Capítulo XXIX

1.5K 213 59
                                    


Ojo que no leí sus teorías, pero igual aquí les va el capítulo porque ustedes piden y yo no me aguanto.

Era ahora nunca. 

Descubriría que escondía Bari en ese cofre y despejaría sus dudas. Bari siempre llega antes del amanecer así que tendría mucho tiempo. 

Entró a la casa y subió a su alcoba para no levantar sospechas. Se desvestiría y pediría un baño para que nadie sospechara, fingiría ir a dormir, luego iría a hurtadillas a la alcoba de Bari para buscar las llaves del taller y tratar de conseguir las del cofre. Quería verlo más de cerca y sobre todo ver qué tenía en su interior. 

Su plan ya estaba listo.  

Regina entró a la habitación y Úrsula frunció el ceño al no verla con las otras dos criadas que le preparaban el baño. 

—Alguien ha venido a verte— le dijo sin ocultar su preocupación. 

Úrsula no entendió a qué se refería hasta que vio a  Lady Amelia entrar a la habitación con el rostro lleno de lágrimas. 

—Lady Amelia— no pudo decir nada más. La jovencita corrió hacia ella y la abrazó derrumbándose en un llanto que estrujó el corazón de Úrsula—.¿Pero qué le ha ocurrido?— la tomó de los hombros para observarla afligida. 

—Lady Amelia ha venido sola en medio de la noche, el señor Víctor intento preguntarle que le ocurría pero solo quiere hablar contigo, al parecer ha escapado de casa. 

—¡¿Escapado?!¿Milady  es eso cierto?— la jovencita bajó la cabeza sin parar de llorar—. Regina dejamos solas por favor— la susodicha hizo una leve reverencia y se retiró. 

Úrsula la invitó a sentarse en la cama junto a ella. Limpió sus lágrimas y tomó sus manos. 

—Milady qué le ha pasado. ¿Acaso sus padres le han hecho algo?— la jovencita negó—. ¿Su hermano?— volvió a negar—. ¿Entonces, qué le ocurre? Por favor dígame algo que me tiene con el corazón en vilo. 

Amelia alzó su rostro descompuesto debido al dolor e hizo unas señas débiles con sus manos. 

“Lord Archivald…le entregué mí virtud a Lord Archivald Campbell”. 

Úrsula hizo todo lo posible para no demostrar sorpresa. Se irguió y respiró profundo, lo menos que deseaba era que Amelia se sintiera juzgada. 

—Milady, no hay ningún problema en entregar su virtud al hombre que usted desee y quiera, siempre y cuando sea correspondida y el hombre en cuestión se haga responsable— Amelia volvió a llorar temblorosa—. Milady…¿Él no se hará responsable— lady Amelia negó y volvió a alzar sus manos temblorosas. 

“Dijo que había sido un error y que lo sentía”— sus manos cayeron al no poder ser capaz siquiera de manifestar lo que había dicho—“Fui una tonta”. 

Se echó a llorar en las piernas de Úrsula mientras está chirriaba los dientes de rabia. La consoló, acarició su cabello tratando de reconfortarla. Aunque Lady Amelia no se lo dijera sabía lo que sentía. 

Qué dirían sus padres, la sociedad, su hermano, su corazón roto y su vida arruinada por un hombre que creía era el amor de su vida. 

Pensó también en su esposo. 

Bari. Oh Bari. Recibir una puñalada así por parte de su amigo. 

Apretó sus puños. 

Ese bastardo. Por eso estaba tan extraño, la culpa lo carcomía. Era un calavera. No tenía inconveniente con que se metiera con todas las mujeres de Londres. ¿Pero Amelia?. Una jovencita tan dulce, tan especial y hermosa que sólo deseaba tener un amor tierno y eterno con él. Jugó con sus sentimientos. Y eso… 

ÚRSULA (SAGA:Feme Fatale #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora