The President's Son.

🌷 Diez 🌷

Ambos estábamos sentados en la mesa, él se ofreció a cocinar, le dije que le ayudaría pero me tomo de los hombros y me sentó en el comedor, para que lo esperará. Así que él solo preparo la comida.

Piqué el trozo de carne, y lo lleve a mi boca, mi mirada estaba posada fijamente en la mesa.

-Lisa... -Me sorprendió el echo de que fuera a conversar conmigo. Levanté la mirada para encontrarme la suya.

-¿Q-Qué sucede?

-Queria preguntarte qué fue lo que Jin te dijo cuando te llevaba al altar...le pregunté a él, pero no me quiso decir, así que dímelo tú. -Dejo el tenedor junto al cuchillo y me miró.

-E-Eh...b-bueno, Y-Yo... -Deje el tenedor en mi plato y lo miré. -Él me dijo que tú no eras mala persona, que me habias...estado, siguiendo...-Mi voz se convirtió en un susurro.

-Ya veo...es un boca suelta. -Él volvió a tomar su tenedor y cuchillo, y siguió comiendo.

Pero yo no podía, tenía una gran duda en mi cabeza; y si no la resolvía o preguntaba, mi cabeza terminaría por explotar.

-Uhm...¿JungKook? -Llame su atención.

-Dime. -Él continuó cortando su carne, sin mirarme.

Vamos Lisa, no es tan difícil.

-¿En verdad me espiabas desde hace mucho? -La mano en la cual tenía el tenedor, y el tenedor el cual tenía el trozo de carne, se detuvo afuera de su boca.

Él bajó la mano, dejo el tenedor y el cuchillo en la mesa, se limpió las comisuras de sus labios, aclaro su garganta como si fuera a hablar, se levantó y caminó hasta nuestra habitación, cerrando la puerta al entrar.

-Quiza no debí preguntar. -Solté un suspiro, mi apetito desapareció.

Me levanté y recogí los platos sucios, los lleve al lavamanos, en dónde los lave y los acomode en la vajilla.
Caminé chonca, gracias al pedazo de taza que se me había incrustrado en la planta del pie. Tomé la maleta y saqué mi pijama, un short negro, y una camiseta de tiras del mismo color.

Después de haberme cambiado, apagué las luces de la sala, y caminé hasta la habitación. Antes de abrir la puerta y entrar, suspiré y me arme de mucho valor.

Al entrar, las luces estaban apagadas, un bulto se veía en la cama, dándole la espalda a mi lugar en donde duermo. Suspiré por décima vez.
Caminé hasta la cama, en dónde me senté, me quite mis pantuflas y me acosté de lado, dándole la espalda.

A los minutos sentí como la cama se movía, y una mano pasó por mi cintura, aferrándose a mí.
Su respiración choco con el lóbulo de mi oreja, causándole una corriente eléctrica por toda mi espalda y brazos.

-Siempre estuve detrás de ti... -Su confesión me tomo mucho por sorpresa.

Me giré hacia él, quedando frente a frente.

-¿Porqué nunca te acercaste a mi, como cualquiera lo haría?

-En ese tiempo, mi padre aún no me daba todo el poder de su organización...era un chiquillo cualquiera que podía estar en peligro sólo por ser hijo de quién soy...pero ahora yo tengo el poder, tengo seguridad...y te tengo a ti. -Susurro cerca de mis labios.

Está tan cerca...

-¿Desde cuándo me conoces? -Él sonrió por mi pregunta.

-Desde que tenías 17 años...sigues siendo toda una belleza desde que lo recuerdo. -Su mano subió hasta mi mejilla, la acarició.