Capítulo 19: El único que creía en un futuro juntos

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Llamé a la puerta de su apartamento con insistencia, hasta que me abrió.

—¡Ōgai! No esperaba…

—¿Verme aquí? ¡Pues sí, aquí estoy!

Entré en el piso sin apenas dejar el abrigo.

—¡Exijo una explicación! ¡Una maldita explicación!

—Como no te calmes, tendrás que marcharte. Vas a molestar a los vecinos...

—¡ME DA IGUAL LOS VECINOS! ¡ME DA IGUAL TODO!

—¡Ōgai! ¡Basta!

—¡Esta mañana me he enterado de que has pagado el alquiler de mi piso y que lo limpiabas cada semana! ¡Explícamelo!

—¡¿Qué tengo que explicar de ahí?! ¡Fue un favor!

—¡Después de engañarme!

Ella enmudeció y decidí seguir atacándola.

—¡Yo te quería, ¿sabes?! ¡Estaba locamente enamorado de ti! ¡Pensaba en ti todo el rato! ¡Recordaba cada minuto, cada maldito segundo, lo que ocurrió la noche en la nos declaramos! ¡¿Es que eso no simbolizó nada para ti?! Debo haber sido yo el único que pensó… Que pensó que podíamos tener un futuro…

Me senté abatido en uno de los sofás tras soltar toda mi ira. Ella me observaba de pie, con los brazos cruzados.

—Ōgai, yo no te he engañado.

Observé que ella estaba a punto de llorar. ¡Maldición! ¡Debía ser yo quién llorara, no ella!

—¡Pues explícame eso! —y señalé su vientre— ¡¿O me dirás que fue el Espíritu Santo?!

—Yo… Siempre creí en ti. ¡Siempre supe que volverías! ¡Por eso limpié tu piso y pague el alquiler de cada mes! Para que lo tuvieras todo listo para tu regreso.

—¡Mientes!

—¡No! ¡Es la verdad, Ōgai!

—¡No puedo seguir escuchando estas calumnias! ¡Hiciste todo eso para que te perdonase cuando descubriese que estabas embarazada!

—¡No, Ōgai!

—Tus planes se torcieron cuando volví, ¿cierto? Pensabas que iba a morir…

—Estás paranoico…

—Tendría que haber muerto… ¡Tendría que haber muerto!

Me tapé los oídos mientras gritaba aquello para no oír las quejas de Shizuka. Me dolía, ¡me dolía todo el cuerpo, todo el alma! Si me muero ahora, todo este sufrimiento acabaría… ¡No me lo merecía!

¡Tendría que haber muerto en aquel accidente de coche!


¡Tendría que haber muerto en la academia militar!


¡Tendría que haber muerto en el frente!


¡Tendría que haber muerto en aquella camilla!


¡Tendría que haber muerto en la calle, tras regresar de la guerra!


¡Tendría que morir ahora!


—No lo hagas, por favor.

Abrí los ojos. Ella me estaba abrazando mientras lloraba.

—Quédate conmigo… Con nosotras… Por favor.

—¿Con… Vosotras?

—Dices que te acuerdas de lo que ocurrió aquella noche, pero te cuesta creerlo. Ōgai, yo nunca te he engañado, te lo juro –se apartó de mí y me cogió la mano, llevándola a su regazo—. Este bebé es tuyo. Tú eres el padre.

Mi mente se había bloqueado, mis esquemas habían caído. Esta sería la única vez que alguien conseguía desbaratar mi mente, todos mis pensamientos…

—Pero, ¿cómo…? Es… Imposible…

—No es imposible. Tú y yo, aquella noche, nos acostamos, ¿recuerdas? Cuando te fuiste al frente, empecé a notar molestias y di positivo en la prueba de embarazo. Indirectamente, tú me salvaste de ir a la guerra. Indirectamente, me diste una señal de que volverías algún día. Esta niña es el símbolo de tu regreso, de un futuro juntos.

—¿Niña…?

Ella asintió con una sonrisa que nunca olvidaré. Una sonrisa que iluminó por completo toda la oscuridad que había dentro de mí.

A día de hoy, nadie ha conseguido lo que ella consiguió…

La echo mucho de menos.

BSD || Ōgai Mori: The Darkest EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora