"Tú dices que amas la lluvia, sin embargo, usas un paraguas cuando llueve. Tú dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla. Tú dices que amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla. Por eso es que tengo miedo cuando dices que me amas. "
-Bob Marley-
Íbamos en la formación de siempre, yo delante con Chris, detrás las hermanas Cabello, y detrás de ellas en una fila de tres Dinah, Thomas y Ally.
No conseguía que se me fuera de la cabeza la conversación que había escuchado.
-Te ocurre algo, vas muy callada, es que ha pasado algo mientras hablabas con Camila. - Me pregunta mi hermano. No me apetecía hablar por lo que respondí cortante.
-Estoy bien y no, no ha ocurrido nada. - Di por finalizada la conversación y me fijé de nuevo en nuestro destino que se encontraba a dos manzanas, estaba relativamente cerca, pero una horda de unos veinte zombies nos impedían llegar a la base militar.
-Si te preocupa algo dímelo, estoy aquí para lo que necesites. - Me reí un poco negando, si, ¿igual que estabas cuando te follaste a la mujer que amo no?, pensé.
- Chris déjalo ya, te estoy diciendo que no me pasa absolutamente nada. – Me giré viendo al grupo y terminando la conversación.- Bien, a ver, nos queda una manzana y media para llegar, el problema es que ahí delante tenemos una horda, unos veinte zombies. Yo los distraeré, en cuanto escuchéis la señal salís corriendo en dirección a la base, ¿De acuerdo?
-Y cómo vamos a saber cuál es la señal.- Pregunto Dinah.
-No os preocupéis sabréis cual es. – Cogí de la mochila mi cuchillo y la pistola, también una bengala y una granada. Me gire por última vez a verlos, vi caras de terror y otras de compasión, perece mentira que aquellos que me miran como si fuese la última vez que me iban a ver, sean aquellos que me han traicionado, que han roto nuestra confianza. Y con la ira corriendo de nuevo por mis venas me giré y salí corriendo.
Mi plan era llamar su atención con una bengala. Me puse delante de ellos, a una distancia bastante prudente. Se podía oler la putrefacción desde donde yo estaba, me dieron ganas de vomitar, la ira se convirtió en terror, debía hacerlo sino nunca llegaríamos a esa base. Encendí la bengala y puse a dar golpes con ella a un bidón de metal que tenía al lado.
Corrí. Corrí oyendo los rugidos de esas cosas pegadas a mí. Corrí como si fuera la última vez que lo fuera a hacer. Corrí por mis padres, por mi hermana, por mi familia. Giré hacia la derecha, pero no me dio tiempo a ver el contenedor que había, como pude lo esquive, pero hice mucho ruido, por lo que ahora a esa horada de veinte zombies se le habían unido diez más. Tenía que llegar a la base cuanto antes, no creo aguantar mucho más. A lo lejos vi un camión cisterna de esos que llevan gasolina, no sabía cuanta gasolina le podía quedar, pero era mi única oportunidad de poder salir de ahí con vida. Empecé a correr más y más rápido, los músculos de mis piernas se tensaban del esfuerzo y no pude reprimir un gemido de dolor, pero no baje la intensidad, cuando estaba llegando al camión cogí la granada y cuando estaba al lado deje la granada debajo de este. Escuche un estruendo enorme cuando la granada estallo y por suerte mía sí que le quedaba gasolina al camión. Pero no tuve tanta suerte ya que eso solo había matado a unos quince, de todas formas, me dispuse a ir ya hacia la base, con suerte conseguiría llegar y ellos se encargarían de los que me perseguían. Giré de nuevo hacia la derecha al final de la calle y vi a unos doscientos metros la base militar.
-¡Abrid! -Les grité cuando estaba a unos cincuenta metros, lo que no vi fue al zombie que me tiró al suelo. Escuche como ellos me llamaban. Lo único que el zombie intentaba era morderme, forcejeaba con él para que no lo consiguiera, lo cogí del cuello echándolo hacia atrás y con un impulso lo tire a un lado de mí, pero el me agarro el brazo y me mordió, grite de dolor y sin pensármelo dos veces le clave mi cuchillo en la cabeza. Vi que uno se iba a tirar encima de mí y saque rápidamente mi pistola y le dispare, cayendo este inerte al suelo. Me levante de un salto para darle una patada a uno que venía corriendo hacia a mí. Notaba como la mordedura cada vez me dolía más y más, notaba las venas de mi brazo ponerse negras como lo habían hecho las venas de Normani. Fui retrocediendo a la misma vez que les disparaba en la cabeza. Giré rápidamente la cabeza y vi que estaban intentando abrir la puerta. - ¡Abrid de una maldita vez! - grité desesperada.
-¡Esta atascada! - Gritó Sofía.
-Joder. - Masculle - ¡Rápido no creo que aguanté mucho más! - dije cambiando de cargador y matando de un cuchillazo a uno que me venía por la izquierda.
-¡Ya está! - Gritó Chris, me di la vuelta rápidamente y empecé a correr hacia la valla que separaba a los vivos de los muertos. Justo cuando fui a cruzar un zombie se me subió a mi espalda e intento morderme, no lo logro gracias a que me agache rápidamente tirándolo al suelo y conmigo encima, le clave el cuchillo en la cabeza y note como Chris y Sofía me cogían de los brazos metiéndome dentro la valla mientras que Dinah nos cubría desde dentro. - Estas loca! – Me dijo mi hermano riéndose y dándome un golpe juguetón en el hombro.
-Ya...- Me levante del suelo y cogí la pistola que él llevaba en la mano y la apoye en mi frente.
-Que cojones estás haciendo Lauren - Me dice mi hermano mientras estiraba de la pistola, pero no lo deje hacerlo. Mire mis brazos, el color de mis venas no había cambiado, seguían negras, pero tampoco me había transformado, puede ser que tenga un tipo de sangre diferente y por eso tarda más en hacer efecto, por lo que empecé a contar
-Uno...dos...tres...cuatro- Susurraba, cerré los ojos recordando aquellos momentos felices de mi vida donde no todo era un caos. -Cinco...seis...-
-Le han mordido - Dice Dinah.
-Me da igual yo no pienso matarte. - Dice mi hermano intentando quitar de nuevo el arma, pero se lo volví a impedir.
-Siente...ocho...
-NO, Lauren deja de contar no pienso apretar el gatillo, ¡NO PIENSO HACERLO! - Dice Chris.
-PERO ES QUE NO TIENES OPCIÓN CHRIS, si me convierto no quiero ser una cosa de esas que van matando por ahí comiéndose a gente, para eso prefiero morir antes. – Escuche un sollozo que venía de detrás de mí.
- Lauren por favor no lo hagas...- Susurro Camila detrás de mí.
-Nueve...diez... once...- Todo el mundo se quedó en silencio, abrí mis ojos y vi a Chris que estaba llorando y mirándome, no pude evitar pensar en cómo me había traicionado y entonces sí que deseé haberme convertido. Mire mi brazo, aún seguían las venas de color negro, pero iba reduciéndose la intensidad.
-¿Que es lo que pasa? – Pregunta Chris mirándome.
-No lo sé- Le dije
-No puede ser te deberías haber convertido.- Dice Camila llegando a mi lado, baja con cuidado el arma que aún me apuntaba a la frente y me examina el brazo, las venas habían vuelto a su color normal. Ella sonrió y yo no entendí absolutamente nada. -Dios mío, no me lo puedo creer.
-Que pasa Camila.
-Pasa que si no te has convertido cabe la posibilidad de que seas inmune. Es decir, cuando te muerden el virus viaja por tu cuerpo hasta pararte el corazón y ahí son once segundo hasta volver a revivir como un zombie, pero a ti no se te ha parado el corazón por lo que puede que seas inmune.
-¿Inmune?
-Si, inmune, tendría que analizar tu sangre para saberlo, pero puede ser que tus células sean lo suficientemente fuertes para lograr destruir el virus antes de que te infecte.
-Entonces eso es bueno, ¿no? Eso significa que no me voy a convertir.- Ella me mira sonriendo y se tira a mis brazos llorando y riendo a la vez.
-Es muy pero que muy bueno, y no, no te vas a convertir. Eres la única persona que conozco que han mordido y aún sigue viva, eres nuestra esperanza para lograr sobrevivir a esta locura. - Se separa de mi limpiándose las lágrimas. - Venga hay que limpiarte esa herida, aunque seas inmune eso no significa que las heridas no se te puedan infectar.
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El último ocaso {CAMREN} {COMPLETA}
Romance{COMPLETA} Terror es lo único que te queda sentir cuando todo a tu alrededor se desmorona, cuando pasas de escuchar el tráfico matutino cada mañana a escuchar la nada, ni siquiera los pájaros se atreven a cantar, aunque tampoco estoy segura de sí si...