23. Compañeros

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Corro de la mano de Ayelén, mientras seguimos muy de cerca a los demás. Miro hacia atrás y allí están, todos muertos, corriendo. Joder, joder, joder, que bueno que Ayelén me tiene agarrado, o si no, ya habría me habría detenido nuevamente ante el horror. Hostia puta, por qué soy tan miedoso, coño. Vuelvo a mirar hacia adelante e intento concentrarme en respirar y no soltar la mano de la chica ni a Raspy, que sujeto con el otro brazo.

- ¿Dónde vamos? - pregunta Alexby, casi gritando.

Nadie responde. Nadie sabe dónde cojones estamos yendo. Seguimos corriendo algunos minutos, pero cada vez más despacio. Nuestros estados físicos siguen siendo lamentables, y ahora aún más, considerando que no hemos comido bien desde hace una semana.

- Eh, pringaos, por aquí - dice el chico nuevo. ¿Pringaos? Qué se cree este gilipollas. Entramos a una especie de tienda, para evitar la horda que nos persigue y cerramos la puerta de vidrio. A los pocos segundos vemos cómo los zombies en a calle siguen corriendo en línea recta. Aprieto la mano de Ayelén hasta que desaparece el último zombie de afuera. Me relajo y suelto a la chica.

Entonces un grito rompe el ambiente.

Miro hacia los lados y veo a la chica nueva, que fue la que soltó el grito, apuntando hacia dentro de la tienda. Hay más zombies dentro, que se dirigen directamente hacia nostros. Me pongo apresuradamente de pie y mi primer impulso es salir de este lugar, pero Ayelén me mira con el ceño fruncido y va directamente hacia los zombies. Tras ella, Mangel y Álvaro también van en actitud de lucha. No puedo dejarlos solos y quedarme escondido como un cobarde. Dejo a Raspy en el suelo y me dirigo donde están ellos. Yo también voy a la pelea.

Es horrible. Son ocho zombies contra nosotros cuatro, pero lo peor es que entre los muertos hay dos niños. Joder, no puedo contra ellos. Golpeo la cabeza de uno de ellos, un hombre que habrá tenido unos cuarenta años, pero que ahora la podredumbre hace imposible distinguirle identidad alguna. Es solo un puto zombie que hay que eliminar.

Lo golpeo una y otra vez. Con el primer golpe hago que los ojos se le salgan y los globos oculares queden colgando , al segundo, le rompo la cabeza y ya al tercer golpe, los sesos se esparcen, manchándome la cara y la ropa, dejando inmóvil, por fin, al madito muerto. No puedo soportarlo y luego de un par de arcadas, vomito la mayor parte de mi desayuno. Pero no me puedo detener, porque apenas levanto la cabeza, otro zombie viene hacia mí. Este es más joven, creo. Decido no golpearle la cabeza, no quiero ver más sesos ni ojos volando, así que tomo firme la pala y le golpeo en el estómago y luego en la espalda. Oigo un crack y el zombie se queda en el suelo, vivo pero incapaz de moverse. Le he roto la columna. Hace unos sonidos extraños, como si estuviese gimiendo. No sé por qué, pero me da la impresión que me dijera que lo mate de una vez, que termine con su agonía. Lo miro estirar el brazo, y sin misericordia le atesto un golpe en el cuello, para rematarlo. Deja de moverse. Quiero pensar que lo he liberado. 

Miro a mi alrededor, los demás ya acabaron con los zombies. Mangel está abrazando a Ayelén que está cabizbaja mientras Álvaro está corriendo los cuerpos. Me siento mareado. Me tapo la cara con la mano  y me restriego los ojos. Siento que alguien se coloca a mi lado y luego una mano acariciándome la espalda.

- ¿Estás bien, Rubius? - me dice una voz suave de mujer. Abro los ojos y veo que es la chica nueva. Claro, quién más va a ser. 

- Sí, sí... gracias... - le respondo algo débil. Dios, odio vomitar. 

- Mejor siéntate -  me dice a chica. Yo asiento con la cabeza y me dirijo hacia la pared más cercana, donde apoyo mi espalda y me siento en el suelo. Raspy viene inmediatamente y se restriega en mis piernas. La chica se sienta a mi derecha. Alexby llega y se sienta a mi izquierda.

Youtubers en Zombie Land [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora