12. Oscuridad

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No lo sé, pero tengo la impresión de que Ayelén sabe más de lo que nos ha dicho. Bueno, tampoco es que hayamos hablado mucho. Nos conocemos desde ayer, pero ahora que lo pienso, ¿por qué no escapó con la primera explosión? ¿Cómo supo que si nos poníamos detrás del mostrador no moriríamos? Y ahora parece tan aterrada con la historia que nos cuenta Álvaro, siendo que hemos visto cientos de zombies allá afuera.

- Mi casa se caía a pedazos y mi hermano ahorcaba a mi madre - continuó contanto Álvaro - así que sin más, me tiré sobre él para que la soltara, y lo hizo, pero como era grande y fuerte, me dio la pelea. Le dije a mis padres y mi hermana que salieran de la casa, que yo los seguiría. Mi hermana se resistió un poco, pero mis padres se la llevaron mientras yo peleaba con mi hermano. Entonces lo miré a los ojos y me di cuenta. No era mi hermano, era solo su cuerpo. Luchamos hasta que me pude zafar de sus manos, pero él se arrodilló y me tomó una pierna. La casa comenzó a crujir. Cojí el bate que mi hermano tenía en su habitación y le di un golpe en la cabeza... y él... yo... yo lo...

Parecía que Álvaro no podía seguir hablando. Pero era obvio. Había matado a su hermano. A no ser...

- No lo mataste - le dije -  él estaba muerto. Solo lo liberaste de ser un zombie.

- Eh verdá - corroboró Mangel - si no lo hubierah hecho, él seguiría atrapado en ehte mundo y no podría dehcansá en pá.

Álvaro nos miró agradecido. Tomó aire y continuó hablando.

- Mi hermano se quedó quieto, así que salí de su habitación, aún con el bate en la mano. Llegué al pasillo, y por la puerta abierta hacia la calle vi que mi familia me esperaba, pero la casa se desplomaba. Alcancé a gritarles que corrieran antes de que todo se me viniera encima. Bueno, supongo que mi familia escapó, porque cuando logré salir de los escombros, ya no había nadie. Decidí limpiar un poco y usar este lugar como escondite mientras conseguía comida y agua. Busqué y guardé toda la comida que encontré por el barrio, por las casas destruidas. 

- ¿Y cómo fue que nos encontraste? - preguntó Alexby.

- Pues, la verdad es que quería escapar. La noche se me hizo eterna, insoportable, así que esta mañana salí con el bate en la mano. Pero no tenía cómo orientarme con todo destruido a mi alrededor. Así que caminé, memorizando cada detalle por si quería volver. Me encontré con varios zombies en el camino, pero con el bate fue facil vencerlos. Y entonces escuché que aguien llamaba gritando, y me acerqué. Eras tú, Rubius. Vi lo que estabas haciendo, te fui a ayudar y el resto es historia.

Finjí llorar de emoción y asentí con la cabeza.

- Mi héroe - dije con un hilo de voz. Los chicos y Ayelén se rieron. 

- Bueno, creo que es tiempo de descansar - nos dijo Álvaro.

Nos levantamos y llevamos las mantas hacia un rincón que nos indica el dueño del sótano.Con el brazo herido lejos de cualquiera de nosotros, Alexby se sienta apoyando la espalda en la pared. Junto a él se coloca a Ayelén, luego yo, Mangel a mi lado y Álvaro del último. Cabemos muy juntos, pero está bien, porque igual comienza a hacer un frío que te cagas, aunque no tanto como en el coche de ayer. Raspy se acuesta a mis pies. Joder, dormir sentado es tan incómodo, pero estoy tan cansado que no me importa. Cuando estamos bien acomodados, Álvaro apaga la luz, y todo queda a oscuras. 

No me entiendo a mí mismo. He estado rodeado de zombies, y me sigue acojonando la oscuridad. Soy una vagina. Abro los ojos, intentando captar algo de luz, pero nada. Mi respiración se agita, como si estuviera corriendo. Joder, ¿cómo no puedo controlar este puto miedo? Encogo las piernas, las rodeo con mis brazos y escondo la cabeza. En eso, a mi derecha, siento que alguien me acaricia por la altura del hombro.

- Tranquilo - susurra Ayelén. 

Me acaricia el pelo y se acerca más a mí, hasta que logro sentir su cálido cuerpo junto al mío. Levanto la cabeza e intento mirarla, pero la oscuridad es completa, así que solo la rodeo con un brazo. Ella apoya su cabeza en mi hombro, y eso me tranquiliza un poco. Es extraño. No conozco a esta chica. Sé su nombre, de dónde viene y lo que estudia, pero nada más, y aún así, las cirscunstancias y e azar hicieron que estuviera aquí, viviendo este horror junto a nosotros. Nos salvó la vida, rescató a Raspy y curó la herida de Alexby. Ahora que lo pienso, es una suerte que Ayelén esté junto a nosotros. Aunque sigo pensando que  nos esconde algo, pero quizás es pura paranoia.

Estoy de pie y la nieve cae suavemente. Miro a mi alrededor. Las montañas, las pequeñas casas, y me doy cuenta de que estoy en Noruega, en mi pueblo. Camino buscando mi casa. Mangel toma mi mano, me dice que corra y desaparece ¿qué está pasando? Subo la mirada al cielo, y una bomba cae a unos veinte metros delante mío, veo una luz brillante, pero no oigo nada. La nieve desaparece y todo se convierte en casas destruidas. Alguien toca mi espalda, me giro y veo a mi madre que me pregunta por mi hermana ¿yo qué sé? Me angustio, pero mi madre ya no es mi madre, es un zombie que se tira sobre mí.

Abro los ojos, muy agitado. Hostia puta, era todo un sueño. Creo que está amaneciendo, porque hay una débil luz que entra por la ventana. Sigo abrazando a Ayelén, que se mueve inquieta con los ojos cerrados. Al parecer, no soy el único que tiene pesadillas. 

Youtubers en Zombie Land [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora