Los siguientes dias habían sido algo que no sabía cómo describir. Por un lado, los chicos comenzaban a estar en paz con ellos en la casa, ya hablaban casi todo el día y en las tardes jugaban entre ellos. Con Samuel las cosas parecían mejorar, casi todas las tardes la pasábamos juntos, a veces venía a quedarse conmigo y tratabamos de mantener la relación lo mejor que se podía. Mis amigos habian "dividido" sus sentimientos. Por un lado Jade y David se apartaron de mi, cosa que me dolió un poco, pero al final tenía que pasar. Mangel y Alex estuvieron de acuerdo con su decisión, apoyándome en lo que podían como siempre, mientras que Bea y Eva intentaron ser lo más imparciales posibles.
Cómo había dicho, los finales ya nos pisaban los talones, había conseguido tener un buen promedio en casi todas las materias, pensaba en conseguir un trabajo de medio tiempo y en un par de meses salir de la casa con los niños a un lugar mejor.
—bien, recuerden que todos tendrán un regalo—dije viendo a mis hermanos, ellos asintieron y les sonreí. Cómo todo iba de maravilla, me tomé la libertad de gastar un poco del dinero que tenía ahorrado para llevarlos a comprar algo de ropa.
—¿Podemos ir ya?—asenti a Poncho y mire mi reloj
—bien, recuerden no salirse de aquí por favor, iré a buscar ropa para Julieta así que ahí estaré. Sean cuidadosos con el presupuesto—asintieron, seguido de esto, cada uno se fue por su lado a buscar ropa o algo que les gustara. Yo caminé con la pequeña en brazos para buscar ropa para ella.
Estuvimos por los pasillos, de vez en cuando al mirar entre las personas veía a los niños yendo y viniendo, así que sabía que estaban entre los 3.
Tome un par de vestidos y blusas para la pequeña Juli, que luego le medi y le quedaban bastante bien. Comencé a caminar por los pasillos para buscar a los niños, Mauri y Poncho venían hacia mí con un par de camisas y pantalones.
—¿Podemos comprar algo más?—enarque una ceja—haciendo cuentas sobra entre el dinero de él y mío para comprar un juego
—¿Así que ya lo tenían planeado?—asintieron y me rei—bien, solo uno, busquen a Luz para ir a pagar todo ya. Samuel no tarda en llegar
Corrieron en busca de su hermana y el juego mientras buscaba una caja disponible en la tienda. Me tope a Luz hablando con alguien, pero el maniquí me estorbaba para ver quién es.
—¡Luz, ven!—dije y la niña me miró, sonrió y se despidió de mano de la persona, cuando la pequeña llegó a mi lado con sus cosas la mire curiosa—¿Que te he dicho de hablar con extraños?
—que no lo haga, pero ella era muy dulce—enarque una ceja buscando a la persona con la mirada, pero no encontré a nadie. Tome las cosas para pagarlas, los niños llegaron con todo y salimos de la tienda buscando a Samuel.
—¿Te dijo algo?—dije a Luz y ella negó
—me dijo que era muy linda—negue en desaprobación—pero ella se me hacía conocida. Dijo que te conocía.
—pero pudieron haberte robado—dijo Poncho y asenti. Ya no quise reprenderla más, también era cierto que yo la dejé sola. La abrace y ella sonrió un poco
—solo no lo volvamos a hacer ¿De acuerdo?—el auto de Samuel se paró frente a nosotros, se bajó del auto para abrir la cajuela y poder dejar todo en el maletero
—mira Samu, compramos un juego—dijo Poncho mostrándole al chico la caja, él sonrió y asintio despeinado su cabello
—cuando lleguemos, jugamos—asintio y se subió junto a Mauricio. Note que comenzaron a hablar mientras acomodaba las cosas. Mire hacia el otro lado de la calle y había una señora, si fuera espía sería demasiado mala para serlo. Traía un sombrero, unos lentes de sol y no se veía mal vestida. Miraba hacia nosotros y eso me hizo fruncir el seño.
—era ella—dijo Luz, el corazón se me aceleró un momento, mire a Samuel y le extendi a Julieta.
—espera—él se veía confundido, crucé la calle recibiendo un pitido de un auto que circulaba. Note que ella se dió la vuelta y aceleró el paso—¡Oiga!—la gente alrededor miraba pero ella seguía avanzando, seguí trotando hacia ella—¡Hey detente!
Lo hizo de pronto en seco, me acerque a ella esperando que se diera la vuelta, la tomé por los hombros y la giré para verla.
—¿Puedo ayudarte?—un escalofrío me recorrió. No podía verla a los ojos, sus lentes eran lo bastante grandes para cubrirlos y un poco más. Pero reconocía esa voz.
—¿Andrea?—ella negó y giraba la cara nerviosa, la gente pasaba de nosotras a pesar que estábamos a media banqueta. Suspiro y termino quitándose los lentes. Temblé de miedo y coraje a la vez. Ella no supo cómo seguir, me intento sonreír y acercarse a mi pero no la deje—¿Que haces aquí?
—vine por ustedes—me reí y negué, la ira poco a poco me iba invadiendo y sabía que si no me iba, terminaría peor.
—sera mejor que te largues...no quiero si quiera verte cerca de los niños
—creo que merezco una oportunidad—negue señalandola
—no te quiero cerca de mis hermanos, te lo advierto—me di la vuelta, caminé de regreso a dónde había dejado a los niños y a mi novio, ya estaba Samuel en el coche así que solo entre al asiento del copiloto, tomando a Julieta.
—amor—negue viendo a la ventana. Él arranco el coche en completo silencio, hasta los niños estaban callados, las lágrimas salían de coraje, de ira, de no saber cómo manejar la situación. Intentaba no soltar algún sollozo o algo y ponía mi mano para ocultarlo, pero está también temblaba. Eran muchas cosas por procesar en ese momento.
—niños vayan dentro—dije una vez que llegamos a casa, ellos bajaron del coche hacia el maletero, tomaron sus cosas y entraron a casa, Mauricio tomo a Julieta de mis manos, llevándola con él.
—Leo—lo mire, seguía temblando—¿Que paso?
—la vi—dije, hasta la voz salía temblorosa, el coraje de no saber que hacer hacia que todo en mi estuviera disparado—vi a mi madre—la rabia era bastante, era mucho el coraje que le tenia. La odiaba. Solo pude abrazarlo y mientras él intentaba calmarme yo solo pude pensar en que mientras ella estuviera aquí, todo lentamente se comenzaría a hundir. Lo sabia.
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Estoy editando capitulos para hacer un maraton pronto, la historia tendra un twist bueno. Les amoooo~Mauren
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Dangerous -S.D.L-
FanfictionLeonore Willson, una chica complicada si puede tomarse como descripcion, la vida no la ha tratado bien, pues a sus 18 años tiene que cuidar de sus hermanos menores: Mauricio de 15, Alfonso de 12, Luz de 8 y Julieta de 3. Tomando malos caminos y mal...