THE DESTINY | Terminada-Sin corregir.

》Lo que me faltaba《

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MAVERICK♠

Una palabra, decepción, realmente no se que pensar, mi vida ya ha estado rodeada de tragedias, cosas extrañas y traiciones de personas que menos esperaba. Agregarle una más es la gota que derrama el vaso.

—Déjame sola Spence. - hablo con amargura y seriedad.

—No he terminado de hablar.

Siento que toca mi espalda y me levanto de donde estoy.

—Se supone que somos amigas, ¿por qué no confiar en mi?.- las ganas de llorar incrementan.

—Lo hago, de verdad, pero...- solloza  antes de continuar, —quería tiempo.

—Es lo que menos tengo Spence.

Derramo lagrimas gruesas y espero que ella no haya visto nada, las seco rápido.

—Sabes. - aspiro mi nariz, —no me molesta que se acostaron, lo que realmente me molesta es que no me hubieras tenido la confianza, de que TÚ, no hubieras puesto un alto, de que te dejarás llevar,  tu no eres así, de que a pesar que sabes que ama a otra te acostaras con el, que no me contaras que ya no eras virgen ¿desde hace cuando, eh?

Mi tono ausente, esta lleno de amargura y nostalgia, no puedo creer que pensé que yo seria la primera en regarla en este tema y resulta que no.

—Dignidad. - suspiro. - debes de tenerla Spen.

- Yo.- solloza, —lo se, me deje llevar soy una tonta, de verdad. - sacude su nariz, —lo lamento.

Siento que me abraza, la dejo pero no correspondo su abrazo, lo que menos quiero es empezar a llorar como una magdalena.

—Por mi no te preocupes amiga. - la empujó levemente, —estas perdonada, pero no creas que las cosas seguirán igual.

Me encamino sacando mi bastón que hace mucho no usaba, pero siempre lo cargo en mi bolso.

—Hay algo más. - trata de tranquilizarse lo puedo notar.

—Hay Spen. - digo en un susurro, —¿qué?.

—Alex, me...

—¡¿Qué?!, Alex ¿qué?. - ahora subo de tono y me desespero.

—Siento que me esta pretendiendo, no sé. - dice con nerviosismo, —me acosa.

—¡Acosarte!. - rió sin humor, —Spen, no sueñes, el solo esta entre la falda de mi hermana, no quiero ser dura, pero es la verdad. Solo soy sincera.

—Lo sé,  yo también pensé que era mi imaginación,  pero cada vez estoy mas segura que sí.

—Tonterías.

—Esta bien, no me creas, la verdad es que merezco que desconfíes de mi. 

El dolor en sus palabras  hace que el corazón se me estruje, pero ella necesita un poco de mi indiferencia para que aprenda la lección.