-Ey Chris despierta- Dije zarandeándolo- Chris venga vamos despierta que me muero de sueño.
-Eh, si perdón ya voy, alguna novedad- Dice frotándose los ojos y bostezando.
-No, bueno lo típico ahora supongo, coches explotando, gente corriendo y gritando, otras siendo devoradas y convirtiéndose en más cosas de esas. Ah y hace poco más de media hora la luz se fue, no hay luces de las farolas, ni luces en las casas, nada, solo oscuridad.
-Dios hay veces que me das miedo- Se levanta y se estira para intentar despertarse- Anda duerme lo que queda para irnos, te levanto a las ocho y media.
-Pero eso son más de dos horas, tú también tienes que descansar.
-Bueno en ese caso tengo suerte de no ser yo quien vaya a conducir- Dice riéndose y mirándome, no lo puede evitar y me reí yo también. Me acosté en el sofá, cerré los ojos y a los pocos segundos note que el sofá se hundía en mi espalda, me gire y vi que era Kira, me gire completamente y ahora acariciando y abrazando a mi perro me dormí.
-Tenemos que olvidarnos de lo que pasó.- Decía susurrando Camila.
-Estoy de acuerdo - Susurraba también mi hermano, no estaba lo suficientemente consciente de la situación, pero aun así hice mi mejor esfuerzo. – Pero no va a ser fácil, esa noche no se me va de la cabeza.
-A mí tampoco, pero hay que hacerlo estábamos borrachos. No sabía ni quien eras en ese momento, hasta que te vi anoche en la fiesta con ella y entonces supe quien eras. - Explicó Camila.
Kira empezó a lamerme la cara al notar que estaba despierta, así que fingí que me acababa de despertar.
-Eh, que haces, para Kira, déjame dormir- Me giré dándole la espalda y al abrir los ojos me di cuenta de que estaban los dos parados mirándome y mirándose entre ellos. - ¿Qué pasa, que hacéis despiertos, que hora es? - Les pregunte.
-Nada solo estábamos charlando, yo tenía que hacer guardia y ella no podía dormir más. - Me mire la muñeca y vi que no estaba mi reloj, entonces me acorde que lo deje encima de la mesa antes de irnos a la fiesta. Mi hermano noto mis intenciones. –Son las siete y cuarto, todavía queda para las ocho y media, venga duérmete de nuevo.
-No, no creo que pueda volver a dormirme- Me incorpore del sofá- Voy a hacer café y a darle de comer a Kira, alguno de los dos quiere café- Pregunte mirándolos.
-Yo si quiero uno, ¿y tú? – dijo Camila preguntándole a mi hermano, él se limitó a asentir. Estaba raro, como si supiera que había escuchado su conversación. Hice el café y estuvimos charlando hasta que fueron las ocho menos cuarto, cuando me di cuenta de que el sol estaba saliendo. - Mirad ya está amaneciendo- Señaló hacia la ventana Camila.
-Sí, creo que va siendo hora de irnos. - Me levante y empecé a recoger las tazas, eran metálicas por lo que las lave y las guarde en una de las mochilas con otras dos tazas más iguales. - Oye vosotros dos, podríais ir a despertar a los demás- Vi cómo se fueron a lo que les había mandado. Mientras tanto busque mi reloj, un par de pistolas más, las cuales tenían su respectivo silenciador, creo que esta es la ventaja de vivir en una casa de militares, que tienes armas escondidas por todos lados en caso de emergencia. Me fui de nuevo hasta la mesa y dejé tres pistolas con silenciador, con tres cargadores, dos cuchillos de caza, tres navajas pequeñas y una multiherramienta que aparte de contar con una navaja muy afilada también tenía alicates y más herramientas que nos serian de ayuda, las llamaban navajas suizas.
Vi cómo fueron llegando poco a poco aun con caras de sueño. - Bien, a ver, hay café recién hecho, tomaros un poco así os despertareis. Esto es para ti, ya que sabes manejar un arma, te confió esta- Le dije a Dinah entregándole una pistola- Otra para ti- Dije entregándole una a mi hermano.
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El último ocaso {CAMREN} {COMPLETA}
Romance{COMPLETA} Terror es lo único que te queda sentir cuando todo a tu alrededor se desmorona, cuando pasas de escuchar el tráfico matutino cada mañana a escuchar la nada, ni siquiera los pájaros se atreven a cantar, aunque tampoco estoy segura de sí si...