Corazón Oscuro #9

65. Final parte 3

Unos días después.

Emmet

Observo otra vez la nota que me dejó Rein y llego al lugar de nuestro encuentro. Puede verse el sol del atardecer, así que la luz no me molesta tanto, ya que se está alejando. Camino hasta el puente y lo visualizo en su forma de Nyx, sus cabellos rubios con mechones celestes se mueven con el vientos, es hermosa. Se encuentra parada apoyando los brazos en la baranda, cuando me ve, me sonríe y se pone erguida, dejando de mirar el agua.

—Hola —me saluda.

—Hola —respondo y le muestro el papel, acto seguido lo guardo —¿Por qué no un mensaje al celular? —Sonrío un momento y luego vuelvo a estar serio.

—Quería ser original —Revolotea las pestañas —. Además me gusta usar mis portales —Se ríe.

—Me parece bien —Me le acerco y apoyo una mano en la baranda —¿Querías verme?

—Sí, quería avisarte que me voy —Miro un segundo la moto cuando me lo dice.

—¿Por cuánto tiempo?

—No sé, luego de todo lo que pasó, me di cuenta que tengo que encontrarme a mí mismo, sin nadie más, sin depender de otros y por esa razón he decidido irme por tiempo indefinido.

—No es por qué irás a buscar a las voces, ¿verdad? —le aclaro porque ellas se fueron, desaparecieron.

—No, tengo una promesa de por medio con ellas, así que esta vez no tienen nada que ver, esto se trata sólo y exclusivamente de mí.

—Me parece bien.

Camina y se me acerca, apoya una mano en mi traje, entonces me da un leve beso en los labios al cual le correspondo, luego se aleja un poco.

—¿Sabés? Después de la comida, tú eres mi segundo amor favorito —declara —. Así que no te rindas, te amo, Emmet.

—¿Sabés porqué nunca me rendí? Porque estaba seguro de que tenía una mínima oportunidad y tenía razón, así que si quieres irte, ve, búscate, yo te estaré esperando.

—Eso haré.

Se aleja un poco más retrocediendo y cuando se gira lo agarro bruscamente del brazo, acerco ese cuerpo femenino hasta mi torso, entonces le doy otro beso más intenso que el anterior, tanto que cuando nuestras bocas se apartan un milímetro siento la respiración caliente, así que nos volvemos a besar.

—Me vuelves loco, Rein Weber, Nyx, quién seas con cualquier nombre, siempre me enloqueces —declaro y lo vuelvo a besar —. Te amo.

—Yo también, pero ya me voy —Me empuja con un pequeño rayo mientras se ríe, se va corriendo hasta su moto, salta y se monta allí —. Nos vemos —Me tira un beso al aire, entonces veo como se retira conduciendo.

No me había dado cuenta, pero la sonrisa me duró más de lo que creía.