Bien.
Primero, por más que lo negara, Scott Lang tenía que admitir que sí, sí se imaginó un par de escenarios donde Peter Quill y él estarían solos, sin Hope, sin los amigos de Peter, sin nada alrededor más que ellos dos solos. Era algo un poco vergonzoso de admitir pero era verdad.
Bien, ahora aclarado ese punto, de todos los escenarios que se imaginó, Lang nunca pensó en uno donde Peter y él estarían teniendo una extraña y poco abundante cena en la cafetería del hospital general de Massachusetts.
1. Porque el hospital estaba en Boston y ellos vivían en Lowell.
2. Porque ¿qué rayos estarían haciendo ellos dos en un hospital?
Ese era un escenario muy bizarro y sin embargo, de todos los que creó la mente fantasiosa de Lang, era el que estaba sucediendo.
Apretando los labios y relamiéndolos por tercera vez en 10 minutos, Lang levantó la mirada del vaso de malteada que tenía entre sus manos para mirar de soslayo a Quill, quien había estado callado desde que se sentaron a comer.
Cada uno tenía frente a él una charola donde antes hubo sándwiches y una pequeña porción de insípidos macarrones con queso. Él escogió una malteada y Quill una soda dietética.
Los ojos de Lang se toparon con los de Quill, pues éste también levantó la mirada para verlo y casi al instante, los iris verdes se dirigieron hacia otro lado.
-Scott... perdón, te invite aquí para explicarte todo y no he dicho nada - se disculpó Quill en un suspiro.
-No es necesario, Peter - le respondió rápidamente. Podía ver lo cansado que se sentía, lo mucho que lo descolocaba el tema y no quería forzarlo a hablar - no tienes que explicarme nada -.
-Pero para eso te quedaste, no te deje ir a casa -.
-Hey, vamos, todo el mundo necesita de unos buenos macarrones rígidos y sin sabor de vez en cuando -.
El corazón de Lang se aceleró cuando escuchó la voz de Quill en una risa al mismo tiempo que sonreía. Sintió sus mejillas arder y tuvo que bajar un poco el rostro para disimularlo.
-¿Sabes? Eres en verdad gracioso, Scott -.
-Gracias, supongo... -.
-Mi madre también lo creyó, le agradaste mucho -.
-¿De verdad? ¿no me dio puntos ser el fotógrafo del que tanto le había hablado su hijo? -.
Bien, ahora fue turno de Quill para sonrojarse y tratar de ocultar su rostro.
-E-Eso no es verdad... -.
-¿Ah no? - Scott sonrió divertido, disfrutando de la situación pese a también sentirse avergonzado.
-No le hable tanto de ti... sólo un par de veces - confesó el rubio - si le agradaste, fue porque eres divertido -.
Bien, esto parecía un juego, pues las mejillas del castaño se volvieron a tornar rojas.
-E-Ella también es muy divertida... p-puedo ver de dónde sacaste tu humor -.
-¡Lo sé! ¡Todo el mundo lo dice! - Quill estalló alegre.
Scott vio un brillo en sus ojos que segundos antes no estaba allí. Se dio cuenta de lo mucho que le alegraba escuchar que se parecía a su madre.
-Somos la misma persona clonada - repitió orgulloso.
-Me di cuenta, en ningún momento dejó de reír y bromear, actuaba como si no estuviera... - Scott interrumpió sus propias palabras al darse cuenta de lo que iba a decir.
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Primera Plana - Star-Ant - Marvel
FanfictionScott Lang, fotógrafo del diario escolar, es encomendado a realizar un artículo sobre el equipo de fútbol junto con su mejor amiga. Scott detesta a todos en el equipo de fútbol por asuntos del pasado y le resulta fastidioso el nuevo trabajo. Peter Q...