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Desde que ocurrió el incidente con aquél "beso", Chanyeol trató de actuar lo más normal posible y olvidarse del suceso. Impartía sus clases con tranquilidad, ignorando a propósito el par de ojos de cachorro que lo observaban desde el fondo del salón fijamente.

Había lidiado con cosas peores en escuelas pasadas, con verdaderos bravucones que lo sobrepasaban de estatura y con negligencia académica que acabó en desastre. Por supuesto que podía lidiar con un chiquillo confundido que solo buscaba su aprobación, era pan comido.

Apartó su mirada rápidamente cuando se encontró con la del menor. Muchos de sus estudiantes rieron al verlo tropezarse al tratar de voltear su cuerpo hacia el pizarrón e indudablemente su rostro se puso rosado. Oyó los murmullos de los chiquillos a sus espaldas mientras escribía con mano temblorosa en el tablero. Seguro sus orejas sobresalían a los costados de su cabeza por lo rojas que estaban y es que, de solo recordar lo sucedido, su presión subía y todo parecía temblarle.

Sí, había lidiado con cosas peores en el pasado, pero nunca con una de estas. Solo pensaba ¿Qué podría tener él para atraer a un muchachito? Y la única respuesta que se venía a su mente se relacionaba a un factor psicológico que había escuchado hace unos cuantos años en una conferencia.

Terminó de escribir el título y se giró en su lugar, listo para enfrentarse a los estudiantes de nuevo. Baekhyun lo seguía viendo, sus ojos pequeños lo estaban atravesando. Respiró hondo y siguió hablando del tema en cuestión, evitando a toda costa posar su mirada en la parte trasera del salón.

Para su felicidad, la campana sonó y todos se apresuraron en levantarse y correr fuera del salón. Esta vez no quiso regañarlos, lo que más deseaba era estar solo. Se sentó en su silla y centró su mirada en el periódico que trajo esa mañana. La puerta del aula se cerró y suspiró, víctima del cansancio.

— No se ve muy bien, Sr. Park— La voz de repente lo sobresaltó, haciéndolo levantar la cabeza con rapidez a punto de romperse el cuello.

— B-Byun Baekhyun— Tartamudeó, regañandose mentalmente al mostrar debilidad. Se levantó de su asiento sin dejar de mirarlo y se cruzó de brazos a la defensiva— ¿Qué haces? ¿Por qué no saliste del salón?

— Quiero hablar con usted— Dijo, apoyando su espalda contra la puerta cerrada.

El alto pasó saliva, recogiendo sus cosas del escritorio y metiendolas en su bolso, tratando de ocultar el pánico que estaba creciendo en su cabeza. Debió haberse ido a casa nada más terminar, esa era su última hora después de todo.

— ¿Que no tienes más clases ahora?— Cuestionó, poniéndose el bolso en el hombro.

— Sí— Chanyeol vio que su labio tembló levemente— Tengo gimnasia, pero-

— ¿Entonces, qué estás esperando? Vas a llegar tarde— Se acercó a él, quien seguía  apoyado contra la madera, negándose a moverse— Podemos hablar otro día, aparta.

— No, no podremos. Yo quisiera que-

— Byun, debo irme a casa ahora mismo. Tengo un compromiso.

— No me mienta— Musitó, apoyándose aún más con la espalda— Y deje de interrumpirme cada que digo algo. Escúcheme.

El hombre suspiró, dirigiendo su mirada a otro lado y cruzándose de brazos. El chiquillo se veía decidido a hablar y no lo iba a dejar salir hasta que lo escuchara, así que asintió.

— Sobre lo que pasó aquél día...— Empezó diciendo, sus mejillas se tornaron rosadas al instante. Chanyeol suspiró, avergonzado también al recordar lo sucedido— Yo... Simplemente, me dejé llevar. Hice cosas que tal vez lo molestaron y comprendo que mis sentimientos no son correspondidos...

Sr. Park [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora