🌷 Veintiuno 🌷

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Maratón 2/3

JungKook 11 años.

—Señor Jeon, tenemos un problema con su hijo. — Miré a aquel sujeto que tenía cara de que todos en la vida les eran un gran fastidio.

—¿Ahora qué sucede? — Pregunto molesto mi padre, mirándome.

—Su hijo se niega a tocar las clases que me ha dicho que se le fueran dadas. — Mi padre pasó la mirada de él, a mí, su mirada era muy pesada y profunda, por un momento pensé que podía ver mi corazón latir desesperado por su mirada.

—¿Porqué? — Se dirigió hacia a mí.

Tragué pesado.

—Padre yo...

—¿Porqué? — Pegó un manotazo en la escritorio, brinque del susto y baje la mirada.

—No quiero tomar un arma. — Murmure.

—Dejanos solos. — El tipo que estaba a mi lado, asintió hizo una reverencia y salió del despacho de mi padre. —Así que, no quieres tomar un arma, ¿Eh?

Asentí.

—¿Recuerdas a aquella niña que juega contigo todos los días en la vereda? — Rápidamente levanté la cabeza y lo miré con pánico.

—P-Padre... — El tomó el teléfono.

—Traiganla. — Mi cuerpo empezó a sudar frío.

La puerta se abrió y por ella entró aquella niña, que hasta el momento era mi única amiga, ella era cuatro años mayor que yo, por lo tanto también era más grande de altura que yo.

—Lee Ji-eun, ¿Tú conoces a este joven? — Ella mantenía su mirada en mi.

—Sí señor. — Miré a mi padre asustado.

—Papá, haré lo que tú digas, pero por favor...dejala ir. — Suplique, él me miró y sonrió.

—Muy tarde, JungKook. — Saco un arma de un cajón de su escritorio y apunto a Ji-eun, la cual me miró con pánico.

—¡JungKook! — grito mi nombre, y trato de correr hacia mi, pero un disparo se escuchó por toda la habitación en dónde estaba, su cuerpo cayó sin vida al suelo, su frente tenía un agujero. En sus ojos había lágrimas que no pudieron ser liberadas.

—¡No! ¡Ji-eun! — me tiré al suelo y atraje su cuerpo al mío, la abracé y comencé a llorar en su hombro.

Su cuerpo poco a poco empezó a perder la calidez que emanaba hasta que su cuerpo quedó completamente frío.

—Saquen al cuerpo de aquí. — Ordenó.

Miré como algunos hombres se acercaban a ella, para sacarla de aquí.

—¡No! ¡No se acerquen! — grité, abracé más su cuerpo al mío.

Mi padre se levantó de su silla, y caminó hasta a mí, se puso de cuclillas y me miró con una sonrisa de lado.

—Ahora te has manchado con la sangre de ella, su muerte fue tu culpa, si tan solo no hubieras sido tan rebelde, ella aún estaría viva...espero y con esto, tengas el valor suficiente para poder tomar un arma y seguir mis pasos...te recuerdo que serás el dueño de todo lo que yo tengo, algún día hijo, algún día. — Y sin más, se levantó y se fue.

Mi culpa.

JungKook 15 años.

—¡Ese es mi hijo! — hablo en lo alto, dándome apoyo.

Dispare al último sujeto que estaba parado en la entrada de aquel lugar.

Desde aquel día en que Ji-eun murió en mis brazos, supe que no servía de nada seguir llevándole la contraria a mi padre, ya que en algún momento él volvería a atentar contra la vida de las personas de mi alrededor.

Caminé de regreso a la camioneta negra de mi padre, subí en la parte trasera en dónde estaba él, fumando un puro, su chofer al verme entrar, arranco y nos dirigimos nuevamente a casa.

—Ese es mi hijo, siempre haciendo las cosas bien, no como estos inútiles. — Señaló a los hombres que habían ido una semana antes, pero no supieron defenderse bien y todos terminaron muertos.

Desde hace cuatro años, empecé a hacer esto, a arreglar los asuntos pendientes de mi padre, el cual ya no podía hacerlo, dentro de poco todo su poder pasará a mis manos, haciéndome heredero universal de toda su jodida mafia.

¿Sentir lástima? No, eso quedó atrás, ese JungKook frágil, amable, y sobretodo compasivo, murió el día en que Ji-eun lo hizo. Ahora era un monstruo sin corazón, uno al cual no le importa matar un hombre, una mujer e incluso un niño.

—Vayamos a casa, festejaremos con una botella de Whisky, ¿Que te parece? — mi padre palmeo mi hombro.

—Estoy más que de acuerdo. — Sonreí.


—LaOmmaChida❤️

The President's Son.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora