-Eddie te dejo por unas horas solo y ya estas rodeado de chicas – dijo Hannah después de que el grupo de "fans" del chico se fueran.
- yo no tengo la culpa de que las mujeres vengan a mí. – respondió Ed.
-Oh Pobre de ti.... - Ella fingió tristeza. - Oye vamos a almorzar, tengo hambre. – Edward y Hannah se encontraban en "Playa hermosa" – Costa Rica.
-Bueno tienes razón, pero ahora déjame recoger mis cosas y nos vamos al hotel. – sugirió, mientras ordenaba sus cosas rápidamente. – listo terminé.
-Muy bien vamos. – los dos amigos fueron riendo y caminando hasta el estacionamiento de la playa donde unos chicos no pararon de mirar a la castaña y decirle unos cuantos cumplidos en español.
-¿Y a esos que les pasa? – le preguntó Ed a su amiga.
-Edward no les hagas caso. Mejor vamos rápido. – dijo asustada, ya que vio el rostro enojado de su amigo.
- Si quieres te puedo llevar, preciosa. – le propuso un chico a Hannah, pero ella no entendió, ya que no hablaba español. Uno de los chicos le quiñó el ojo y la miró de una manera coqueta, logrando que Ed se enojará más. Aquello si lo habían entendido.
- Ed tranquilízate. – La castaña trató de coger del brazo a su amigo pero ya era muy tarde.
-¡OYE TÚ! ¡Deja de molestar! – dijo el italiano en inglés, acercándose al chico, que era del mismo tamaño que él. – ¡NO QUIERO VOLVER A ESCUCHARTE! ¿Me entendiste?
-Tú no eres nadie. Además tu novia está que arde. – El chico reconoció que los dos hablaban inglés así que les respondió en el mismo idioma. Por otro lado, Hannah sintió que ese hombre la había violado con la mirada.
-¡Ahora sí! – Ed le plantó un puñete al chico, tumbándolo al piso, provocando que Hannah gritará y los amigos quisieran irse encima de él.
-¡¡EDWARD VAMONOS!! – Hannah lo sujetó del brazo para llevárselo, pero este se rehusaba.-Por favor.
-Pero es que este miserable se pasó de listo contigo.... – remarcó Ed con furia.
-Ed vámonos, tengo miedo de que despierte y .....
-Tranquila, vamos. – Él se levantó y abrazó a su amiga, logrando que todas las miradas se posaran en ellos...
Edward había logrado tranquilizar a Hannah durante el almuerzo, ya que esta nunca había visto a su amigo pelear así. Pero lo que si le costó es que ella aceptara llamar a Simon para acordar sobre Katie, ya que en la carta decía eso.
-Ed, ya te dije que no lo voy hacer. – dijo mientras se recostaba en unos de los sillones que se encontraban en la sala de la suite que ella y su amigo habían reservado. Era obvio que esa suite tenía 2 habitaciones: una para cada uno.
- Pero tú le escribiste en la carta que lo ibas a llamar y ver el proceso de su divorcio. – afirmó Edward mientras mantenía el celular en una de sus manos. – Ahora ¡LLAMALO! Que el pobre no ha dejado de llamarme y mandarme mensajes con palabras que mi madre no me dejaría decir. - Hannah rio un rato por el comentario de su amigo.
- Está bien, lo haré. - Cogió el celular de las manos de su amigo y se decidió a marcar el número de Simon.
***
Simon y Zack estaban en camino a la casa de Lena. Hoy era el día en que el castaño iba aclarar las cosas y decidir su futuro. Pero de repente sonó su celular.
-Tu celular está sonando. – le advirtió Zack que se encontraba como copiloto.
-Sí, pero estoy manejando, mejor contesta tú. – le respondió sin despejar la mirada de la pista. Zack le hizo caso y cogió el celular, pero al ver el nombre de la persona en la pantalla se sorprendió.
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La de la mala suerte
RomanceHanna tenía 21 años cuando se casó con el joven empresario Simon Collins. Su matrimonio creció con falsas ilusiones y ahora 4 años más tarde lleva la vida que jamás imaginó. Simon Collins la amaba, pero aquel sentimiento cambió cuando fue prácticam...