Capítulo 19: Edimburgo

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-Ed si corres así como loco, juro que te vas a .... – y antes de que Hannah le advirtiera, el ruloso se tropezó con su propia maleta. - ...caer. – La castaña se empezó a reír después de ver a su amigo en el piso.

-Lo siento, pero es que estoy demasiado nervioso... - desde que habían dejado el aeropuerto de Londres, Ed no había parado de moverse como un loco. – Bueno es mejor que me pare y así buscamos donde esta James. – Los dos jóvenes se encontraban en el Aeropuerto de Edimbrugo, esperando a que su amigo los recoja.

-Espero que llegue temprano. - dijo la chica mientras buscaba con la mirada a su amigo. – ¡Hey, mira! – Ed miró hacia donde su amiga veía. – ¡Ahí está!

-¡Hannah! ¡Edward! – gritó alguien entre la multitud de personas que se encontraban en el aeropuerto.

-¡James! – Ed caminó hacia su amigo mientras llevaba su maleta de ruedas.

-Hola ¿Dónde está Hannah?

-Estoy aquí atrás. – La castaña venía jalando su pesada maleta. – Es sólo que Eddie no me ayudó.- James rio.

-Dame tu maleta, yo la llevaré. - Hannah sonrió y se la dio. – Ahora vamos a mi casa y luego a buscar a la "princesa de Bonelli". – El semi rubio y la castaña rieron.

-Gracias James por dejarnos hospedar en tu casa. – confesó la castaña.

-No se preocupen chicos, ahora vamos.

El camino hacia la casa de James se pasó muy rápido. Al parecer, había manejado muy rápido. Hannah quiso que sea más lento para poder apreciar la hermosa ciudad de Edimburgo, ya que lo único que conocía de escocia era la ciudad de Glasgow. – Bueno, ¡Bienvenidos a mi casa! – dijo James, quien había bajado del carro y empezó a ayudar a sus amigos con sus maletas.

-Es muy bonita tu casa. – acotó la castaña. La propiedad constaba de un enorme jardín delantero, donde predominaba el verde. Tenía un estilo rústico y a la misma vez moderno. Cabe destacar que las casas en aquel lugar eran separadas por largos metros mientras que en Londres la mayoría estaban al lado de la otra.

-Ella tiene razón. – Ed se fijó en la fachaleta de piedra que formaban la fachada de la casa.

-Gracias. Vamos adentro y les presento a mi familia. - Ambos lo miraron confundido, ya que sus padres se encontraban en Londres de viaje, a excepción de su hermano mayor.

-¿Tu hermano también está? – preguntó Ed y el castaño negó.

-Se fue de viaje por unos días con su novia. Tú sabes, querían un poco de privacidad. – Los dos hombres rieron en complicidad.

-Son unos cochinos.... – comentó la joven.

- Están algunos familiares. – dijo James. Después, los tres jóvenes entraron a la casa y se encontraron con algunas personas.

Hannah se sentía un poco incómoda cuando entró porque no conocía a nadie en esa casa. Eran aproximadamente unas 15 personas que se encontraban en la sala.

-Familia ¡Atención! – gritó James. – Les quiero presentar a mis amigos: Edward y Hannah.

-¡Hola! – saludaron todos, logrando que ambos jóvenes se dejarán de sentir un poco incómodos.

-Chicos yo subiré sus maletas. Espérenme aquí. – El escoces tomó ambas maletas y se fue.

-Ed creo que los familiares de James son agradables.

-Sí – el ruloso sonrió. – ahora sólo espero poder encontrar a mi chica.

-Pues creo que tu chica está más cerca de lo que crees. – Ella sonrió con picardía. -Apuesto a que James hizo esta reunión a propósito. – Ed quien se encontraba de espaldas, se puso nervioso.

La de la mala suerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora