ÚRSULA (SAGA:Feme Fatale #1)

Capítulo X

Úrsula fue rápidamente escoltada por Jasmine y Margaret hacia el carruaje para evitar más alborotos mientras que Agnes y Duncan acompañaron a Bari y a su padre al despacho sin decir nada al respecto, el baile, evidentemente había culminado y el ambiente en la casa se había vuelto tenso.

Todos los hombres en el despacho conversaron educadamente acerca de la situación que se había presentado. Duncan, a pesar de ser amigo íntimo de Bari le exigió, como el caballero que se consideraba y por su parentesco político con ella, que tomara la responsabilidad y la desposara sino deseaba arruinarla siendo apoyado por Agnes, o en aquel momento, Sir Kensie.

Bari no puso objeción alguna, más por interés propio que por honor y se retiró sin dar explicación alguna. Su padre se dijo que era mejor no enfrentarlo pues ya lo conocía. Sabía que sus regaños no eran necesario pues su hijo era consciente del error que cometió. Sin embargo, había algo que si le causaba intriga y era el hecho de que su hijo tuviese algo con esa joven cuando apenas la había visto una sola vez.

Conocía a su hijo, desde que lo vio por primera vez a los ocho años era un niño aislado, inexpresivo y algo extraño, tuvieron que pasar años para ganar su confianza y por consiguiente su cariño. Bari no era de esos hombres que hacían amigos tan fácilmente, de hecho, no hacía amigos en absoluto, los que tenía eran de infancia o simplemente eran igual de extraños que él.

Entonces ¿Cómo pudo conseguir la empatía de una dama así?

Sin agregar que sentía un gran afecto por lady Emily. Su hijo no era un hombre infiel, cuando entregaba su corazón lo hacía completamente.

Todos esos pequeños detalles le inquietaban, pero no tanto como el parecido que esa joven mujer tenía con su dulce Madeleine. Era como si los fantasmas del pasado regresaran para saldar cuentas y hacerles sangrar las heridas que aún, después de tantos años, no curaban.

《《《♤》》》

El sol comenzaba a ocultarse y los pájaros lucían como las pequeñas pinceladas negras en sus cuadros pero aquella hermosa vista no le dio tranquilidad. Se sentía satisfecha y se lo atribuía a que tal vez su venganza apenas comenzaba. Se dijo a sí misma que la opresión en su pecho desaparecería cuando la familia de su padre junto a él lo hicieran.

《《《♤》》》

Un hombre de barba perfectamente afeitada de pasos elegantes y firmes caminaba de un lado a otro en la sala de estar de su casa pisando con más enojo y desespero a medida que el tiempo pasaba.

-Me encargaré de llevar a la horca al maldito infeliz que hizo esto-escupió las palabras con enojo mientras cerraba las manos en firmes puños.

Su hija se levantó preocupada del sillón acariciando su abultado vientre con una mano como una señal inconsciente de autodefensa tomando con la otra la mano de su padre para calmarlo.

-Padre, por favor, debe calmarse o enfermerá. Tal vez sólo fue una mala broma o tal vez fue un depreda-

-¡Patrañas! - vociferó enojado el marqués de Aldrich mientras su esposa se mantenía callada y pensativa con el ceño fruncido.

La cabeza de gato en la casa de su hija había sido un completo escándalo, ya se corría el rumor de que aquello tenía algo que ver con la muerte del Barón Williams, el esposo de su hija. Incluso había unos con más valentía que se atrevían a decir que tenía también algo que ver con el antiguo Marqués de Aldrich.

Estaba furioso y colérico, incluso destruyó algunos inmuebles de su casa debido a eso. Le importaba poco si su hija se desmayaba o enfermaba debido a la impresión de todo lo que pasaba. Lo que más le preocupaba era su reputación, lo que la gente decía y como lo veían.