29. Salida

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Despierto tranquilo, casi podría decir que estoy feliz. Los demás ya están reparándose para el desayuno, así que me acerco a ellos. Nos sentamos en círculo y comemos lo poco que queda, ya no hay que guardar nada, ya vamos a salir de aquí. Tengo tanta ilusión.

Miro el reloj de Lucía, son las 10 en punto. Nos cambiamos de ropa, pasamos una última vez al baño y dejamos las mochilas y bolsos acá. Ya no los necesitaremos y solo harán bulto. Cojo a Raspy, que ha hecho su vida totalmente indiferente a nosotros y nos disponemos a salir nuevamente. Colocamos una banca bajo el ventanal roto, para que todos podeamos salir cómodamente. Afuera hace un frío que te cagas, y yo solo estoy con sudadera, ya que le pasé mi chaqueta a Ayelén el día que llegamos. Nos subimos al jeep en el mismo orden en el cual llegamos, solo que ahora Alexby lleva a Raspy, y para estar más cómodos, Ayelén se sienta sobre mis piernas.

Mangel enciende el coche y recorremos las calles con lentitud. No hay casi ningún zombie, y eso me da esperanzas. Quizás ya murieron... nuevamente y de verdad, o se fueron a otro lado y no nos molestarán mientras salgamos de aquí. Estupendo.

- ¿Sabéis lo que más extraño? - pregunta Ayelén, y continúa sin esperar respuesta - ducharme. Creo que a todos nos hace falta una buena ducha.

- ¿Estás diciendo que apestamos? - dice Álvaro.

- Pues... para ser sincera... un poco, sí - responde Ayelén y todos reímos.

Avanzamos casi una hora, y a las once y media, estamos llegando a los límites de la ciudad con tiempo de sobra.

- ¿Qué cojoneh? - dice Mangel dando un frenazo.

- ¿Qué coño te pasa, gilipollas? - exclama Francisco enojado.

- Mirad eso - dice Alexby mirando hacia el frente.

Me asomo entre el asiento del conductor y el copiloto y joder, qué mierda es eso. Justo donde termina la ciudad, junto a la última casa, hay una pared de unos tres metros de alto que al parecer recorre todo el límite. Y está lleno de zombies. Mierda.

- Joder, ¿qué vamos a hacer ahora? - dice Lucía.

Joder, joder, joder, ¿es que nunca estaremos tranquilos, coño? Joder, que estábamos a punto de salir, joder, putos zombies, putos no zombies que hicieron este maldito muro, maldita humanidad, me cago en todo, joder.

Mangel apaga el motor y nos quedamos algunos minutos quietos, sin decir nada. ¿Qué hacer? Me dan ganas de darme por vencido. De morirme, no lo sé. De ser un zombie y vivir muerto tranquilo sin escapar ni nada.

- Afírmense todoh - dice Mangel encendiendo el jeep.

- ¿Qué vas a hacer? - le pregunto.

- Voy a ehtrellarme contra el muro para intentar botarlo.

- ¡¿Qué?! - gritamos todos.

- ¡Si tenéih una mejó idea, me la decíh! - dice Mangel exaltado. Nadie replica - mú bien, ponganse el cinturón o algo. Afirmaos todos.

Obedezco a mi amigo y me coloco el cinturón, lo mismo los demás. Abrazo a Ayelén, colocando un brazo sobre su vientre y otro sobre sus hombros, y apretándola contra mí. Mangel acelera, atropella todo lo que hay a su paso. La pared se acerca cada vez más rápido. Joder. Abrazo más fuerte a Ayelén y ella se aprieta más contra mí. La pared está sobre nosotros. Cierro los ojos.

Siento el impacto. Mi cuerpo se hace hacia adelante y hacia atrás muy fuerte y rápido. Ayelén me golpea la boca con su cabeza. Hostias como escuece. Siento sabor a sangre y los dientes sueltos. Mierda. La ventana de adelante está trizada, el auto comienza a humear y la pared sigue como si nada. No funcionó el plan de Mahe. Ayelén se soba la cabeza y me mira. Coloca una cara entre sorpresa y espando.

- Joder, Rubius, lo siento - dice tapándose la boca.

Intento responderle que no pasa nada, pero a penas abro la boca, siento que algo corre por mi barbilla. Me toco los labios y se me llenan los dedos de sangre. Siento todo hinchado y me mareo un poco. Ayelén se saca la chaqueta y luego el chaleco. Se vuelve a colocar la chaqueta y coloca una manga del chaleco sobre mi boca. Joder, tío, como duele. Siento unos golpes en la ventana. Mierda, los zombies están sobre nosotros.

- Genial, ahora no podemos salir - dice Francisco cabreado.

- Claro que sí - dice Alexby pasándole mi gata a Álvaro - cerrad los ojos y agachad la cabeza.

Obedezco y oigo unos golpes y finalmente un vidrio romperse. Abro los ojos y Alexby tiene el pie derecho en la ventana de adelante, solo que ya no hay ventana.

- Sí que te ha servido el fútbol, tío - le digo. Alexby asiente, se suelta el cinturón y sale por allí. Mangel hace lo mismo. Luego salen Lucía, Ayelén, Álvaro con Raspy, Francisco y yo. Mientras salen, los demás se van colocando en el techo del jeep. Cuando estamos todos arriba, ya no hay peligro de que nos pase nada, porque los zombies no nos alcanzan a tocar, pero tampoco podemos salir. A no ser...

- Ya sé cómo podemos salir - digo aún con el chaleco en mi boca para detener la sangre - ya que estamos en altura gracias al jeep, podemos pasar sobre la pared, al igual que lo hicimos con la iglesia. Yo os ayudo a subir y al final voy yo...

- ¿Pero cómo subiráh, Rubiúh? Ehtá muy alto - dice Mangel.

- No, Mangel, yo puedo - le aseguro, aunque puede que tenga razón...

En ese momento, siento una sacudida violenta que casi me hace caer. Mierda, los zombies están empujando el jeep. Miro alrededor y hay un mar de muertos vivientes intentando agarrarnos. Vuelvo a sentir otra sacudida más violenta que la anterior. Alexby cae sobre mí, pierdo el equilibrio y quedo sentado en el techo, con él encima mío. Entonces se oye un grito agudo. Miro a la derecha y veo a Lucía caer sobre el mar de zombies.

En cámara lenta veo su expresión de horror.

En cámara lenta veo una mano podrida que le toma un brazo.

En cámara lenta la veo perderse en el mar de muertos vivientes.

No me lo creo. Es demasiado irreal. Ya no se oye su grito. Ya no se ve nada de ella. Ya no existe para nosotros.

- ¡Lucía! - grita Francisco, y a pesar de que Mangel y Álvaro lo intentan tomar por la espalda, el chico se tira por su propia voluntad al punto exacto donde cayó Lucía. Los zombies no tienen compasión. Muerden a Francisco y el chico se pierde entre ellos. Bajo la muchedumbre de muertos vivientes, Francisco también desaparece. Ambos desaparecen de nuestras vidas para siempre.

Youtubers en Zombie Land [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora