31. Reencuentro

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Nos suben lentamente, hasta que por fin entramos al helicóptero. Mangel nos ayuda a subir mientras Álvaro nos pasa unos audífonos enormes con micrófono. Cuando ya estamos dentro, nos ponemos los audífonos. Es como magia, no oigo nada. Miro a Mangel y no puedo evitar reírme.

- Estamos salvados - oigo la voz de Mangel por los audífonos. Sí. ¡No! Joder, Ayelén. Miro a la chica que está apoyada contra el borde del helicóptero apretándose la herida de la pierna, mientras Alexby, que tiene a Raspy en brazos, y Álvaro están junto a ella, claramente sin saber qué hacer.

- ¿Es que no hay un botiquín en esta cosa?- escucho decir a Alexby por los audífonos. 

- Sí, en la parte de atrás - dice una voz de mujer. ¿Qué cojones?¿quién es? - es blanca y tiene una cruz roja dibujada.

Álvaro va hacia la parte de atrás del helicóptero, coje una caja blanca y la lleva junto a Ayelén. La chica la abre y saca unos frascos y gaza. Se limpia la herida y la venda rápidamente. Pero aún así se logra ver la marca de una mordida.

- ¿Qué te ha pasado? - pregunta Álvaro. Hostias, es tan extraño oírlos por los audífonos. 

- Me... me mordieron... - dice Ayelén. Mangel, Alexby y Álvaro la miran con sorpresa.

- Pero... ¿por qué estáh aquí todavía? - dice Mangel - quiero decí, que no ereh zombie ni ná.

- No funciona así - responde Ayelén - el virus comenzará a atacarme lentamente. Caeré enferma y en unos tres días yo... yo no...

Ayelén deja de hablar y se muerde los labios, mientras los ojos se le llenan de lágrimas. Joder, la salvé para que muera lentamente. Mierda, cómo pude dejar que la mordieran, joder. Miro hacia afuera. Madrid está devastada, horrible, destruida, llena de zombies. Mis ojos se llenan de lágrimas también.

- No puede ser - dice Alexby - ¡No puede ser, joder!

- ¿Y no hay nada para detenerlo? - pregunta Álvaro

- No... - responde Ayelén y se echa a llorar. Joder, joder, joder, no puede ser. No quiero oírla. Cada sollozo me desrtuye por dentro. Quiero sacarme los audífonos y no escucharla, no escuchar a nadie más. Putos zombies, nada estaría pasando si no fuese por ellos. ¡Joder! Maldito gobierno ¿a quién coño se le ocurre inventar un virus zombie, joder? ¡Es que están mal de la cabeza, joder! Un virus zombie, joder... un momento... un virus zombie. Eso es.

- Espera - le digo a Ayelén arrodillándome junto a ella - tu padre fue el que hizo todo esto...

- ¿Ahora vas a culpar a mi padre de que yo me vaya a morir? - me interrumpe ella alterada y sollozando.

- No, coño - le respondo enojado. Mierda, no debería enojarme - Si tu padre inventó el virus, y ya fue probado en Madrid, ¿no crees que también tiene la cura?

Ayelén deja de llorar y me mira con sorpresa.

- Pero él está en Estados Unidos - me dice.

- A nosotros nos van a llevar  Estados Unidos, ¿recuerdas? Nos lo dijo el piloto del helicóptero que vimos en casa de Alexby - dice Álvaro.

- Lo siento, pero no iremos a Estados Unidos - se oye la misma voz de mujer de hace un rato - primero los llevaré a Málaga, y desde  allí les asignarán un avión que los llevará a América... eso me recuerda que necesito sus nombres.

- ¿Por qué a Málaga? - pregunta Alexby.

- Porque allí llevaron a todos los que alcanzaron a escapar de Madrid y a los sobrevivientes como ustedes. Ahora, les repito que necesito sus nombres para localizar a sus familiares.

- Alejandro Bravo - dice Alexby inmediatamente. Hostias, me mira con una ilusión. Volverá a ver a su madre otra vez.

- Miguel Ángel Rogel - dice Mangel sin mucho entusiasmo. Él ya sabe que su familia está bien, pues ni siquiera estaban en Madrid. 

- Rubén Doblas - digo.

- Álvaro...

