El último ocaso {CAMREN} {COMPLETA}

Capítulo 11

Seguí andando con posición de defensa. Ella seguía detrás de mi sin decir ni una palabra desde la conversación que habíamos tenido minutos atrás, nos quedaba un pasillo por revisar.

-¿Que ha sido lo que has querido decir antes?, has dicho que tenías miedo de no poder salvarnos como tampoco pudiste a salvar a quien, ¿A quién no pudiste salvar Lauren?

-Ahora no es el momento Camila, tienes que estar en silencio, no puedes hacer ruido.

-Venga dímelo, total aquí no hay ningún zombie, no hemos escuchado ningún disparo de los otros.

-Aunque no haya ningún zombie no te lo voy a decir. Es algo personal, algo mío que no comparto con nadie y tampoco lo voy a hacer.

- ¿Porqué?

-Por qué no, ya te he dicho que es algo pers...- dije girándome a encararla.

-No, me refiero a por que eres incapaz de abrirte a las personas, porque eres incapaz de contarme tus problemas cuando eso era lo que hacíamos antes continuamente, nos contábamos nuestros problemas y nos ayudábamos.- Me giré de nuevo apuntando con el arma al frente.

-Han cambiado muchas cosas o acaso no lo has notado. - Le dije mirándola de reojo. - Aparte creo que no es el mejor momento para hablar de esto. - Gire por el pasillo, dios este supermercado no era como los habituales, este parecía un maldito laberinto.

-Tienes razón, no es el momento de hablar de estas cos...- escuche un grito de ella detrás de mí, tenía un zombie encima de ella, antes de que pudiera ayudarla salió de la nada otro más y me dio un manotazo en las manos haciendo que soltara las armas, de un empujón me derribó al suelo y se colocó encima de mi dispuesto a devorarme, con el brazo izquierdo trate de detener su cara mientras que con el derecho palpaba por el suelo intentando alcanzar alguna de mis armas, en cambio alcance lo que parecía un tubo de hierro, hice un último esfuerzo con el brazo izquierdo empujándolo fuera de mí y con mi otra mano le clave el hierro en la cabeza, me lo quite rápidamente de encima, aun podía escuchar los gritos de Camila pidiéndome ayuda, me pare del suelo y en vez de buscar mis armas me tire encima del zombie de Camila haciendo que rodáramos por el suelo, con un movimiento rápido y aprovechando que aún estaba desorientado me coloque encima de él y empecé a darle puñetazos en la cara, a él le importaba poco y yo me estaba destrozando las manos, las empezaba a tener ensangrentadas y no quería que mi sangre se mezclara con la suya. 

- ¡¡Camila, el cuchillo rápido!!- Al no tener interacción miré hacia atrás con miedo de que ella estuviera muerta o algo así, pero la vi en estado de shock. Sujeté como pude al zombie aunque para mi sorpresa tenia demasiada fuerza - ¡Camila, por favor, necesito tu ayuda! - Seguía sin hacerme caso así que deje de gritarle y opte por hablarle en un tono más delicado. - Hey Camila, necesito tu ayuda, ¿Sí? - Vi cómo se giraba a verme poco a poco pude notar las lágrimas en sus ojos- Necesito que me des mi cuchillo, rápido por favor, no sé cuánto voy a poder aguantar. - Ella reacciono y con la mirada encontró el cuchillo que había a un par de metros de ella y me lo paso rápidamente. Se lo introduje en lo más hondo de su cabeza y noté como dejaba de moverse debajo de mí. Me baje de encima y me limpie rápidamente la sangre de mis manos para evitar posibles contagios con las heridas de mis nudillos, gire mi cabeza hacia ella y aún seguía ida. Me acerque rápidamente. - Camila estas bien, te ha hecho algo, te ha mordido- Me niega con la cabeza y rompe a llorar. - Ya está, no pasa nada, estoy aquí, todo irá bien ya verás- Digo abrazándola contra mi pecho y noto como ella asiente.- No ha sido nada, solo un susto, no te preocupes yo siempre voy a protegerte.- Le di un beso el cabeza para tratar de calmarla. Noto que suspira un "Te he echado de menos".-  Yo también te he echado de menos. -La aprieto más contra mí, "No vuelvas a dejarme" susurra de nuevo entre llantos- Lo prometo, no volveré a dejarte, estaré ahí para ti siempre. Ahora levanta tenemos que irnos a reunir con los demás, aparte antes vi en uno de esos estantes cheetos y pizza, no querrás que Sofía se los coma todos, ya sabes como es con estas cosas.- Me mira de nuevo y se ríe. Nos levantamos y emprendimos camino de nuevo al grupo, ella iba abrazada en todo momento a mí, cosa que dificultaba un poco la cosa pero que no me incomodaba para nada, llegamos sin ningún problema al grupo, cuando nos vieron nos preguntaron que nos había pasado, le hicimos un breve resumen y después agarramos todas las cosas que necesitábamos y llenamos las mochilas, más tarde cuando habíamos hecho el trabajo cogimos comida que aún no se había caducado y nos pusimos a comer entre risas e historias, terminada la comida seguimos nuestro viaje.