y creo que si en ese momento él llegara y me dijera "perdóname" lo haría, pero una parte de mi solo quería golpearlo. ¿Porque lo hizo? Merecía una explicación, pero también no sabía si estaba dispuesta a escucharlo.

—¿Leo?—mire a Luz y su cara de preocupación se hizo más notoria.

—¿Que pasa peque?—quite las lágrimas y le sonreí, corrió hasta mi regazo abrazándome fuerte, escuché como comenzó a llorar poco a poco y suspire—Luz no llores por favor.

—¿Porque estás triste? ¿Todo está bien?—quite las lágrimas de su carita y negué, los niños se acercaron al cuarto y suspiré. Señale la cama par que tomaran asiento y pudiéramos hablar.

—niños tengo que decirles algo—tome a Julieta y suspire—Samuel ya no vendrá más a esta casa

—¿Pelearon?—dijo Poncho y trate de encontrar valor para decirles algo, ellos se veían afligidos por la situación

—decidimos que lo mejor sería dejarlo, es mejor así—dije y ellos parecían no comprender.

—pero si te hacía feliz, y nos ayudaba y nos quería.

—a veces los adultos tienen que resolver sus problemas, y eso solo quiero que lo sepan. Así que no lo verán de nuevo por aqui—ellos asintieron a su pesar, fue mi culpa por haberlos encariñado a él y de pronto que los dejé así de la nada.

—dejemos un rato a Leo—dijo Mauri y le agradeci en lo más profundo. Tomo a los niños y los saco del cuarto, dónde pude tirarme a llorar el resto de la casi noche. Solo abrazando la almohada e intentando sacar todo el coraje que tenía.

No había echado de menos este sentimiento de tenerlo todo y luego nada, que te quitarán lo más valioso que tenías en un segundo, como una persona puede moverte el mundo y cómo de vacío se siente sin él. Tal vez era incluso una maldición esto.

—me preocupe que hubiera pasado algo—negue fumando del cigarro que me había ofrecido mi amigo. Frank llegó a la mañana para ayudarme a llevar a los niños a la escuela. Yo no pensaba ir hasta intentar recuperar un poco de dignidad, así que fumabamos fuera de la casa en la banqueta.

—arroje el celular por algún lado del cuarto, por suerte aún sirve—asintio y dejé salir el humo suspirando—¿Cómo está Mariana?

—preocupada, pero no quise decirle más—asenti colocando la cabeza en las piernas—¿Quieres que te ayude en algo más?

—¿Sabes cómo sanar un corazón así de roto?—le mire un segundo y sentí nuevamente ese vacío al ver su mirada de pena, paso un brazo sobre mis hombros y dejó que llorara nuevamente—yo hubiera hecho cualquier cosa por él.

—todos podríamos hacer hasta lo imposible por cualquiera que amemos

—pero creo que él no lo hubiera hecho—suspiro sin decirme nada. Solo necesitaba a alguien que estuviera ahí, y en ese momento él lo estaba, eso ya era mucho para mí, porque cuando se está así de roto, es muy difícil que alguien quiera estar con esas piezas.

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Uy uy uy. Capitulo de madrugada solo porque no puedo mimir porque estan pasando cosas extrañas en la tele. Done.

¿Si hago una fanfic de Willy la leerian?
Nomeignoren plotz

~Mauren

Dangerous -S.D.L-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora