12. Te doy mi corazón

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Agatha

Después de tanto tiempo, hemos admitido en voz alta quienes somos. Este niño se ha metido en nuestra cabeza, hasta lo más hondo. Aun así, sigue siendo demasiado tóxica la casi relación, ya que ni siquiera puede denominarse una ahora.

Terminamos de follar, nos transformamos otra vez en mujer y hacemos aparecer un vestido de aquella época en ese cuerpo. Abrimos un portal, dejando comida para cuando Rein despierte y caminamos hacia el pasillo. Nos quedamos quietas al cruzarnos con uno de los espejos de decoración en la pared.

—Hay cosas que nunca cambian —opinamos.

La verdad que no.

Fruncimos el ceño y el vidrio se rompe, luego sonreímos.

—Mucho mejor.

Una ráfaga de viendo mueve nuestros cabellos negros y miramos hacia la ventana. El jardín es lúgubre como nosotras, pero se nota que es la mañana, dejamos que llegue un poco de sol al lugar. Caminamos hasta la puerta y nos dirigimos hacia el sitio donde tenemos todas flores marchitas. Agarramos uno de las pocas que están sanas, entonces esta comienza a secarse. Nos quedamos perdidas observando aquellos pétalos destruidos por nuestro toque.

Hasta las plantas rechazan nuestra existencia, a la antigua Agatha quizás le parecería triste, pero como consumimos energía negativa, todo es comida, es como alimentarnos de nosotras mismas.

—Se ve que te duele mucho el corazón.

Soltamos la flor marchita, limpiamos la lágrima que caía de nuestro ojo y alzamos la vista mirando a Borja, sonreímos con malicia para responderle.

—No tenemos corazón.

—Si no tienes corazón, te daré el mío —Da unos pasos hasta nosotras.

Fruncimos el ceño.

—¿Qué pretendes?

—Ya te lo dije, ¿no? —Aparece delante de nosotros, con su poder del tiempo —Soy tu acosador personal.

Mierda, otro como Leik.

Vamos a necesitar más frascos.

—Cavarás tu propio tumba —Nos reímos imaginando su muerte.

Cuando averigüemos cómo mierda se mata a un Guardián.

Recordamos que Ragnak debilitó a ese ser, obligándolo a usar magia, y que Ataraxia lo torturó e intentó asesinarlo, incluso así, esa especie seguía con vida, solo envejecía a la vez que volvía a su estado joven, fue imposible dominarlo.

Controlas el tiempo, controlas todo.

—¿Piensas en mí? —pregunta sonriente cuando se ha formado un silencio entre nosotros.

Ladeamos la cabeza.

—¿Por qué el interés repentino?

—De hecho, mi interés por ti, lleva mucho tiempo, pequeña arañita.

Pequeña... ¡¿Arañita?!

No somos diminutas, somos un ser superior, que osadía seguir llamándonos así.

—Deja de hablarnos en singular —Fruncimos el ceño de nuevo —, y te prohibimos denominarnos otra vez de esa manera.

—Oblígame —Continúa sonriente.

Sonreímos.

—Tú lo pediste.

Sacamos unas enormes patas de araña de nuestra espalda y como no lo vio venir, logramos golpearlo, aunque acto seguido mueve el tiempo, entonces es como si no le hubiéramos golpeado.

Presionamos los dientes.

—¡Deja de moverte! —gritamos y lo atacamos seguidas veces.

De repente aparece detrás de nosotras.

—No puedes lastimarme, pequeña arañita —susurra en nuestro oído.

Volvemos a meter nuestras patas a nuestra espalda, regresando nuestro cuerpo a la normalidad, y nos giramos rápido a mirarlo.

—¿Te gustan las arañas? —Sonreímos —¿Qué tal las telarañas?

De los árboles aparecen varios hilos negros que agarran sus manos y pies, hasta incluso su cuello, pero él sigue tranquilo.

—¿Tienes mucha confianza? —Fruncimos el ceño otra vez —¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Percibí tu deleitante olor —responde y nos da un escalofrío.

Guácala, que asco.

Vemos como nuestras telarañas se sueltan solas, ya que él retrocede el tiempo de estas.

¡Que frustración!

Esperen, tengo una idea.

¡No, yo la tengo!

¡Todas la tenemos, idiotas!

Esto de que varias personas nos hablan en singular nos está confundiendo.

¿A quién hay que cortarle la garganta?

Borja, Ragnak ¿Quién más?

Concentración, por favor, uno a la vez.

Sonreímos, transformando el físico, nuestra ropa vuelve a ser un traje habitual con corbata, el cabello se hace corto, entonces cambiamos de sexo a la forma masculina.

—¿Intentas ahuyentarme? —Continúa con su confianza.

De repente se acerca, nos agarra de la nuca y acerca sus labios a unirlos con los nuestros. Nos toma desprevenidas, ya que en realidad pensamos que desistiría al cambiar a hombre. Después de todo se supone que es un ser de otra época, con sus tradiciones chapadas a la antigua. Aunque hay que admitir que los lobos son algo raros con sus temas de conexiones ¿Tendrá que ver con eso su actitud? Cuando logramos zafarnos, luego de quedarnos quietas por la sorpresa, tocamos nuestra boca, perplejas.

—¡¿Cómo te atreves?! —gritamos indignadas.

Nos gusta el porno gay, pero en la tele, verlo desde un cuerpo o cuando se nos da la gana a nosotras, nadie viene y nos toca los labios sin permiso.

¡Venganza!

Presionamos los puños y le tiramos de nuestra electricidad oscura, pero otra vez esquiva el ataque.

—De acuerdo, ya me voy, no te enojes —Se ríe —. Aunque te ves muy bonita enfadada.

Es definitivo, necesitamos descubrir rápido, cómo deshacernos de un Guardián.

Corazón Oscuro #9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora