Corazón Oscuro #9

64. Final parte 2

Época actual.

Blake

Es hora de volver a casa. Xia y Eris les dan los recaudos necesarios a todos para ocultarse de los cazadores, son las que más saben del tema. Luego todos volvemos a nuestros hogares, aunque yo primero al edificio Razieli.

—Al final me quedé con una cabeza de demonio —me quejo mirando como Leik Misteik se pone a cantar sobre la mesa en que lo puse.

—Tengo una chica muy linda, en mi casita, es muy bonita, la, la, la...

—¡Te puedes callar! —le grito.

—¡Yo no me callo, porque no veo a mi chica en mayo!

—En serio, cantas muy mal, y compones peor.

—Toc, toc —Veo a Ace entrar a mi laboratorio —¿Ya encerrado otra vez? —dice el adivino sonriente —¿Y por qué te llevaste esa cabeza?

—¿No deberías saberlo? —Alzo una ceja.

—Soy un adivino, no lo sé todo.

Sonrío.

—Una vez me dijiste que sabías todo de mí, me contaste que cuando estás interesado en alguien descubres más que de otros ¿Acaso mentiste? —me burlo —Tengo suerte, al fin sé que no te gusto.

—No me gustas, me encantas —Se muerde el labio inferior.

—Oigan —se queja Leik —no tengo nada en contra de los gays, pero en mi cara no tengan sexo, por favor, o al menos vistanse de chicas —Saca la lengua —¿Dónde estará mi otro trozo de lengua? Ah ya recordé —Se ríe.

—¡Ah no te soporto! —Bufo.

—¿Para qué quieres a esa cabeza? —insiste Ace.

—Tenemos un trato con Lucifer —Veo a Troy llegar a mi laboratorio también —. Dijo que si le conseguíamos la cabeza de Leik, traería a Eloise para que le diera permiso de beber mi sangre, que podría ser una cura.

El adivino se gira a mirarlo de mala manera, pero luego vuelve a sonreír.

—Oh mira que bien —Regresa a observarme —. Si resulta ser una cura... significa que tendremos que verlo seguido, que felicidad —Se nota el sarcasmo.

—¿Te molesta? —pregunta Troy sintiéndose superior.

—Para nada, tengo mucha confianza en mis habilidades.

Me sonrojo. Ya lo malpense.

—Bue... bueno, pero —interrumpo —todavía ni ha aparecido ese demonio, no especulemos nada, ni siquiera sabemos si va a funcionar.

—¡Sí! —dice la cabeza de Leik —¡Lucy es muy cool y divertido! Siempre anda bromeando de que va a perder su heterosexualidad con Gabriel y este le pega —Se ríe —. Es muy gracioso ver eso, el mundo necesita más cómicos como él.

—Los demonios son raros —opino.

—Gracias —Aparece Lucy en un humo rojo y nos sobresaltamos todos —me lo dicen mucho ¡A lo que iba! —Chasquea los dedos y en otro humo aparece Eloise —¡Tarán, magia! —Agarra el chupetín de su cabello y lo chupa, luego lo vuelve a guardar en su pelo.

—Mi ama y señora —Le hago una reverencia mientras ella se limpia el polvo.

—Te ves bien —opina Troy y ella sonríe —¿Cómo es el infierno?

—No muy diferente a los calabozos en los que he estado —contesta tranquila —. Me encuentro acostumbrada.

—Quieres sangre, te ves pálida —le dice Lucy y en un humo le da una taza.

—Oh muchas gracias —Se lo toma.

—Todo un caballero —opina Ace —. Gracias por cuidarla —expresa porque también es su ama.

—La atendería mejor, pero no quiere—exclama con picardía, luego chasquea los dedos —¡A lo que íbamos! Pregunten, que tengo mucho papeleo hoy y no deseo que diosito me reprenda —Sonríe ampliamente.

Avanzo hasta mi ama y señora, me arrodillo entonces tomo su mano.

—Tengo que pedirle un favor que es contra las reglas, necesito averiguar si al tomar la sangre de un Sangre Pura que nunca ha muerto podría ser mi antídoto, en este caso la de Troy, así que requiero de su permiso.

El nombrado da un paso adelante.

—Calculo que serán varías veces hasta que se cure por completo y pueda beber sangre normal —explica.

Se forma un silencio hasta que ella responde.

—Bueno, mi niño, lo has intentado todo, así que no veo porque negarme —Agarra mi barbilla y se acerca a mi rostro —, pero después jugaremos tú y yo, ¿de acuerdo?

—Claro, mi señora —Me levanto del suelo.

—Los vampiros con sus amos tienen mucha diversión —opina Ace.

—Aún te debo la bienvenida —La vampiresa revolotea sus pestañas.

Troy se acerca hasta mí, mientras Lucy se lleva a Leik y Eloise, así que se retiran en un humo rojo. Bebo la sangre, entonces al parecer funciona, porque me curo bastante rápido a diferencia de otras veces. Nervioso y excitado, me aparto rápido de su muñeca. Hace tiempo que la sangre no me sabia tan bien.

—Bueno... —opina Ace mirando la escena —parece que funcionó —Saca una tarjeta y se la entrega sonriente —. Cuando necesitemos más de esta sangre, búscanos allí.

—¿Un campo? —Alzo una ceja Troy.

—¿Te vas al campo? —Lo miro raro.

—¡Nos vamos al campo! —declara y pone la mano donde está su corazón —Es mi sueño.

—¿Y por qué crees que me iré contigo? —Lo miro de mala manera.

—Exacto —expresa el Sangre Pura enojado.

—¿Por qué? ¿Te vas a ir con él? —Ace lo señala —No puedes quedarte solito por aquí.

—Eh... —Me sonrojo —yo...

—Es hora de que decidas —Hace un melodrama —. Me dolerá mucho que me digas que no, pero lo soportaré y me iré solito al campo —Sonríe y alza el dedo —. Ahora elige.

—¿Qué? ¡¿Qué?! ¿Por qué tengo que elegir? —digo nervioso.

—Porque si no te decides... —responde el Sangre Pura —terminare cortándole la cabeza y eso es muy feo —Sonríe —pero no te preocupes, yo ya sé tu respuesta.

—Ah, ¿sí? —Alzo una ceja.

—¿No soy yo el adivino? —Se ríe Ace.

—Sí, pero he vivido mucho tiempo —declara Troy —como para saber lo mucho que se miran ¿Quién soy yo para interceder?

—¿Entonces lo de cortarme la cabeza era mentira?

—¿Quién sabe? —Desaparece.

—Bueno, al fin solos —Ace me agarra de la cintura.

—¡Espera! —chillo y me aparto acomodando mi ropa —Mejor hay que irse al campo primero, conozco la manera en la que hay que actuar cuando se necesita ocultarse, y la verdad ya no podemos permanecer mucho más tiempo por aquí.

—Me parece bien, pero apenas lleguemos a nuestra casa de campo te arrancaré la ropa.

Y lo cumple, luego de unas horas estamos en el lugar, me agarra por detrás, tirándome sobre una de las cajas de la mudanza, rompe mi camisa, destruye mi pantalón con su fuerza de vampiro, entonces terminamos follando sobre el cartón. Creo que a partir de ahora las noches y los días serán eternos y fogosos sin comparación.