Hola!!! Quiero pedirles perdón por el gran error que he cometido. Si no es por una de las chicas que comentó, no me hubiera percatado que me salté un capítulo. Por favor lean la parte uno y después esta parte dos de este capítulo. Para los que leyeron el capítulo 23 que subi, espero no haberlos confundido. Aunque ya saben que va a pasar después:(
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El nuevo contrato que había firmado Simon con la empresa SIC, lo había dejado cansado. Estuvo durante meses tratando de conseguirlo y ahora que ya lo tenía, debía seguir trabajando más. Pero bueno, todo era por el bien de la empresa y de su familia.-Hijo, ¿por qué no te tomas un pequeño descanso? – Simon se había pasado toda la mañana en la empresa.
-Papá, este contrato es muy importante. – Confesó el castaño, mientras seguía trabajando en su laptop.
-¡Simon párate de ese escritorio y sal de la oficina!
-Papá...
-Hijo...
-Papá...
-¡Simon ahora! – le ordenó. - Tomate un respiro y si quieres vuelves. – asintió y con una sonrisa en los labios salió de la oficina.
Tal vez y su padre tenía razón – pensó. Así que decidió por ir a un sitio tranquilo y que este cerca de la empresa. Sólo le tomó caminar unos 5 minutos hasta llegar a una cafetería conocido. El lugar no estaba muy lleno. Así que no se demoró en pedir un frappuccino mocca.
-Un frappuccino mocca alto. – gritó una de las meseras de la cafetería.
-Gracias. – dijo mientras recogía su pedido y buscaba donde sentarse. Hasta que encontró una mesa al costado de la ventana. Algo perfecto para él. Pero apenas se sentó alguien lo reconoció.
-¿Simon? – esta persona se encontraba sentada en la mesa del frente.
-Hola Lena. – dijo tímido. El chico no pensó volverse a encontrar con ella.
-Hace tiempo que no te veía.... – La morena se acercó hasta la mesa en donde se encontraba él y se sentó en la silla libre. – Bueno es comprensible, ya que.... Tú y yo... bueno... es algo ...
-Lo sé. – Él dejó de beber su frappuccino y cruzó sus brazos a la altura del pecho. Su mirada era seria y tal vez asustaba a Lena, pero sencillamente no quería problemas.
-Ahh... uhmm bueno Simon, fue bueno verte. Es mejor que me vaya, ya que sé, que no quieres que siga acá y... - La morena se acomodó su bolso en el hombro y cuando se disponía a pararse con todos los nervios encima, se golpeó su mano derecha con el filo de la mesa. – Auhh. – se quejó, mientras tocaba su muñeca.
-¿Estas bien? – Se paró rápidamente y cogió la mano golpeada de ella. A pesar de todo, Lena seguía siendo una chica y él un caballero.
-Sí...sí gracias. – tartamudeó la chica mientras alejaba su mano de él y trataba de esconderla. Pero lo notó.
-Lena ¿Qué es lo que te pasa?
-Nada. Solo Nada. – Los ojos se le comenzaron a llenar de lágrimas.
-James me dijo que te vio mal el otro día. ¿Algo malo? – A pesar de todo, aquella chica seguía siendo alguien importante para él. Ella fue la persona de la que se enamoró. Pero ahora estaba enamorado de Hannah. – Siéntate. – le Ordenó.
-Simon...esto no es fácil de decir. – La morena cubrió su rostro entre sus manos. Él temía saber la respuesta. – Estuve embarazada... - susurró asustada. – Iba a ser madre, Simon. – Si antes la cara del joven era de "preocupado" ahora era de "muerto en vida". – ¿Simon? ¡Di algo por favor! – sollozó en voz baja para que los pocos consumidores que se encontraban ahí no se dieran cuenta. - Ese proceso no es fácil y he tenido que estar recibiendo inyecciones para combatir una infección y sobre todo tranquilizantes.
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La de la mala suerte
RomanceHanna tenía 21 años cuando se casó con el joven empresario Simon Collins. Su matrimonio creció con falsas ilusiones y ahora 4 años más tarde lleva la vida que jamás imaginó. Simon Collins la amaba, pero aquel sentimiento cambió cuando fue prácticam...