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Durante varias semanas, Park Chanyeol siguió ayudando a su estudiante problemático con sus exámenes. Trató de no involucrarse demasiado con el bajito, pero a fin de cuentas, fue inevitable. Se dió cuenta que Baekhyun era un chico realmente inteligente e ingenioso y que su personalidad a veces oscilaba de extremo un extremo, siendo muy inocente y en otras ocasiones transformándose en alguien pícaro, casi juguetón.

No obstante, ese día ninguna de esos aspectos de su personalidad estaban presentes. En ese momento tenía solo al Baekhyun huraño, que no dejaba de fruncir el entrecejo y escribir en la hoja con enojo. Chanyeol había tratado de pasar su humor por alto, pero el bajito lo fulminaba con la mirada cuando le dirigía la palabra. Podía suponer que él estaba vinculado al mal genio del menor, pero no entendía por qué.

- Baekhyun, has cometido este mismo error dos veces- Señaló con voz neutra, notando que el chico apretaba el lápiz con molestia.

- Lo haré de nuevo- Gruñó. El maestro lo miró de reojo, debatiendo en si debía cuestionarle lo que sucedía o mantenerse en sus asuntos. Sin embargo, su lengua no pudo aguantar ver el desprecio injustificado hacia él.

- Sabes, desde que llegaste hoy a la tutoría te he notado irritado ¿Sucedió algo en casa? No lo sé, tal vez... ¿Algún problema en la escuela?

Baekhyun bufó sonoramente, dejando su lápiz contra el papel e incorporándose de su asiento de repente. Le dirigió al alto una mirada de muerte que lo llegó a asustar y se giró.

- Voy a la máquina expendedora- Avisó sin esperar respuesta. El mayor quedó sentado en su silla, con una expresión sorprendida por lo que acababa de pasar.

¿Acaso ese era el mismo chico que se le había confesado aquella vez con ojitos de cordero y voz dulce?

Baekhyun se abrazó a sí mismo mientras caminaba hasta fuera del lugar. Se sentía tonto e infantil, pero no podía evitarlo. Llevaba haciendo berrinche toda la mañana desde que vio aquello que lo hizo sentir tan inseguro.

Durante la clase de lenguaje, la Srta. Sooyoung tocó la puerta buscando a su maestro y entregándole una bolsa con contenido desconocido que hizo que los ojos del orejón se iluminaran. Eso pasó desapercibido para todos los estudiantes, excepto para él, quién no había dejado de quitarle el ojo de encima al alto y a la bolsa que llevaba con él todo el tiempo.

Estaba siendo irracional al ponerse celoso cuando no tenía ningún derecho sobre su maestro. Incluso, este podía estar en una relación amorosa con la castaña y Baekhyun estaba en medio, siendo un niño con sentimientos de adulto que no paraba de balbucear cada vez que lo tenía cerca. Y algo quemaba en su pecho cada vez que pensaba en esa posibilidad. Su nueva fastidiada se mantuvo en su rostro desde que los vio y no trató de disimularlo. Sólo deseaba que la maestra se mantuviera alejada del Sr. Park.

Metió una moneda en la rendija de la máquina de bebidas energéticas, pensando que tal vez sí fue un poco grosero al responderle al profesor de esa manera y que no debía dejarse controlar por sus celos.

- Deja de pensar demasiado- Susurró para sí mismo, dándose un golpe suave en la sien.

Tomó la botella de Coca-cola, e indeciso, volvió a meter otra moneda. De repente, comprarle una bebida al Sr. Park como disculpa no le parecía mala idea.

- Hey, Byun- El castaño se giró al escuchar su nombre, encontrándose a Junhyeok apoyado contra la pared detrás suyo- Así que ahora eres la perra del maestro Park...

- Métete en tus asuntos Im, no quiero problemas y no estoy de humor.

- Te recuerdo que aún me debes dinero.

Sr. Park [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora