THE DESTINY | Terminada-Sin corregir.

》El destino: Maverirck《

MAVERICK♠

El destino, es y será siempre escrito por ti.

Tú decides lo que pasa en tu vida, con que personas te relacionas, tus acciones tienen resultados buenos y malos. Es como elegir tu color favorito, tú eliges tu próxima hazaña o tu próximo error.

En mi vida ha habido personas con errores que les ha costado la vida. Un ejemplo muy claro.

Mi padre. Octavio Melart.

Al que amo. Porque no puedo dejar de amarlo de la noche a la mañana. El me dio de todo, cuando estaba en un buen momento me lo arrebato.

Esta muerto.

Otra persona.

Grant Word.

Otro individuo que realmente me cuido, pero ¿Con qué objetivo? Su venganza le arruino el corazón se lo lleno de amargura. No es capaz de amar porque no cree, no cree en su salvación, en el amor. No cree que alguien puede llegar a amarlo, pero...

Yo lo hago.

No está muerto, pero él sabe que es el claro ejemplo de que la venganza no es buena. En vez de destruir al enemigo te destruyes a ti mismo.

Se me da muy bien amar a personas que me traicionan de la manera más vil.

Cuando llegamos a los Ángeles gracias al cielo que Spence vino conmigo no me quiero ni imaginar que hubiera hecho sin ella. Me ofreció sus brazos y hombro una vez más. Al principio llore hasta que no quedarme seca, pero pensé. No puedo quedarme así toda mi vida, tengo que hacer algo. Entonces empezamos, Spen siempre apoyándome.

Siguió a Grant durante unos días cuando vimos que no cambio de hotel hice acto de presencia. Fui muy clara, el también con sus condiciones. Ayer él se encargó de matar a Octavio Melart.

Nada de esto se lo digo a mis hermanos, aún. Necesito hacer unas cosas más y estoy segura que podremos sentarnos a platicar con calma. Si me juzgan entenderé, me retirare sin perder conexión de ellos. Ya perdí suficiente tiempo para alejarme una vez más. De caso contrario los cuatro, bueno, cinco con Spen decidiremos que hacer con nuestro futuro.

El hijo de Malenick también cuenta.

Observo como Charlotte hace las maletas, le avisaron en el momento que Octavio dejo este mundo, así que no le queda nada más por hacer. Quiere ser feliz, disfrutar de los años que le quedan. ¿Qué hay de mí?

¿Qué quiero?

También quiero vivir. A mi modo.

—¿Lista? —abro la puerta del cuarto para ella.

Me sonríe cálida. Se ve mucho más iluminada.

Ninguno de los tres tenemos problema con que tome su camino por cuenta propia. Mientras tengamos contacto. No la odio, es una mujer muy fuerte, al final del día es mi madre.

—Me avisaran donde estén —jalo una de las maletas y ella otra —. Me llamarán a diario, ¿ok?

Me gusta verla feliz, dando órdenes. Se me figura a que nosotros nos estamos yendo a la universidad y ella se queda en casa preocupada de que algo nos pase, sin embargo está contenta de que nos realicemos como personas.

Exactamente así.

—Sí, mamá. Se te va el avión. Apresúrate —aparece Malenick con una sonrisa en los labios.

Se me calienta el corazón. Aún no me acostumbro a tenerlos de vuelta.

—Tengo nervios. Tiene mucho que no viajo en avión —se sincera mientras avanzamos las tres a la salida de la pequeña casa.