Capítulo 12.

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Los atardeceres en Lowell, Massachusetts solían transmitir un sentimiento de paz y tranquilidad en esa época del año. Su cielo no se volvía naranja, sino que permanecía claro, azul casi transparente o blanco opaco, las nubes se tornaban grises con un delineado color naranja. El aire se tornaba fresco y el viento soplaba levemente. Era imposible no sentirse tranquilo con semejante espectáculo.

Scott Lang no pudo evitarlo y mientras descansaba sentado en las solitarias gradas del campo de futbol, disfrutaba de ese sentimiento con la única compañía de la chica que era como una hermana.

-Nunca pensé que te vería tan bien estando aquí - comentó Hope, sintiéndose bien por verlo tranquilo.

-Yo tampoco, pero no fue un mal día - se encogió de hombros y bajó la mirada hacia su cámara. Empezó a ver todas las fotografías que había tomado.

La sesión fotografía improvisada y nada formal, terminó 30 minutos antes y los jugadores entrenaban aprovechando el poco tiempo que les quedaba. Ya era algo tarde por lo que no les quedaba mucho tiempo, pero su entrenador se negaba a dejarlos ir antes.

Mirando cada una de sus tomas, el joven fotógrafo se encontró con la foto de un chico, que si bien tenía el casco puesto, sabía perfectamente quién era por su constitución física.

-Creo que debes agradecerle a alguien - comentó la chica de nuevo.

Antes de responder, Lang miró un poco más la foto antes de levantar la mirada hacia el campo, encontrando casi de inmediato al mismo chico.

Sabía que Hope tenía razón, si ese día no fue tan del asco como los demás, se debía en gran parte a Peter Quill, después de todo fue el primero en ponerse a disposición para las fotografías y quien animó a los demás a hacerlo. Incluso si no lo hubiera hecho, Scott tendría que tomar las fotos, pero no habría sido tan fácil sin el pequeño apoyo de Quill, gracias a él, rápidamente tomó su papel de fotógrafo e ignoró todo comentario de los demás.

-Sí... creo que sí -.

Hope sonrió levemente, reconociendo la alegría e ilusión en los ojos verdes del chico y eso le hizo sentirse un poco feliz de que el motivo por el cual seguían en ese campo fuera Peter Quill.

Un silbatazo y una orden de retirada por parte del entrenador, fue lo que puso fin al entrenamiento. Todos los jugadores empezaron a retirarse poco a poco hacia los vestidores, excepto dos de ellos. Peter Quill se quitó el casco y casi de inmediato se dirigió a las gradas, siendo seguido por su amigo.

-¡Scott! - sonrió cuando lo tuvo frente a él.

Lang sintió sus manos temblar un poco ante ese gesto. La sonrisa de Quill era grande y denotaba mucha emoción y entusiasmo, era una sonrisa infantil pero bastante atrayente.

-Hola... - saludó algo nervioso, frunciendo el ceño contra sí mismo por ponerse nervioso.

-¿Qué tal? ¿te gustó nuestro trabajo? ¿las fotos salieron bien? - el rubio preguntaba con algo de velocidad, sin dejar de sonreír en ningún momento.

-Están bien, lo hicieron bien... tú y los demás lo hicieron bien - respondió tratando de sonreír, obteniendo como resultado una sonrisa tambaleante.

-¡Genial! -.

Scott trató de decir algo más pero no era capaz de acomodar las ideas en su cabeza. Era la primera vez que veía una expresión tan fresca y brillante en el rostro de Quill, aunque más bien era la primera vez que le hablaba de esa forma, con esa confianza y cercanía.

Hope torció los ojos por el comportamiento del castaño, aunque en el fondo le parecía un poco divertido. Scott no era un chico tímido, no de la clase que se pone nervioso y a tartamudear por hablar con un chico guapo, pero al parecer con Peter Quill era diferente.

Primera Plana - Star-Ant - MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora