Lo siento, lo siento!! dije que subiría el sabado pero no tuve tiempo por algunos trabajos. Sin embargo, me acabo de dar un tiempo y poder subirles un nuevo cap. En esta semana trataré de actualizar. Las quiero y gracias chicas por apoyarme. Eso significa mucho para mí. <3 <3 <3
Después de que Ed se fuera. Hannah comenzó a arreglar su maleta y por último llamar a Rachel y Jess para contarles todo lo que le había pasado. Las chicas estaban de acuerdo con que ella se fuera de viaje y pensará bien en lo que iba hacer de ahora en adelante. Ellas solo querían el bienestar de su amiga e iban hacer de todo. Hasta le iban a preparar una sorpresa cuando regresara.
La noche pasó rápido y el día se hizo presente. Eran aproximadamente las 5:30 de la mañana cuando la castaña se despertó. Con mucho cuidado cogió sus maletas y una carta en un sobre violetta. El violetta era su color favorito. Cuando llegó al corredor dejó sus maletas en el piso y con mucho miedo abrió la puerta de la habitación de Simon. Al entrar se dio cuenta que el castaño estaba durmiendo. Pensó que no había nadie, pero al parecer Simon había llegado a dormir ayer. Para Hannah era una tortura verlo tan lindo. Sólo tenía puesto un bóxer y el aroma de su fragancia se hacía presente en toda la habitación. Se supone que debía estar molesta con él, pero no podía. Lentamente y casi sin respirar avanzó y dejó la carta en la mesa de noche de Simon y luego con todo el dolor de su corazón le dio un beso en la frente. Su corazón se estaba partiendo, no quería dejarlo, pero era lo mejor. Lo volvió a ver y con el poco aliento que le quedaba le susurró un verdadero "Te amo".
***
-¿Hija, qué haces aquí tan temprano? – preguntó la señora Parker al ver a Hannah en la puerta de su casa.
-Mamá, me iré de viaje por unas semanas, y vengo a despedirme de Katie. Además de pedirte si es que la puedes cuidar.
-Yo cuidaré a Katie, no te preocupes hija, pero y ¿Simon? ¿Él se va contigo? - Ella negó.
-No mamá. Él no viene conmigo. – trató de desviar la mirada y no ser descubierta por su madre.
-Algo está pasando y no me lo has contado. – la señora era muy astuta.
-Te lo contaré cuando regrese mamá. Ahora déjame despedir de mi hija. – su madre no se interpuso y la hizo pasar para que ambas subieron a la habitación de Katie.
-¿Katt? - Hannah se sentó al borde de la cama y con una mano sobre la espalda de su hija, trató de despertarla.
-¿Mami? – dijo Katie despertando y viendo a su madre con esos enormes ojos que había heredado de ella; más no el color.
-Katie mi niña. – la abrazó. – Escúchame princesa. Tengo algunas cosas importantes que hacer y por eso me iré de viaje por unos días pero regresaré pronto.
-¿Yo puedo ir contigo? – suplicó la niña mientras abría más sus ojos azulados como los de su padre.
-No mi niña, pero prometo que cuando regrese te traeré muchos regalos. – trató de sonar feliz pero el nudo en la garganta le complicaba las cosas.
-¡Si! Regalos. – Katie miró a su abuela. – ¡Abu! Tendré muchos regalos.
- Katie... ahora quiero que te portes bien y yo te prometo que te llamaré todos los días. – Te amo, Katie. – La abrazó fuerte, y con esto último se despidió de su hija y de su madre para esperar a Ed en el aeropuerto. Hasta ahora no sabía a donde iban a ir. Ed no había querido decirle.
***
-¿Ed me puedes decir adónde vamos? – ambos ya estaban en el aeropuerto, listos para abordar un avión.
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La de la mala suerte
RomansaHanna tenía 21 años cuando se casó con el joven empresario Simon Collins. Su matrimonio creció con falsas ilusiones y ahora 4 años más tarde lleva la vida que jamás imaginó. Simon Collins la amaba, pero aquel sentimiento cambió cuando fue prácticam...