Pasan algunos segundos. Siento su respiración. Su mano aún está en mi mejilla. No me muevo, y ella tampoco lo hace. Quisiera que este momento durara para siempre, olvidar todo lo que ha pasado y quedarme aquí, así, con esta chica. Pero Ayelén se separa de mí y quita su mano de mi mejilla.
- Yo sé porqué está pasando todo esto - me dice en voz baja.
- ¿Pero qué dices? - le digo sorprendido. A pesar de la oscuridad, logro distinguir que me mira a los ojos y suspira.
- Mis padres eran parte de todo esto, ¿sabes? Ellos investigaban el virus zombie.
No. No puede ser. Ayelén ya se volvió loca.
- Mi padre era biólogo, y mi madre le ayudaba. Fue una investigación de muchos años, algo del gobierno, pero yo era muy pequeña para entender nada, de hecho, nunca me afectó, yo no supe nada de esto hasta que cumplí trece años.
Ayelén se queda callada un momento, y baja la cabeza. Yo solo espero a que siga hablando.
- Un día mi madre comenzó a enfermarse, estaba cada día más decaída, pero fue todo muy rápido, en tres días ya no podía levantarse de la cama. Mi padre la atendía, le daba unos medicamentos y algunas inyecciones, pero mi mamá no mejoraba. Al cuarto día, fui a vera. Estaba muy débil. Apenas levantó la mano. Yo me acerqué y se la tomé. Recuerdo que mi madre sonrió. Mi padre entró a la habitación y se puso tras mío. Mi madre lo miró, me apretó la mano, cerró los ojos y dejó de apretarme la mano. Dejó de respirar...
Coño, siento un nudo en la garganta.
- Yo la llamé un par de veces, pero no reaccionaba. Mi padre me apretó el hombro y me dijo que la soltara. Yo no quería y seguí llamándola. Y de pronto, me volvió a apretar la mano. Yo me acerqué y mi madre abrió los ojos. La abracé y ella también me abraza... o eso creí al principio, porque me rodeó con sus brazos, pero luego sentí mucha presión alrededor en mi cuello. No me estaba abrazando. Me estaba ahorcando. Yo intenté soltarme, pero no podía. Mi padre no se demoró en reaccionar y me soltó de los brazos de mi madre. En ese entonces no lo supe, pero ella era un zombie. Mi padré me alejó, pero mi madre zombie se puso agresiva e intentó atacarlo. Entonces mi padre sacó un arma que tenía guardada en su velador, en un cajón, y le disparó a mi madre en la cabeza... igual que... igual que...
- Igual que hiciste con Cheeto y Máximus - completo. Ayelén asiente con la cabeza. Joder, con razón se puso como loca después de los disparos. Debió recordar ese momento.
- Después de eso, mi padre llamó a alguien, y a los pocos minutos llegaron muchas personas de bata, que se llevaron el cuerpo de mi madre. Mi padre se fue con ellos. Esa noche volvió, pero ya no era el mismo. Nunca más fue el mismo. Y yo tampoco. Poco a poco mi padre se obsesionó con el tema zombie. Cuando cumplí 15 años me contó que estaba trabajando en un proyecto de virus zombie desde hacía varios años, que por culpa de eso mi mamá enfermó, porque sin querer se infectó. Desde entonces comenzó indicarme cómo protegerme de los ataques zombies, qué hacer en caso de que el virus se propagara y me enseñó a usar armas para defenderme. Cuando cumplí dieciocho, mi padre fue transferido a Estados Unidos, pero me dijo que por seguridad yo me quedara en Madrid. Que si algo salía mal en los experimentos, y el virus se expandía, lo haría solo en América. Así yo estaría a salvo.
Por eso Ayelén no se preocupó de ver su hogar, de buscar a sus padres. Cuando nos dijo que estaban bien, que estaban lejos... ¿por qué me cuenta todo esto ahora?
- Cada semana mi padre me llamaba y me contaba sus avances en el virus y en la cura. Al principio no entendía para qué crear un virus tan horrible, pero luego entendí que era un tema más bien gubernamental. Quien tuviese el virus y la cura, tendría el poder. Después de un par de años, mi padre comenzó a decirme que me fuese de España, porque en cualquier momento desatarían el virus. Al principio yo le creí, pero pasó un año y nunca pasó nada.Comencé a pensar que se había vuelto totalmente loco, así que me quedé, y seguí mi vida normal... hasta hace una semana. Creo que papá tenía razón.
Ayelén se queda en silencio, y logro distinguir que baja el rostro. Le acaricio una mejilla, de la misma manera que ella hizo antes, y logro sentir unas lágrimas que caen. Me acerco más a ella y la abrazo. No puedo imaginar lo que habrá vivido todos estos años, la soledad, el dolor...
- Entonces fue una suerte encontrarnos contigo - le digo - si no fuera por ti, estaríamos todos muertos.
Ayelén me abraza rodeando mi cuello con sus brazos. Yo la abrazo por la cintura y apoyo mi cabeza en su hombro. Ella hace lo mismo.
- No quiero dormir sola - me dice en voz baja. Entonces me doy cuenta de que yo tampoco. Desde que comenzó este apocalipsis, esta pesadilla que no he dormido solo. Y creo que esta noche, después de todo lo que me contó, Ayelén necesitará alguien a su lado.
Me separo de la chica y me recuesto en la cama de Alexby, dejándole espacio hacia la pared para que ella haga lo mismo. Ayelén se acuesta junto a mí, dándome la espalda, pero toma mi brazo, lo pasa sobre su cintura, pone su brazo sobre el mío y me toma la mano. Deben ser las nueve o diez de la noche.
- Nunca le había contado esto a nadie - me dice.
- Gracias por confiar en mí - le respondo - y no te preocupes, no dejaré que nada te pase.
Ayelén me aprieta la mano con suavidad. Poco a poco su respiración se va acompasando, se está quedando dormida. Pero yo no. No dejo de imaginarme lo horrible que debe ser ver morir a tu madre dos veces. No dejaré que nada le pase a esta chica. No la dejaré sola.
ESTÁS LEYENDO
Youtubers en Zombie Land [Finalizada]
FanfictionRubius, Mangel y Alexby se darán cuenta de la peor manera que todas las horas que gastaron jugando y viendo películas no serán suficientes a la hora de sobrevivir en una ciudad llena de muertos vivientes. Con la ayuda de Ayelén, una chica que vende...