- ¡Rubén Doblas! ¡Joder, ustedes son los youtubers! - interrumpe la voz de la mujer que pilotea este helicóptero - lo siento, lo siento. Podéis seguir.

Cuando todos dan sus nombres, la chica piloto los repite a la torre de control o algo así. Joder, qué raro ser reconocido en una situación como esta. Voy junto a ella. Tiene el cabello largo y rubio.

- Oye chica piloto, ¿cómo te llamas? - le pregunto.

- Melody - me responde.

- Melody, ¿podrías preguntar cuándo iremos a Estados Unidos?

- Claro - dice Melody y pregunta por una especie de walkie talkie. Pasan pocos segundos antes que me responda - En un par de días.

- Eso es mucho tiempo - dice Ayelén.

- Joder, pero nosotros debemos irnos inmediatamente, Melody ¿no puedes hacer nada?

- Mientras estemos en este helicóptero, no puedo hacer nada. Cuando estemos en tierra, intentaré hablar con los altos mandos para ver qué se puede hacer - me responde.

Me vuelvo hacia atrás con los demás, y me siento junto a Ayelén. Frente a nosotros, Mangel me mira mordiéndose el labio, mientras Álvaro y Alexby miran hacia afuera. Ellos son los únicos que esperan a alguien en Málaga. 

- No te preocupes, Ayelén - le digo mientras la abrazo - te vamos a salvar.

Ella asiente y toma el botiquín. Saca otros frascos, algodones, gazas, tijeras y cinta adhesiva y comienza a curarme la herida del labio. Al parecer no era tan grande la herida, porque me coloca un pedazo pequeño de gaza que fija con cinta. Luego me sonríe y se apoya en mi hombro. 

Pasamos casi una hora sobre el helicóptero, sentados sin hacer nada. 

- Chicos, afírmense que ya vamos llegando - dice Melody justo cuando el helicóptero comienza a bajar. 

Alexby se muerde el labio y Álvaro mueve la pierna compulsivamente. Siento una pequeña sacudida y un golpe. El helicóptero se detiene, y cuando las aspas dejan de moverse, Melody se saca sus audífonos y se pone de pie. Nos indica que la imitemos. Bajamos de uno en uno. MComo Ayelén no puede caminar, la llevo en mi espalda, y Mangel toma a Raspy en brazos. Unos militares saludan a Melody y le dicen algo. Ella asiente y se vuelve a nosotros. 

- Alejandro y Álvaro, seguidme por favor. Sus familias os están esperando. 

Álvaro y Alexby apuran el paso mientras nosotros los seguimos. Estamos en una especie de cancha gigante. Hay unas bases militares improvisadas, donde se ve a un buen grupo de personas. Entrecierro los ojos cuando estamos lo suficientemente cerca para reconocer a los que están ahí. Creo que distingo algunas caras familiares.

Antes de poder reconocer a nadie, Álvaro y Alexby van corriendo hacia la base. Al estar más cerca, reconozco a la madre y la novia de Alexby, y también a los padres de Álvaro, por la foto que vimos en su casa. Incluso está Max, el boxer de Alexby. Hostias, están tan felices, todos lloran, y a mí también me entran ganas de derramar lágrimas de pura felicidad. Se abrazan largo rato y se llenan de besos. Y la alegría es tan grande, que también nos abrazan a Mangel y a mí, mientras Max ladra y agita su pequeña cola alrededor nuestro.

- Rubén, necesito que vengas conmigo a hacer tu petición - dice Melody tocándome el hombro suavemente. Yo asiento con la cabeza. Me despido con un abrazo de Alexby, Álvaro y sus familias.

- Ya nos veremos en Estados Unidos - dice Alexby.

Ayelén se despide agitando la mano mientras yo camino junto a Melody. Mangel me acompaña. Vamos hacia una especie de oficina. Melody toca con los nudillos, y una voz grave nos invita a pasar. Al entrar, solo hay un escritorio tras el cual está sentado un militar de alto rango. Supongo que es de alto rango, porque tiene muchas estrellas y cosas colgadas en su solapa. A él debemos convencer de ir a Estados Unidos. Él es la esperanza que tenemos de salvar a Ayelén.

Youtubers en Zombie Land [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora