—bien, la última entrega—dijo Frank y asenti pasándole el sobre de dinero, era un fajo lo bastante grande de billetes, mismos que ofreció algo así como la mitad—y el último trabajo tuyo
—gracias Frank—le sonreí y nos sentamos un momento en el sofá. Las cosas recientemente iban de maravilla, si exceptuamos a mi padre claro está, Samuel y yo íbamos mejor que nunca, los chicos y yo habíamos recuperado esa amistad de siempre, los niños se llevaban como antes...nada me podía ir mal.
—¿Que planes tienes para el fin de semana?—alce los hombros y lo mire—bueno, celebraré mi cumpleaños aquí, Mariana vendrá e imagino que le dirá a Samuel y si no le dirás tú
—¿Debo regalarte algo?—se río y nego—sabes que no me lo pierdo por nada. Tengo que irme, quedé de salir con los chicos un rato
—y yo debo ir a recoger a Mariana de su clase de frances—asenti y me despedí de mi amigo, tome mis cosas y está vez caminé hasta donde estaban ellos, habían quedado de estar en el centro en un bar así que no me quedaba lejos
—propongo un brindis—miramos curiosos a David, sonreía como si se hubiera ganado la loteria—son lo mejor que me pudo pasar, y como tal debo hacer un anuncio
—ay no—escuche a Jade pero me pregunte porque.
—Jade y yo somos novios—todos los miramos asombrados, la verdad yo si no me lo esperaba. Nos levantamos en automático y felicitamos a los dos amigos.
—¿Porque no nos lo habían dicho?—dije viendo a mi amiga
—Jade quería mantenerlo en secreto—dijo David y asenti viéndolos, los conocía desde hace muchísimo, y sabía que ella por dentro estaba feliz, aunque por fuera le veías como restándole importancia. Aunque a él...a pesar de verlo sonreir, en los ojos veías algo de confusión, de tristeza o algo parecido.
—hey ¿Todo bien?—dije a mi amigo en una oportunidad que tuvimos juntos, él asintió y le dió un trago a su cerveza—oh vamos David, te conozco mejor que nadie, eres un pésimo mentiroso—se río y asintio
—es solo que es raro tener una relación luego de tanto—asenti y miramos a Jade, ella reía de algo sumamente bobo que había dicho Alex, seguramente ya tenga unas copas de más y por eso le cause gracia
—seran una gran pareja amigo—asintio y siguió como en su nube, decidí no molestarlo más. Ya era hora de irme así que Mangel se ofreció a llevarme, vería a los chicos mañana en lo de Frank así que no me preocupaba mucho por eso
—¿David y Jade?—dijo Samuel mientras lavamos los trastos, asenti y se lo pensó un poco—creo que nunca lo pensé bien
—bueno, Jade gustaba de él desde hace mucho tiempo, pero al final nunca se lo dijo, ahora creo que se invirtieron los roles o algo asi—asintio y seco sus manos con el trapo
—bueno, al menos ya estarán ellos juntos—asenti y lo abrace un poco, esos ojos me tenían vuelta loca—¿Que?
—te dije lo sexy que te ves hoy justamente—se río y negó, se acercó a mí aún más y comenzamos a besarnos como siempre, dejé mi mano en su mejilla mientas que las de él pasaban de mi espalda a mi cintura de manera lenta y sensual.
Quise pasar mis manos por su abdomen pero esa camisa me estorbaba, así que comencé a desabrocharle rápidamente porque yo tenía ganas de Samuel.
—Leo, tus hermanos—dijo él y reí sobre el beso
—salieron con su vecino, los puedo recoger en un rato mas—se río y lo tome de la mano para llevarlo a mi cuarto, ahí lo hice acostarse en la cama para ponerme sobre él y tener un poco más de control de la situación. Los besos seguían presentes, pero cada vez subiendo un poco más de tono. La noche hizo que la oscuridad estuviera presente, en lo que Samuel y yo hicimos llenos de amor y placer. No sé cómo describirlo, pero es como si pudiera en un momento alcanzar el cielo en solo un orgasmo.
—¿Te he dicho lo hermosa que eres?—dijo y sonreí acariciando su brazo, ambos desnudos aún, tirados en la cama, sonriendonos el uno al otro.
—mas veces de las que pudiera contar—se río de ello, levanté mi cabeza y la apoye sobre mi mano mientras está reposaba en la almohada—¿Porque yo?
—¿A qué te refieres?—dijo tomando la misma postura que yo
—hay miles de chicas que estarían detrás de ti, de mejor estatus social, más bonitas, más inteligentes, menos problemáticas.
—¿Y a qué quieres llegar?—suspire
—trato de entender como es que quieres estar conmigo—se cayó un momento, luego su mano comenzó a acariciar mi brazo, era el único lugar que le permitía tocar que no estuviera cubierto por ropa. Rara vez tocaba mi espalda porque sinceramente ahí detrás era una zona de guerra bastante amplia, era algo que se lo pedí desde aquella vez que lo hicimos en la biblioteca.
—no se a que se deba, yo no mando en mi corazón, y si él te eligió a ti...¿qué le voy a hacer yo?—me reí y asenti—eres todo eso que yo soñé, y aunque al principio quise evitarlo, desde el primer día de clase que te note distraída en el libro que comenzaste a leer justo cuando yo pregunte, fue como si algo me hiciera querer cuidarte—asenti, se incorporó sentándose en la cama y me hizo que lo siguiera, sentándome sobre él pero de frente, quedaba un poco más arriba de su rostro pero lo veía perfectamente—te lo dije aquella vez que te lleve al mirador, con esa canción que para mí es especial. Por ti hago lo que me pidas, no solo quiero que te desnudes frente a mi, quiero que desnudes tu interior, tus sueños, tus manias, tus sentimientos, tus miedos. Te quiero para mí en cuerpo y alma, quiero saber todo de ti, que me permitas ser parte de ti—quite las lágrimas que habían salido y asenti sonriendo.
No sabía que más hacer, me había dicho lo que sentía en ese momento, aún estábamos en aquella posición, sus manos estaban en mi cintura, las tomé y las moví solo un poco para llegar a mi espalda, lo mire y espere a que comenzará a recorrer aquel camino de sufrimiento que era.
Lentamente, él fue pasandolas sin dejarme de ver a los ojos, sentía su tacto en cada cicatriz, cada marca, cada agujero, cada quemadura... En cada centímetro de piel.
—mi miedo es que después de esto ahora me dejes—dije cuando terminó y coloco sus manos a los costados. Su mirada se perdió un momento y pensé que de verdad me dejaría, su decisión sería una sola y dudo que se arrepintiera de ello.—ese es mi pasado, es mi presente y espero no sea mi futuro, no soy la chica del cuerpo perfecto, tengo mil y un defectos, pero se que si tú me aceptas tal y como soy, todo eso desaparecera.
Mis miedos e inseguridades se fueron cuando tomo mi cara y juntó nuestros labios nuevamente, estos no tan desesperados, solo disfrutando el verdadero momento. Solo disfrutando de lo que Samuel y yo habíamos pactado sin siquiera decirlo esa noche: una promesa de amor.
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La historia tomara un giro muy pronto, está a full esta cosaaaa
~Mauren
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Dangerous -S.D.L-
FanfictionLeonore Willson, una chica complicada si puede tomarse como descripcion, la vida no la ha tratado bien, pues a sus 18 años tiene que cuidar de sus hermanos menores: Mauricio de 15, Alfonso de 12, Luz de 8 y Julieta de 3. Tomando malos caminos y mal...