Capítulo 21

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Llame a la habitación en la que se encontraba mi hermano y Sofía. Tardaron varios segundos en abrir, y vi salir a un Chris algo despeinado y con los labios hinchados, detrás vino Sofía en el mismo estado que él, Kira que se había quedado con ellos también se acercó a que le acariciara la cabeza. No pude evitar reírme un poco y que ellos me miraran enfadados.

-Que quieres Lauren- Dijo Sofía enfadándose. Al acordarme por qué había ido hasta allí cambio mi cara por completo. Mire a Chris y después a Sofía esperando que entendiera mi señal. Y lo hizo Sofía. Miro a Chris y con un gesto de cabeza le dijo que se fuera hacia adentro.

-Está bien, lo pillo, cosas de chicas, me voy. -Y dicho eso mi hermano se marchó, Sofía giró su cabeza y se encogió de hombros esperando a que empezase a hablar.

-No puedo Sofía.

-Que no puedes.

-No puedo dormir con ella, las dos solas en la misma habitación, no logro conciliar el sueño, estoy todo el tiempo pensando en ella, no sale de mi cabeza.

-Ya veo.- Puso una sonrisa de lado. – Sabes cuándo rompiste a llorar por lo de Normani y te dio el ataque de ira, no sé si lo recuerdas, pero Camila se acercó a ti, te abrazo, luego nos miró y nos dijo que nos fueras que ella podría encargarse. Y sabes que porque me fui.- La mire extrañada y luego se me escapo una sonrisa. - NO, no era por eso, bueno en parte no. Me fui porque en ese momento necesitabas a alguien a quien entregarle tu corazón y que esta lo cogiera, con eso no quiero decir que no hubiéramos hecho lo mismo Chris o yo, lo habríamos hecho sin dudarlo. Pero vi que no era a nosotros a quien nos necesitabas, era a ella. - Baje la cabeza repasando una a una sus palabras. – Ahora dime ¿Qué es lo que ha pasado?

-Nada, se ha quedado a mi lado en todo momento, hasta que he dejado de llorar. Luego me he puesto a contarle como murieron mis...- Me quede callada, no quería volver a tener que hablar de ello otra vez.

-Tus padres.- Completo ella, la mire extrañada- Me comento algo Chris, pero no siguió hablando porque quiere que seas tu quien me lo cuente. -Le conté la historia, sin muchos detalles, lo fundamental para que entendiera la situación.

-Después de contárselo, nos fuimos a acostarnos en la cama, ella se durmió enseguida, pero yo no podía sacármela de la cabeza y por eso vine a verte. - Elevo las cejas y con un gesto de la mano hizo a entender que continuara. -No puedo dormir con ella, hoy no Sofía. Por eso me he ido de allí, no quiero volver, pero tampoco quiero dejarla sola. He venido a pedirte si te puedes ir con ella y así que no esté sola esta noche. - Me asintió sonriendo- Lo siento por arruinar lo que sea que estabais haciendo Chris y tú.

-Tranquila, no creo que sea algo que vaya a acabar esta noche. Anda venga entra, recojo mis cosas y me voy.

-No tranquila, despediros, voy a dar una vuelta y a que me del aire para despejarme. Mañana nos vemos.- Le di rápidamente un beso en la mejilla y me fui de allí. Estuve dando vueltas por la misma planta, la habíamos despejado horas antes y sellado las entradas para evitar encontrarnos a ningún zombie. Entre a una habitación que había a unas cuatro habitaciones separada de las del grupo. Saqué mi mechero y encendí un par de velas que habían encima de un mueble. Abrí este mismo mueble y sonreí al encontrar una botella de Jack Daniel's sin abrir en una de las lejas. La abrí al instante y empecé a beber, no tardó mucho en afectarme el alcohol, hacía tres años desde que murieron mis padres que no bebía ni una gota. Me tome el ultimo trago de la botella y podía jurar que tenía veinte dedos en vez de diez. Me levante tambaleándome un poco, Camila seguía sin salir de mi cabeza, uno de los principales motivos para terminarme por completo la botella. Fui al baño, agradecí internamente que aún hubiera un poco de agua en el depósito. Me despejé un poco lavándome la cara, después salí de la habitación y toque a la puerta. Salió Dinah tallándose los ojos y extrañada de que llamase a la puerta.

- ¿Esta Ally?

-Si, está ahí dentro al lado de la ventana viendo cosas de esas.

-¿No puede dormir otra vez?

-Creo que no.

-¿Puedes decirle que salga un momento? - Le pregunté.

-Claro, espera un momento.- Me sonrió y se fue de nuevo para adentro, a los pocos segundos apareció Ally, me miro extrañada de que estuviera preguntando por ella y más a esas horas, aunque en realidad no era muy tarde, eran casi las doce.

- ¿Qué pasa Lauren? Si es por lo del beso, es una tontería déjalo...

-No es por eso, puedes venir un momento, tengo que hablar contigo. – Le pregunte sonriéndole, ella me asintió y estiro el brazo para cerrar la puerta detrás de ella. Nos fuimos a la habitación en la que había estado hacia poco tiempo. Entre a la habitación esperando que ella entrara detrás de mí.

-¿Bueno dime que es lo que querías hablar conmigo?

Me gire y antes de que ella reaccionara junté mis labios con los suyos y la pegué a la pared. Ella me siguió el beso y se separó un poco de mi intentando hablar.

- Lauren, estas borracha, para.

-Y que si lo estoy.- volví a juntar nuestros labios impidiendo que volviera a hablar. Me separé por la falta de aire y me fui directa a su cuello escuchándola suspirar y gemir bajo.

- Lauren... tienes que parar ahora... mañana te vas a arrepentir... oh dios.- Dijo cuando mordisquee un poco el lóbulo de su oreja.

-Seguramente me arrepienta, pero ahora solo quiero dejar de pensar y en eso tú puedes ayudarme, o me equivoco. -Dije susurrando en su oreja y metiendo poco a poco una mano en sus pantalones notando su humedad ya presente.

-No te equivocas.- Dijo empujándome hacia detrás haciendo que sacara mi mano de su intimidad.

Me fue empujando a la misma vez que nos besamos, paro de empujar en cuanto mis piernas tocaron la cama, en un movimiento rápido intercambien las posiciones, siendo ahora ella la que estaba de espaldas a la cama, le quite rápidamente la camiseta y por consecuencia ella hizo lo mismo conmigo. Empuje a Ally para que callera de espaldas en la cama. Desabroche su pantalón y lo quite llevándome con él sus bragas. Subí de nuevo a besarla, empecé a recorrerla con mis besos, desde su apetecible cuello, pasando por su perfecto y marcado abdomen y acabando en su intimidad más preciada. Luego de una hora muy intensa llena de orgasmos por parte de ambas, caímos rendidas y entonces fue cuando logré dormirme si tener a Camila constantemente en mi cabeza.

El último ocaso {CAMREN} {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora