Capítulo VII

1.8K 206 23
                                    

Jasmine se carcajeó al escuchar a Úrsula y esta sólo se cruzó de brazos enojada.

-En serio, ese bastardo me sorprende cada día más-dijo entre risas.

-Lo hemos subestimado- comentó Agnes mientras terminaba su bordado que comenzaba a tomar la forma de un colibrí.

Úrsula bajó sus brazos y se levantó para caminar por la habitación de un lugar a otro como evidente muestra de impaciencia y desesperación.

Aún no podía creer lo que había ocurrido. Sus palabras, la manera en que la había tocado y la había hecho alucinar de placer. Debía ser ella quien mantendría el control de la situación ¡no él!.

¿Cómo se había dejado llevar de tal manera?. Era inconcebible, aún no podía salir de su estupor aunque fingiese frente a sus amigas que ya había superado su aquel extraño y candente encuentro.

-No lo sé, tal vez nuestra Úrsula no es tan buena en esto como creíamos- aguijoneó Jasmine haciendo que Úrsula la fulminara con la mirada.

-En eso tienes razón, no se quién ha sido más ridículo, el bastardo con su discurso toca corazones o la torpeza de Úrsula- expuso Jasmine.

-Basta. Vine aquí para contarles y pedirles un consejo, no para aguantar sus burlas y reproches.

El nerviosismo no desaparecía. De sólo recordar las sensaciones que su cuerpo había tenido con el tacto del vizconde un calor es su vientre se acumulaba y descendía hasta lo más bajo de su ser en un cosquilleo que detestaba por el simple hecho de ser él, precisamente él, el causante de semejante estremecimiento.

-No es mi culpa que seas tan insensata- replicó Agnes rascándose el bigote falso que tanta picazón le causaba.

No se había quitado el disfraz previniéndose por si Lord inmortal llegaba de sorpresa como ya se le había vuelto rutina.

-¡No fui insensata!. ¡No entiendo cómo lo notó! - gritó frustrada consigo misma.

-Porque es inteligente y observador. Dime algo, ¿En algún momento vio tus manos?.

Llevó su mano a su mentón y arrugó sus labios tratando de recordar, pero lo único que lograba recordar era sus manos sobre su...

-Tal vez- comentó tratando de cambiar el rumbo de sus pensamientos-, no lo sé, ¿Por qué...?. Oh, por los mil demonios ¡¿Cómo pude ser tan torpe?! - llevó su mano a la cara lamentándose y gritando de rabia-. El desgraciado reconoció mi mano lastimada.

- No sólo eso, también reconoció tu fragancia a lavanda y tu voz, estoy seguro que no la adornaste o cambiaste tentando su inteligencia, hasta yo me sentiría ofendida. Como dije antes, lo hemos subestimado, y conociendo a la sociedad londinense que tachan a todos de lunáticos o enfermos por no cumplir sus reglas o ser demasiado inteligentes para su pequeña cabeza, creo que nuestro bastardo altruista entra en el segundo grupo. Este hombre o bien es muy astuto o un genio en toda la palabra.

Entrelazó sus manos por encima de su ombligo y respiró profundo tratando de mantener la compostura.

-¿Ahora qué haré?. No me he topado con un aristócrata normal y fácil de engañar, el bastardo es un zorro astuto. ¿Cómo haré para conquistarlo y ganarme su confianza si piensa que soy una prostituta barata?.

Jasmine podaba las flores que se encontraban dentro de la habitación.

Le encantaban las flores y detestaba ver como las cortaban para usarlas de adornos en los salones. De cierta forma le recordaba a la mujer londinense; despojadas de su esencia y sus raíces para exhibirlas hasta que se marchitasen y luego desecharlas. Por eso prefería plantarlas en macetas y tenerlas allí.

ÚRSULA (SAGA:Feme Fatale #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora