Celebrando que ya salí del colegio...
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Úrsula agachó la mirada para ver con escepticismo a Bari sentado frente al cuadro en blanco. Ella estaba levantada a espaldas suya pará guiarlo en lo que fuera.
Se había mostrado reacia a la petición pero Bari era un hombre muy insistente. Si quería hacer algo, no paraba de persuadir o confrontar hasta lograr hacerlo. En pocos minutos se encontraba lista para enseñarle a pintar y aún no recordaba en qué momento había cedido.
—Muy bien, esto es algo similar a lo que usted hace en su taller.
—¿Habla en serio?.
—Si, cuando usted mezcla diferentes químicos para la purificación de los minerales todos esos químicos deben ser equilibrados entre sí ¿No es así? Si decide agregar un poca más de una cosa, terminará arruinándolo.
—Tienes razón. Eres muy lista, Úrsula— respiró profundo tratando de mantener sus sentimientos a raya.
Que adulara su belleza era encantador. Pero que adulara su inteligencia de aquella manera tan íntima, llamándola “Úrsula”…
Debía calmarse. No tenía porque emocionarse por aquel detalle insignificante.—Dígame algo que no sepa, Milord— respondió con indiferencia—. Como le decía…
—Que la quiero.
Los pies de Úrsula se anclaron en el suelo y sus manos quedaron al aire debido a la conmoción. Miró a Bari desde arriba con los ojos muy abiertos y el corazón alocado.
De seguro había escuchado mal y prefirió ignorar el hecho y no preguntar porque no estaba segura de poder soportar la respuesta, fuese la que fuese.
— Como le decía milord— continuó aún afectada —. Lo mismo que ocurre con su taller ocurre con la pintura. Debe haber un equilibrio entre los colores, de no ser así la pintura lucirá será fatal y sin estética alguna. Todos los colores deben estar en completa armonía. Tomé el pincel, por favor— le hubiese tendido ella misma el instrumento de no ser por el temblor de sus manos. En cambio Bari lucía muy tranquilo, incluso podía asegurar que estaba a gusto—. Muy bien, ahora trate de crear un hermoso cielo azul. Sólo imagínese los colores, las diferentes tonalidades de azul, naranja, rojo y algo de blanco para darle brillo.
Bari obedeció y comenzó a pintar. No iba a negar que la actividad le estaba relajando y le gustaba más aún si Úrsula estaba detrás de el guiándole.
—¿Qué tal está quedando?— Úrsula sonrió.
—Todo arte es hermoso, Milord, el suyo no es la excepción. Está quedando muy bien.
—Creo que puedo dedicarme a esto— Úrsula soltó una carcajada.
—Claro, sólo lleva unos minutos y ya se siente John Brett— bromeó—. Si tan excepcional se siente, ahora puede pintar mí rostro y ver qué tal queda.
—¿No sé enojará si pinto su rostro?.
—Por supuesto que no, Milord— comentó sonriente.
—De acuerdo.
—¡Oh!— Bari se giró un poco para jalarla de su muñeca derecha y sentarla en su regazo—. ¿Pero qué está— se calló al sentir el pincel moverse en sus labios. Abrió los ojos sorprendida mientras Bari pasaba el pincel por sus mejillas y luego por su barbilla—. ¡¿Qué cree que hace?!— exclamó enojada.
Bari frunció el ceño como si no fuese obvio lo que hacía—. Pinto su rostro, tal como me lo ha pedido. No sé mueva o los colores no tendrán armonía— dijo tomando otro pincel con un color diferente y pintando su frente.
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ÚRSULA (SAGA:Feme Fatale #1)
Historical FictionEn una época donde la mujer vale menos que el hombre. Úrsula junto a sus amigas buscan darse paso entre el poder a través de la manipulación y el arte de la seducción. Luego de pasar la mitad de su vida preparándose, finalmente a Úrsula se le presen...