Simon le había armado una sorpresa a su esposa. Bueno había contado con la ayuda de todos sus amigos. Ese día tenía que ser especial e inolvidable para ella. Aunque le había costado que Hanna le hiciera caso y lo acompañara a la casa de Blake, ya que ahí se iba a realizar la sorpresa.-Mami, pero vamos. – le dijo Katie al ver que su mama seguía sentada.
-Katie, amor, estoy muy cansada.
-Annie será solo un ratito – le suplicó.
-Simon tengo casi 8 meses de embarazo, ¿y tú quieres que salga? – La castaña posó ambas manos en su vientre. - Mis pies están hinchados, no puedo caminar mucho y tengo un antojo terrible por un muffin de manzana. – Simon y Katie sonrieron.
-Mira hagamos un trato. Tú vas con nosotros a la casa de Blake y luego te llevaremos a tu dulcería favorita donde podrás comer todo lo que quieras - le había dado en su punto débil. Los dulces lo eran todo para ella.
- ¿En serio?
- En serio.
- Está bien vamos. - Katie empezó a saltar de alegría y saltó a los brazos de su padre para que luego este la cargara. -Pero ayúdame a pararme. - Hanna extendió su mano y él la cogió, mientras que con la otra seguía cargando a su hija. -Gracias
- De nada, amor. – Simon le dio un beso corto en los labios.
***
Al fin los tres habían llegado a la casa de Blake y Dani. Simon la ayudó a bajar a su esposa e hija del auto. El castaño esperaba que todo salga bien. Sólo tenía que llamar a James y decirle que ya habían llegado.
-James, ya llegué. Estoy con katie y Hanna afuera. – su esposa lo miró confundida.
-Ok, ya pueden entrar. Les avisare a todos. – su amigo le afirmó.
- ¿Simon que es lo que está pasando? No sabía que James también iba a estar.
- ¿En serio? ¿No te lo dije? - Ella notó el nerviosismo de su esposo.
- ¡Simon!
-Es mejor que entremos. - Él entrelazó sus manos y luego los tres entraron.
-Sólo espero que no sean otras... - Hanna no terminó de hablar cuando escuchó los gritos de algunas personas.
- ¡SORPRESA! – gritaron los invitados. Ella no podía creerlo. A todos los que conocía estaban ahí: sus familiares y amistades. Hasta sus amigos de la infancia estaban ahí. La decoración constaba de colores pasteles y uno que otro pequeño adorno con el rostro de bebes.
- ¿Te gustó? – le preguntó Simon algo tímido. – Es que con todo lo que ha pasado, no has tenido tiempo para un babyshower.
-Me ha encantado. Gracias. Te amo. - Hanna lo besó y luego sonrió. Su corazón estaba llenó de alegría.
- Te amo. Eres lo mejor que me pudo haber pasado. - A la chica se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas.
-Simon me harás llorar.
-Pero si es la verdad. Te amo mucho y jamás dejaré de hacerlo. Tú has cambiado mi vida. ¿Escuchas esto? - le puso una mano en su corazón. - Así de loco late por ti.
-Felicitaciones hija. - Elizabeth Parker se había acercado a saludar a su hija, lo cual logró la interrupción de la conversación que tenían los esposos.
-Gracia mamá.
-Agradécele a Simon por planear este lindo Babyshower. – Hannah volteó a ver a su esposo y sonrió de orgullo.
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La de la mala suerte
RomanceHanna tenía 21 años cuando se casó con el joven empresario Simon Collins. Su matrimonio creció con falsas ilusiones y ahora 4 años más tarde lleva la vida que jamás imaginó. Simon Collins la amaba, pero aquel sentimiento cambió cuando fue prácticam...