34

60 6 0
                                    

Por fin era el tan esperado baile, Samuel se había levantado bastante temprano a hacer ejercicio con su padre, solo me despertó diciendo que cuando regresará ya bajaríamos a desayunar porque sería un largo día. Yo recuerdo haber asentido y quedarme nuevamente dormida. Julieta seguía a mi lado y fue la causante de que despertara.

Me tomé mi tiempo, me levanté y él aún no llegaba así que tome mis cosas para darme una ducha, espabilarme un poco y relajarme. Felicia me avisó que se llevaría a cuidar a la niña. Estos dos días que llevábamos me la había pasado más que genial junto a Samuel. Su familia me había tratado bien, a pesar de todo.

—buenos días preciosa—dijo Samuel cuando salí del baño, le sonreí y se acercó a mí para recibirme con un abrazo

—oye, acabo de ducharme—dije riendo intentando alejarme de él, se rió y puso resistencia-buenos días a ti también supongo

—no seas aguafiestas, así podremos ducharnos los dos—enarque una ceja, sonaba bastante tentador

—puede que me estés convenciendo—se río y no hizo más que besarme, así poco a poco hasta nuevamente entrar al baño y sobra decir lo que pasó después de eso.

—buen dia—dijo Samuel cuando bajamos al comedor, solo estaba su padre y Mariana, saludamos y tomamos asiento ahí mismo. Felicia le daba de desayunar a la pequeña.

—¿Listos para en la noche?—dijo su papá contento, asentimos mientras comenzaban las a comer—tu madre se ha vuelto loca desde temprano, tuvo que llevar a Ruth a ver por última vez los preparativos de la cena—aclaró y supimos dónde se encontraban al no verlas en la mesa.

—bueno, sabes que mamá siempre ha sido asi—yo era punto y aparte de su plática, el desayuno estaba delicioso—por cierto, me llevaré a Leo—dijo Mariana mientras la veía

—¿A dónde?—dijo Samuel viendo a su hermana

—a buscar su vestido, ocupamos el auto—dijo sonriendole a su hermano, cosa que me hizo gracia.

—daselas, total, tengo que hablarte acerca de unas cosas y no creo que ellas estén interesadas en saber de negocios—dijo su papá risueño, Samuel extendió las llaves a su hermana pero luego se arrepintió y me las dió a mi

—confio más en Leo al volante que en ti Mariana—las toma y me reí al ver que ella rodaba los ojos y su padre le daba la razon.

El desayuno fue breve, una plática corta porque solo comíamos Samuel y yo, cuando terminamos, Mariana y yo salimos de casa prometiendo llegar a a tiempo. Me despedí de la pequeña sabiendo que estaría bien.

—bien, primero debemos ir a conseguirnos un vestido—asenti mientras seguía las indicaciones del GPS para llegar al centro comercial de aquella ciudad—tengo el lugar perfecto y la idea clara de como quiero que sea, pero tú te enamorarás de cada vestido

—lo dudo mucho sinceramente, pero confiaré en ti—aparcamos el auto, comenzamos a caminar por aquel enorme centro comercial y comenzamos a buscar entre las tiendas. Mariana veía algunos vestidos solo por verlos, sabía a qué tienda ir y cuando la tuve frente a mi me impresione

La tienda era enorme, la mayor variedad de vestidos que pudiera ver y a precios realmente altos. Había un par de señoras buscando entre los maniquíes y aquellas cosas. Mariana buscaba a alguien con la mirada, yo me quedé viendo lo caros que eran esos vestidos y que no estaría tan loca como para pagar uno de esos

—¡Tifanny!—exclamo Mariana luego de un rato, mire a la mujer que la abrazo feliz y reían por el encuentro

—tenia mucho sin verte Mariana—sonrio y me miro—¿Quien es tu linda acompañante?

Dangerous -S.D.L-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora