Capítulo 34.

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Andrew y Jenny Park se habían esforzado para que su fiesta de celebración fuera de las mejores en todo el año escolar, por ese motivo decidieron usar su casa junto al lago e invitar a un par de amigos que pudieran tocar música en vivo.

Ciertamente, los hermanos lograron su cometido, pues no había nadie en esa fiesta que pudiese decir que se estaba aburriendo. Todo el mundo festejaba a lo grande, bailando, cantando o simplemente comiendo y bebiendo mientras charlaban o bien, mientras coqueteaban.

La casa era como un faro de deslumbrantes luces blancas, rojas y azules, era el único punto de luz en toda el área del lago y se podía ver desde kilómetros de distancia. La atmósfera tranquila del lugar creada por la paz y las melodías compuestas a la par por grillos y sapos, se transformó en una burbuja de potente música y gritos.

Un ruido tan fuerte que aún estando alejados de la casa, Scott y Peter podían escuchar.

-Parece que todo el mundo se esta divirtiendo - Comentó Peter después de un rato de estar allí, sentado en una de las muchas bancas al pie del lago.

-Me imagino que tus compañeros deben sentirse como súper estrellas en este momento - pese a lo que pudo haber parecido, Scott no lo dijo con malicia u odio.

-Creo que por hoy se lo merecen - lo decía de manera honesta, pues él bien sabía cuánto se habían esforzado.

-Tú también te lo mereces, creo que sobretodo tú - sonrió, acercando una de sus manos a la de Quill.

El rubio se percató de esto y tras echarle una mirada a sus manos sobre la banca de madera, sonrió y optó por terminar la distancia y estrechar aquella mano con fuerza, para luego mirar a los ojos del chico junto a él.

-¿Qué te pareció el juego? -.

-No sé mucho de fútbol ni soy muy aficionado, pero me encantó, me pareció un juego muy emocionante - respondió sincero.

-¿Tú lo crees? -.

-Sí, tomaron la delantera muy pronto, eso fue genial, pero no tanto como verlos desesperados y asustados porque les dieron la vuelta en el segundo tiempo - alzó las dos cejas y sonrió con burla.

-Jaja, muy gracioso - dijo sarcástico, torciendo la boca y entrecerrando los ojos.

-Sí, lo fue -.

Esa complicidad, esa atmósfera entre ellos que les permitía bromear y molestar al otro sabiendo que su enojo no sería real, les encantaba. No había nada comparado a bromear juntos mientras se miraban cara a cara, porque sí, incluso molestandose, no podían dejar de verse.

Scott pensó en lo mucho que le hizo falta Peter durante el día. Se sintió desesperado por verlo y hablarle, por felicitarle por su victoria. Por su lado, Quill sintió exactamente lo mismo, pues no poder ver a Scott por todo el protocolo que debió seguir después del partido, lo estuvo matando con cada hora que lo mantenía separado de él.

Afortunadamente, ya se encontraban juntos, disfrutando de un momento de privacidad lejos de la fiesta. Finalmente Scott podía decir aquello que llevaba guardándose por horas.

-Felicidades por ganar, Peter, muchas felicidades por tu victoria -.

Ya lo había hecho antes, fue de las primeras cosas que le dijo cuando lo vio, pero no podía dejar de hacerlo. Quería hacerle saber que estaba realmente feliz y orgulloso de él.

Lang no podría imaginarse cuánto significan sus palabras para Quill. Ver aquellos ojos verdes tan brillantes y hermosos, enfocados en él al mismo tiempo que pronunciaba tales palabras, envolvían el corazón de Quill en un manto de felicidad pura.

Primera Plana - Star-Ant - MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora