🌷 Ocho 🌷

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Me removí en mi lugar, mi brazo impacto en el otro lado de la cama, fruncí el ceño al sentir la sábana.

Abrí mis ojos con algo de pereza. Nadie, no había nadie a mi lado, y no es porque extrañará a Jeon, simplemente se me hizo raro no encontrarlo.
Los recuerdos de ayer en la noche se hicieron presentes en mi cabeza, mis mejillas se calentaron y me sentí nerviosa.

Miré el reloj que estaba en la mesita de noche.

7:58 AM

¿Dónde está tan temprano?

Me levanté pero me di cuenta que no traía nada puesto, así me mi mirada recorrió toda la habitación, hasta posarse en una camisa blanca de manga larga de él. Suspiré con algo de frustración, las maletas y todas mis pertenencias se quedaron en el auto ayer.

—Demonios. —Me enrollé en la sábana blanca, con la que estaba cubierta; me levanté tomé aquella camisa y me dirigí al baño.

No me sentía triste, pero sí decepcionada; si lo único que él había querido durante todo este tiempo fue follarme, sólo lo hubiera echo, no entiendo porque tuvimos que llegar hasta el matrimonio para que él lo hiciera. Me da risa pensar que hizo toda una boda sólo para que al final me follara y me terminara abandonando en medio de la nada. Sólo espero a que haya dejado el coche para poder largarse de una vez.

Salí de la regadera, después de una relajante ducha, me seque el cuerpo con la toalla para poder ponerme la camisa blanca, después con la misma toalla me seque el cabello, dejándolo algo húmedo, me lo recogí en un chongo alto; algunas hebras de cabello se desataron, cayendo a los lados de mi cabeza.

Salí del baño, caminé hasta llegar afuera de la habitación, mi estómago rugió de hambre.

—Eish, tengo hambre. —Me quejé mientras me tallaba mi estómago.

Caminé hasta la cocina en dónde había pan, mayonesa y jamón en la alacena.

—Bueno, al menos tengo con que pasar el rato. —Me preparé un Sándwich, cogí una taza y me servi agua.

Caminé hasta la barra que había en la cocina, me quedé de pie frente a esta, mirando hacia el gran ventanal que daba vista al hermoso bosque que había afuera. Fruncí el ceño, ¿Porqué me abandonó en medio de la nada?
Se supone que estábamos ya casados, ¿No?
¿Qué le dirá a sus padres y amigos? "Sufrimos un choque y ella no sobrevivió" "Se la comió un oso" "No quiso tener relaciones sexuales conmigo y la asesiné" "La folle tan duro que cuando desperté, estaba muerta".

Me reí de este último pensamiento.

—Si seré estúpida. —Lleve la taza de agua a mi boca para darle un sorbo.

—¿Quién es estúpida? —Me sobresalte al escuchar su voz, mis nervios me fallaron, haciendo que soltará la taza y cayera al piso haciéndose tazitas.

—¿Q-Qué haces aquí? —Lo señalé.

—Por si se te olvidó, este es el lugar en donde anoche pasamos nuestra luna de miel...y la seguiremos pasando. —Él se dió media vuelta para dirigirse a la cocina.

Yo iba a caminar atrás de él, si no fuera porque se me olvidó que había soltado la taza y que los restos estaban en el suelo, se me clavó un trozo de taza rota en la planta del pie, haciéndome soltar un chillido de dolor, y haciendo que cayera, y sin querer en mi mano se enterrará una pequeña astilla.

—¡Auch! —Él rápidamente salió de la cocina y se agachó a mi lado.

—¿Qué sucede? —Se miraba alarmado.

—M-Mi pie...duele. —Él me cargo al estilo princesa y me acostó en el sofá de la sala.

—Dejame ver, no te haré daño, sólo veré qué puedo hacer. —Asentí.

Él tomó mi pie, levantandolo un poco para ver el trozo de taza que probablemente tenía estancado.

—Lisa, tengo que sacarlo, podrá infectarse. —Uh, no...dolor.

—B-Bien. —Camino hasta el otro sofá y tomo un cojín.

—Muerdelo mientras lo saco, no te prometo que no dolerá...por qué lo hará. —Asentí, coloque la esquina del cojín adentro de mi boca y lo aprese con mis dientes. —Bien, aquí vamos. —Cerre los ojos y apreté el cojín con mis dientes al sentir como trataba de sacar algo de mi pie, algo que lo hacía que doliera como el demonio. —Ya casi. —Lo apreté con más fuerza, hasta que sentí un poco de alivio al sentir como ya no me estorbaba nada en mi pie. —Mira. —Abrí mis ojos y miré el pedazo de taza.

—Ahg, debo de tener más cuidado para la próxima. —Él asintió, solté el cojín y lo deje que se cayera al suelo.

—Iré por el botiquín, tengo que desinfectarlo y vendarlo, ahora vuelvo. —Asentí.

Bien, esto me pasa por ser despistada.

—Bien, aquí está. —Llego con el botiquín, se sentó en la alfombra que tenía el piso y comenzó a sacar todo lo que había ahí, hasta que encontró el alcohol...esperen, ¿Alcohol?

—¡Espera, espera, espera! —Lo detuve al ver que lo iba a poner en un algodón.—¿Me pondrás alcohol en la herida?

—Pues... sí, con esto sanará más rápido. —Lleno el algodón de alcohol y cerró la botellita.

Me senté en el sofá, dejando mi pie adelante de él.

—Bien, ¿Tienes aún el cojín? —Negué y me estire un poco para recoger el cojín y volverlo a poner en mi boca. —De acuerdo, una...dos...tres...

Abrí mis ojos del dolor, solté un chillido al mismo tiempo que solté el cojín y me incliné hacia adelante, sin medir mi fuerza, mordí su hombro.

El ardor se disipó, escuché unos quejidos, abrí mis ojos y solté su hombro de mi mordida, me separé y cubrí mi boca, lo miré y tenía los ojos cerrados y los labios apretados.

—¿J-JungKook? Y-Yo... —Abrio los ojos y me sonrió.

—A mi también me gusta morder.

Oh, mierda.

—LaOmmaChida❤️

The President's Son.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora