La de la mala suerte

Capítulo 8: "Aun soy joven"

Hola! lo siento por perderme tanto tiempo pero estuve apunto de no seguir la novela y borrarla...pero aunque tengo un solo lector no lo voy a defraudar. Así que aquí dejo un nuevo capítulo :)

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-¿Saldrás esta noche también? – le preguntó Simon al verla bajar por las escaleras con un corto vestido negro. Era la tercera vez que salía en estas dos últimas semanas.

-Sí, así que no me esperes despierto. – le respondió la castaña mientras se ponía su abrigo encima.

-Estás cometiendo un error en salir demasiado... - le advirtió Simon. La verdad era que se moría de los celos que su esposa saliera así. Hannah no era así.

-¿Un error? No lo creo. Aún soy joven. Además saldré con Jess – le dijo ella.

-¡Estas casada! - Simon señaló la alianza que ella portaba en su mano izquierda al igual que él.

-Tienes razón. – La chica se deshizo de su anillo y lo puso encima de la pequeña mesa alta que se encontraba al costado de la escalera.

-¿Qué haces? – Simon la miró molesto.

-El único error aquí, fue casarme contigo. – Con esto último salió de su enorme casa cerrando la puerta y dejando al ojiazul con una expresión inexplicable.

Definitivamente el matrimonio Collins se estaba viniendo abajo.

***

Hannah entró al bar nocturno del corazón de Londres. El Lugar estaba lleno y algo oscuro debido a las típicas luces de noche. Sin embargo, con la mirada trató de buscarlo entre la gente. Una sonrisa se dibujó en su rostro al verlo sentado en una alejada mesa. Hace tiempo que no sentía esa sensación de cuando vez a alguien.

-¡Hola! – lo saludó cuando llegó hacia la mesa, y él rápidamente se paró y le dio un pequeña beso en la mejilla.

-Estás muy hermosa. ¿Cómo haces para estarlo siempre? – le dijo el chico mientras le arrimaba la silla para que ella se sentara.

-No lo sé. – respondió la chica tímidamente. ¿Hace cuánto tiempo Simon no le decía eso? Él la había dejado de lado.

-¿Quieren algo de beber? – se acercó una mesera del lugar.

-Un vodka doble. – ordenó Peter

-Para mí también. – dijo Hannah y Peter la miró sorprendido.

-Ok, se los traigo en unos minutos. – La mesera se fue.

-¿No es algo fuerte un vodka doble?

-No. – le respondió la castaña. Sin embargo, ella sabía perfectamente que no sabía tomar.

....

-Ayer hablé con Jess y me contó algunas cosas sobre tu matrimonio. – ya había pasado una hora desde que ambos estaban en el bar.

-¿Qué cosas? – le preguntó preocupada. Si Jess había abierto de más la boca, esto podría terminar mal.

-No mereces pasar por esto. – Peter la miró fijamente. Si, definitivamente, su amiga le había contado todo. – Existe el divorcio. - Hannah ya se sentía algo mareada debido al segundo vaso de vodka, pero lo que había escuchado, la había afectado más.

-No lo entiendes. – le respondió tratando de mantener la cordura.

-Sí, que tu esposo es un idiota. – y vaya que él tenía razón.